La protesta que desat¨® la ¡®primavera ¨¢rabe¡¯ en Marruecos se extingue
Rabat da la espalda a las reformas que el Movimiento 20-F reclam¨® desde 2011
La primavera ¨¢rabe pas¨®, las revueltas se fijaron en otra direcci¨®n y las protestas que reclamaron en Marruecos tambi¨¦n desde 2011 m¨¢s apertura, m¨¢s reformas y menos poder para el rey se han extinguido casi totalmente. Hay un descontento muy larvado o un ¡°aburrimiento¡± manifiesto. El Movimiento 20 de Febrero, impulsor de aquellas marchas, se halla m¨¢s que marchito, con su l¨ªder y cantautor rapero Muad Belghawat Lhaged en la c¨¢rcel, perseguido por varios delitos y a punto de ser juzgado, y con otros de sus dirigentes en prisi¨®n o en el exilio. Y con el sistema pol¨ªtico m¨¢s pendiente de algunos giros conservadores ante las pr¨®ximas elecciones que de aplicar las promesas y las muchas mejoras pendientes.
El jefe de Gobierno lament¨® la p¨¦rdida del papel tradicional de las marroqu¨ªes
No se ven demasiadas im¨¢genes de graves conflictos en las televisiones de Marruecos. Se ofrecen m¨¢s retransmisiones de acontecimientos normales. Audiencias reales, por supuesto, pero tambi¨¦n seminarios, conferencias, comisiones o simposios sobre salud, diplomacia, pesca, agricultura, inversiones, planes, participaci¨®n en foros nacionales e internacionales. Tambi¨¦n se emiten sesiones del Parlamento discutiendo sobre pol¨ªtica. La violencia solo se ve si es en Siria, Libia o alg¨²n otro pa¨ªs de la regi¨®n.
Solo un centenar de mujeres acudi¨® a la marcha de rechazo de las feministas
Los responsables de cualquier departamento ministerial hacen hincapi¨¦ en esa idea de normalidad. Reprochan a los medios, especialmente los extranjeros, que no saben retratar ese d¨ªa a d¨ªa ni los esfuerzos que hace el Gobierno por mejorar el nivel de vida. Y se lamentan de que se haga caso a portavoces y sectores muy minoritarios en sus cr¨ªticas.
Un ejemplo claro se vivi¨® la semana pasada. El jefe de Gobierno, Abdelil¨¢ Benkiran, l¨ªder del Partido Justicia y Democracia, formaci¨®n te¨®ricamente liberal con influencias islamistas, hab¨ªa cuestionado la influencia de los valores extra?os en la sociedad marroqu¨ª y la p¨¦rdida del papel que siempre hab¨ªan mantenido las mujeres, m¨¢s pendientes de su casa, sus hijos y su familia. Se levant¨® la l¨®gica pol¨¦mica, se escribieron muchos art¨ªculos y fue muy cuestionado. Organizaciones feministas y otros colectivos convocaron una manifestaci¨®n el mi¨¦rcoles a las cinco de la tarde frente al Parlamento. Acudieron unas 100 feministas y 50 periodistas.
Abdel¨¢ Turabi, director de Telquel, el semanario de referencia en Marruecos, alud¨ªa en un art¨ªculo reciente a que el pa¨ªs parece vivir un momento de ¡°aburrimiento¡± que, sin embargo, esconde mucho desenga?o. Tambi¨¦n cuestionaba el af¨¢n del actual Ejecutivo por controlar a los medios audiovisuales, seguidos por la mayor¨ªa de una poblaci¨®n con una tasa de analfabetismo cercana al 50% y que, como media, pasa tres horas y media diarias frente al televisor. Turabi recordaba que ese zumbido de galbana es similar al que relat¨® Pierre Viansson Pont¨¦ en Francia en las semanas previas al estallido social de mayo de 1968. No da esa sensaci¨®n ni en la calle, ni entre los colectivos sociales.
El Movimiento 20-F, que catapult¨® a muchos j¨®venes universitarios, progresistas y a otros colectivos a las calles de Casablanca, T¨¢nger o Rabat, apenas existe ya. Sus supervivientes est¨¢n m¨¢s ocupados en librar la batalla de sus asuntos judiciales pendientes que en remover sus reivindicaciones pol¨ªticas.
Los supervivientes del activismo libran hoy la batalla de sus causas judiciales
El pasado martes, uno de sus supuestos l¨ªderes, Muad Belghawat Lhaged, un rapero de 26 a?os apodado El rencoroso, compareci¨® ante un juzgado de Casablanca acusado de haber ¡°atentado contra agentes del orden¡± y de haber sido hallado ¡°borracho en la carretera", haber ¡°insultado¡± a los polic¨ªas y vender en el mercado negro entradas para un partido de f¨²tbol. Todo ocurri¨® supuestamente el mes pasado. El cantante, que defiende su inocencia, permanece en la c¨¢rcel de Ukacha a la espera de un juicio que empieza ma?ana. En esa prisi¨®n ya pas¨® un a?o, entre marzo de 2012 y 2013, por incluir en el videoclip de una de sus canciones en YouTube el montaje de un polic¨ªa con la cabeza de un burro. Fue el a?o en que recibi¨® el premio de la ONG Transparencia de Marruecos. Nueve de sus excompa?eros fueron puestos en libertad la semana pasada tras haber pasado algo m¨¢s de un mes entre rejas por participar el 6 de abril en una manifestaci¨®n sindical no autorizada. Fueron detenidos y se les conden¨® a un a?o de prisi¨®n, adem¨¢s de una multa de 4.500 euros.
El rapero Muad pas¨® un a?o en la c¨¢rcel y ma?ana se enfrenta a otro juicio
En ese ambiente, las posibilidades reales de ejercer la protesta existen, pero son peligrosas. Es el resumen de las razones del declive de la primavera ¨¢rabe que hace para EL PA?S desde San Diego (EE UU) otro de los promotores del 20-F. El realizador Nadir Buhmuch decidi¨® filmarlo todo desde los or¨ªgenes y el desarrollo de aquel grupo en el documental My majzen and me, que alude al enorme poder oculto de la Casa Real. Y sintetiza la decadencia del movimiento de protestas en tres causas: ¡°La represi¨®n del Estado, con arrestos de periodistas, activistas, artistas y la violencia policial y la tortura; la desinformaci¨®n y la propaganda, con autocensura y fuerte presi¨®n para emitir im¨¢genes de violencia en Siria o Libia para meter miedo y desaconsejar a los marroqu¨ªes participar en esos movimientos, y el reforzamiento de la fachada democr¨¢tica [del sistema]¡±.
La cara de esa fachada podr¨ªa ser el ministro portavoz del Gobierno, Mustafa el Jalfi, del mismo partido que Benkiran y en una permanente cruzada contra los medios de comunicaci¨®n. El Jalfi, que quiere crear un comit¨¦ de verificaci¨®n de las noticias, explica as¨ª la situaci¨®n de Marruecos con respecto a otros pa¨ªses: ¡°Nosotros aprobamos en 2011 la nueva Constituci¨®n por el impulso del rey Mohamed VI, celebramos las elecciones, hemos puesto en marcha muchas reformas. Ese es nuestro modelo a exportar¡±.
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