La ¨²ltima crisis en la frontera pone en evidencia el sistema migratorio de EE UU
La llegada masiva de menores inmigrantes revela la falta de respuestas de las leyes de EE UU
Una oleada de 52.000 migrantes, la mayor¨ªa ni?os que viajan solos, y con pocos indicios de amainar en un futuro inmediato, ha puesto en evidencia las carencias del sistema de inmigraci¨®n de Estados Unidos. Obsoletas e ineficientes, las leyes migratorias son incapaces de responder a las necesidades econ¨®micas de la primera potencia del mundo, dejan abiertos numerosos huecos a quienes apuestan por entrar ilegalmente en el pa¨ªs y no sirven de respuesta para los 11 millones de indocumentados que, seg¨²n las estimaciones m¨¢s modestas, residen en el pa¨ªs.
La llegada masiva de menores a la frontera ha provocado en las ¨²ltimas semanas una crisis humanitaria que ha desbordado todas las previsiones del Gobierno. La primera reacci¨®n fue disuadir a los padres de pa¨ªses centroamericanos de enviar a sus hijos rumbo al norte. Despu¨¦s EE UU comparti¨® responsabilidades con estas naciones anunciando el env¨ªo de fondos multimillonarios para luchar contra la inseguridad y la pobreza. En Washington, los pol¨ªticos republicanos advirtieron que las ¨²ltimas medidas de Obama, como la cancelaci¨®n de las deportaciones a estudiantes indocumentados, estaban provocando un ¡°efecto llamada¡±.
Y como ¨²ltimo recurso, el presidente dirigi¨® una carta al Congreso este lunes en la que solicitaba m¨¢s recursos econ¨®micos para proteger la frontera sur y una ampliaci¨®n de las competencias de los agentes de inmigraci¨®n para poder acelerar las deportaciones. Numerosas voces, entre ellas la de la l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, advirtieron que EE UU deb¨ªa tratar la situaci¨®n actual como una crisis humanitaria, ante todo, al estar lidiando con menores de edad.
El Gobierno puede deportar casi autom¨¢ticamente a los inmigrantes interceptados en la frontera si son de origen mexicano o canadiense, pero el proceso es m¨¢s largo y costoso en el caso de que provengan de otras naciones, como ocurre con la mayor¨ªa de los menores implicados en esta crisis, emigrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador. Los protagonistas de la ¨²ltima oleada migratoria son adem¨¢s menores de edad que huyen de la inestabilidad en Centroam¨¦rica y no encajan con el perfil de amenaza para la seguridad nacional que pretenden detener las leyes de inmigraci¨®n actual.
Son miles de menores que han sacado los colores a un sistema ahogado en burocracia -los casos de deportaci¨®n acumulan retrasos de m¨¢s de 18 meses- y que apenas un mes despu¨¦s de llegar a la frontera son puestos en contacto con un familiar y pueden empezar su vida en EE UU. Como prometi¨® la Casa Blanca, tienen pendiente un proceso de deportaci¨®n, pero sin el cambio que ha vuelto a prometer Obama, el sistema actual no puede impedir que permanezcan en el pa¨ªs, aunque sea en las sombras de la ilegalidad.
Miles de menores de edad que han brindado a Obama un ¨²ltimo argumento para dar carpetazo a la reforma por la v¨ªa legislativa, el ¨²ltimo ejemplo de las consecuencias de negarse a renovar un sistema migratorio anticuado e incapaz de crear v¨ªas legales para aprovechar la incesante llegada de inmigrantes a sus fronteras.
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