A¨²n falta la excomuni¨®n civil
El escritor que mejor conoce el crimen organizado analiza el mensaje del Papa contra la Mafia
Los miembros de la ¡®ndrina [c¨¦lula de la Mafia calabresa] presos en la c¨¢rcel de Larino han decidido no participar m¨¢s en la misa. Desde hace semanas llevan a cabo una especie de huelga religiosa. Despu¨¦s de la excomuni¨®n declarada por el papa Francisco, para los presos es in¨²til ¡ªhan dicho al capell¨¢n don Marco¡ª ir a misa ya que han sido excluidos del sacramento. El inesperado anatema de Bergoglio ha entrado con fuerza incluso en las c¨¢rceles que acogen a los miembros de la ¡®Ndrangheta.
La mayor¨ªa ha interpretado la excomuni¨®n como un movimiento teol¨®gico, una operaci¨®n moral ideada m¨¢s por principios que por una oposici¨®n real a las organizaciones criminales. Un gesto moral que podr¨ªa ser importante para dar una nueva direcci¨®n a la Iglesia, pero que dif¨ªcilmente podr¨¢ incidir en los comportamientos de los padrinos, los affiliados, de los integrantes de la Mafia. ?Qu¨¦ da?o har¨¢ a un capo una condena metaf¨ªsica que no tiene esposas, no tiene incautaci¨®n de bienes, no tiene cadena perpetua. Una condena que simplemente excluye espiritualmente de la comunidad cristiana y de sus sacramentos?
De preguntas como estas nac¨ªa la desconfianza de aquellos que tem¨ªan que la postura del Papa contra los clanes fuera in¨²til. Un gesto bonito, noble, pero inocuo. Pero no ha sido as¨ª, como prueba la protesta de los 200 presos. Es un gesto ¨²nico en la historia criminal que no significa en absoluto aquello que podr¨ªa parecer en una primera lectura: o sea, una simple consecuencia de la excomuni¨®n. Cuando se trata de organizaciones mafiosas, cada acci¨®n, cada palabra, cada gesto debe ser le¨ªdo m¨¢s all¨¢ de su significado simple y elemental. Debe ser insertado en la compleja gram¨¢tica simb¨®lica que es la comunicaci¨®n de los clanes.
La negativa de ir a misa de los presos de la ¡®Ndrangheta es un gesto para confirmar desde las celdas su fidelidad
Esta huelga de misas no va dirigida a los sacerdotes, a la direcci¨®n de la c¨¢rcel, ni mucho menos al Papa. Esta huelga no quiere decir: ¡°El Papa nos ha quitado el carn¨¦ de cristianos, no podemos seguir el camino de la misa y de la comuni¨®n¡±. Porque esto es falso. El papa Francisco en su viaje a Calabria ha hecho un gesto comunicativamente genial, ha ido a encontrarse con los detenidos en la c¨¢rcel de Castrovillari y les ha dicho: ¡°Tambi¨¦n yo me equivoco, tambi¨¦n yo necesito perd¨®n¡±. En esta frase est¨¢ la verdadera fuerza de su declaraci¨®n de excomuni¨®n. No es contra el preso encarcelado por pertenecer a la organizaci¨®n, es contra la organizaci¨®n. La excomuni¨®n no es al asesino, al extorsionador, al alcalde corrupto, al juez turbio, al capo; la excomuni¨®n es contra quien contin¨²a sosteniendo la organizaci¨®n. La excomuni¨®n es para el asesinato, la extorsi¨®n, el soborno, la corrupci¨®n, la pr¨¢ctica mafiosa.?
La de los reclusos no es una protesta contra la Iglesia que ha abandonado, en contradicci¨®n con el Evangelio (¡°estaba preso y hab¨¦is venido a encontrarme¡±), el consuelo a los detenidos. Es un manifiesto, una declaraci¨®n de obediencia a la ¡®Ndrangheta, la reconfirmaci¨®n del juramento de fidelidad a la Santa. Esta huelga es un gesto dirigido a la organizaci¨®n mafiosa. Acudir a misa tras la excomuni¨®n podr¨ªa haber puesto a los presos bajo la sospecha del camino de la traici¨®n, la senda del arrepentimiento que Francisco les ha indicado.
Subrayan: ¡°Estamos excomulgados por ser de la ¡®Ndrangheta, y no debemos dejar escapar ninguna ocasi¨®n para confirmar desde las celdas nuestra fidelidad¡±. Se hace huelga de misas para declarar que todav¨ªa son hombres de honor y no provocar sospecha alguna de distanciamiento a las reglas de la honorable sociedad. Cuando se comprometen con la estampita de san Miguel ?ngel lo hacen con las manos unidas y abiertas con forma de copa y las palabras que pronuncian son definitivas: ¡°En el nombre de nuestro Se?or Jesucristo juro ante esta sociedad ser fiel a mis compa?eros y renegar de mi padre, de mi madre, de mis hermanas y hermanos y, si es necesario, hasta de mi propia sangre¡±.
La excomuni¨®n del papa Francisco est¨¢ convirti¨¦ndose en un modo de poner de relieve los inaccesibles blindajes que a¨ªslan los c¨®digos mafiosos de los del resto de la sociedad civil. Es necesario insistir ah¨ª y actuar, aislar aquellas partes de la Iglesia soldadas a la cultura mafiosa que todav¨ªa resisten, como demuestra lo que sucedi¨® el domingo en Oppido Mamertina, en Calabria, donde una procesi¨®n rindi¨® homenaje a don Giuseppe Mazzagatti al pasar por su casa. Una reverencia debida para no alterar a un viejo jefe que todav¨ªa da importancia (respecto a las j¨®venes generaciones) al viejo rito y que ¡ªcomo muchos han dejado caer¡ª financia desde hace d¨¦cadas las fiestas patronales y las iniciativas religiosas en su territorio.
En la Italia de la crisis los s¨ªmbolos cuentan como algo real, como sustancia, no son un adorno superficial. A la excomuni¨®n religiosa debe seguirle una excomuni¨®n civil absoluta, que permita la exclusi¨®n del mecanismo mafioso de las din¨¢micas cotidianas, econ¨®micas, sociales. Una exclusi¨®n verdadera, radical, definitiva.
? 2014, Roberto Saviano. ZeroZeroZero, de Roberto Saviano, ha sido publicado por Anagrama.
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