?Turco o alem¨¢n? Las dos cosas
La ley que permite la doble nacionalidad a hijos de inmigrantes desata el debate en Alemania
El centro de asesor¨ªa para turcos del barrio berlin¨¦s de Kreuzberg ten¨ªa el pasado lunes una agitaci¨®n mayor de la habitual. Decenas de personas se acercaban a esta oficina para preguntar por los detalles de la decisi¨®n adoptada cuatro d¨ªas antes por el Bundestag, la C¨¢mara baja del Parlamento alem¨¢n. El s¨ª de los diputados por abrumadora mayor¨ªa ¡ªalgo habitual en este Gobierno de gran coalici¨®n¡ª permitir¨¢ a los hijos de inmigrantes en Alemania no verse obligados a tomar a los 23 a?os una decisi¨®n crucial. Ya no tendr¨¢n que elegir entre la nacionalidad de sus antepasados o la del pa¨ªs en el que han vivido y crecido. Podr¨¢n conservar las dos, siempre que cumplan ciertas condiciones.
La medida est¨¢ pensada sobre todo para los turcos. No solo porque se trate, con m¨¢s de mill¨®n y medio de personas, de la comunidad extranjera m¨¢s numerosa en Alemania. Tambi¨¦n porque otros pa¨ªses, como todos los de la UE, ya ten¨ªan convenios que permit¨ªan a los hijos de espa?oles, franceses, italianos o brit¨¢nicos residentes en Alemania tener los dos pasaportes de por vida. Hay, por ejemplo, 700.000 alemanes con nacionalidad polaca. Otros ciudadanos, como la mayor¨ªa de latinoamericanos, marroqu¨ªes, sirios e iran¨ªes, tambi¨¦n se beneficiar¨¢n de la nueva regulaci¨®n.
El pero llega con las condiciones que los socialdem¨®cratas del SPD, los impulsores de la iniciativa, se han visto obligados a aceptar de sus socios democristianos de Gobierno. Para conservar los dos pasaportes ser¨¢ obligatorio que el beneficiario demuestre a los 21 a?os que ha vivido al menos ocho en Alemania o que ha estado seis escolarizado. Estos requisitos impuestos por la parte m¨¢s conservadora del Gobierno, temerosa de que acceder a la nacionalidad fuera demasiado f¨¢cil, han despertado las cr¨ªticas de la oposici¨®n y de las asociaciones de defensa de los inmigrantes.
En los ¨²ltimos a?os han sido los socialcristianos de la CSU, el partido b¨¢varo hermanado con la CDU de Angela Merkel, los que m¨¢s han insistido en que eliminar las restricciones ser¨ªa una forma de devaluar la noci¨®n de convertirse en alem¨¢n.
¡°Estamos bastante enfadados. Este no es el proyecto que el SPD prometi¨® en la campa?a electoral. Creemos que los requisitos no evitar¨¢n que la mayor parte de los afectados puedan optar a la doble nacionalidad, pero es una cuesti¨®n de principios¡±, aseguraba el pasado jueves desde su soleado despacho berlin¨¦s Mustaf¨¢ Doganay, representante de la comunidad turca de Alemania.
M¨¢s duro a¨²n es el discurso de la oposici¨®n. Los Verdes y la Izquierda critican otro de los puntos conflictivos de la ley: su no retroactividad. Es decir, los extranjeros que perdieron la nacionalidad alemana cuando estaban obligados a elegir entre una de las dos no podr¨¢n recuperarla. ¡°Rechazamos la nueva ley porque supone una vez m¨¢s tratar a los alemanes con padres extranjeros como si fueran de segunda clase¡±, resume el portavoz de Interior del partido ecologista.
Los impulsores de la iniciativa lo ven de otro modo. La diputada socialdem¨®crata Eva H?gl lamenta no haber convencido a sus socios de Gobierno de eliminar en todos los casos la obligaci¨®n de elegir nacionalidad, pero al mismo tiempo define la ley aprobada como un gran ¨¦xito. ¡°La doble nacionalidad forma parte de nuestro proceso de reconocernos como una sociedad de inmigraci¨®n. Hemos dado un paso importante en el camino para aceptar que somos una sociedad multicultural¡±, a?ade H?gl, vicepresidenta del grupo parlamentario del SPD.
No hay datos sobre el n¨²mero de turcos nacidos en Alemania afectados, pero el responsable de Integraci¨®n del Gobierno, el socialdem¨®crata Aydan ?zoguz, de ascendencia turca, calcula que a partir de 2018 unos 40.000 j¨®venes podr¨¢n beneficiarse cada a?o de la nueva ley.
El debate sobre la integraci¨®n y la ciudadan¨ªa lleva d¨¦cadas siendo un asunto caliente en la sociedad alemana. El canciller socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der, fue en 2000 el responsable de acabar con el derecho de sangre para obtener la nacionalidad, un sistema anticuado que adem¨¢s era contraproducente para un pa¨ªs que necesita inmigrantes. Frente a las cr¨ªticas que recibi¨®, el Gobierno de coalici¨®n SPD-Verdes dio el paso, pero lo hizo de una forma t¨ªmida que creaba dos tipos de turcos, los nacidos antes de 1990 y los nacidos despu¨¦s. Solo los segundos ten¨ªan derecho a optar a los dos pasaportes, con la condici¨®n de que cuando cumplieran 23 a?os eligieran uno u otro. Han sido los propios socialdem¨®cratas los que han cambiado esta norma 14 a?os m¨¢s tarde. Pero lo han vuelto a hacer de un modo que algunos consideran insuficiente. La pol¨¦mica promete continuar.
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