Hillary y el Quijote
El nuevo libro de la se?ora Clinton revela una gran ignorancia del mundo en general y una extraordinaria arrogancia
Siempre hab¨ªa admirado a Hillary Clinton. Me parece que en la campa?a electoral del 2008, el machismo prevaleci¨® entre muchos votantes cuando se escogi¨® a Obama, menos preparado para la presidencia que la veterana se?ora Clinton. Por eso ten¨ªa gran inter¨¦s en leer su nuevo libro Hard Choices, que narra sus experiencias como Secretaria de Estado.
Mi desilusi¨®n ha sido grande. Los escogimientos de Hillary, o por lo menos la manera como los describe en el libro, revelan una gran ignorancia del mundo en general y una extraordinaria arrogancia: todo gira en torno a ella y su manera de persuadir o conquistar a sus interlocutores. Debo confesar que no he le¨ªdo todav¨ªa el libro completo: son 635 p¨¢ginas de lectura poco amena. Algunos cr¨ªticos han dicho que se trata de una obra para ser escudri?ada y no le¨ªda y quiz¨¢s yo he ca¨ªdo en esa tentaci¨®n.
Como venezolana, le¨ª inmediatamente el cap¨ªtulo sobre Am¨¦rica Latina. La Secretaria de Estado aborda nuestro continente como el personaje de dibujos infantiles ¡°Dora la Exploradora¡±. Todo es explicado en forma elemental. ¡°?Quiz¨¢s a usted le pueda sorprender que Am¨¦rica Latina compra el 40% de las exportaciones de EE UU? ?No est¨¢ solo!... No es solo un continente de golpes de estado y cr¨ªmenes.¡±
Se describe como una chica rubia de Chicago que pasaba la frontera con sus amigos para cenar y bailar y naturalmente, Colombia es el pa¨ªs del realismo m¨¢gico descrito por Garc¨ªa M¨¢rquez en el libro favorito de Bill. Pero cuando toca describir los acontecimientos sucedidos en un per¨ªodo de notable p¨¦rdida de influencia de los Estados Unidos en la regi¨®n su visi¨®n es bastante discutible. Describe como ¨¦xito de su muy personal diplomacia la reuni¨®n de la OEA donde se decidi¨® que Cuba ser¨ªa readmitida al organismo interamericano. Mi recuerdo de esa desdichada reuni¨®n gira m¨¢s bien en torno a los encendidos discursos de todos los representantes del continente en contra de EE UU y su pol¨ªtica de marginar a Cuba. El otro acontecimiento que narra como ejemplo de su exitosa diplomacia es la salida de Zelaya del poder. Pero olvida que el gobierno de Obama fue de los primeros en condenar el golpe militar en contra del disc¨ªpulo de Ch¨¢vez, que no regres¨® al poder gracias a la oposici¨®n de las instituciones hondure?as y no por alguna presi¨®n del vacilante presidente de Estados Unidos. Para terminar con Am¨¦rica Latina, Clinton se refiere a un min¨²sculo programa energ¨¦tico implementado con algunas islas del Caribe realmente insignificante si se compara con el ALBA de Ch¨¢vez, que ha servido para comprar votos y conciencias en toda la regi¨®n.
Libia obviamente fue para m¨ª el segundo punto de inter¨¦s. All¨ª me he encontrado con una curiosa percepci¨®n geogr¨¢fica. Hillary afirma una verdad irrebatible: Libia est¨¢ en ?frica. Pero de ese hecho innegable saca la extra?a conclusi¨®n que no pudo haber intervenci¨®n de tropas norteamericanas en el terrible incidente de Benghazi ¡°porque la presencia militar de EEUU en ?frica es casi inexistente¡.las tropas m¨¢s cercanas est¨¢n a miles de millas de distancia en Afganist¨¢n.¡± Me imagino que tal afirmaci¨®n fue cuestionada durante sus numerosas interpelaciones en el Congreso. ?La Secretaria de Estado ignora que adem¨¢s de estar en ?frica, Libia es un pa¨ªs mediterr¨¢neo? Mi sorpresa fue tan grande que tuve que ir a Google a consultar y por Internet tuve la confirmaci¨®n: la VI Flota todav¨ªa existe y tiene una enorme base en el sur de Italia, pr¨¢cticamente frente a la costa libia. Probablemente existen miles de impedimentos, que ignoro, para que la VI flota no interviniera en Benghazi, pero es inaceptable que Hillary use como argumento que los militares m¨¢s cercanos se encontraban en Afganist¨¢n.
Pero mi sorpresa mayor la encontr¨¦ en el cap¨ªtulo anterior. Se supone que estas memorias fueron escritas en equipo y, pensando en la venidera campa?a presidencial, examinadas cuidadosamente para no disgustar a nadie (y por eso resultan tan fastidiosas). A pesar de tantos cuidados, en dos oportunidades Hillary califica al gobierno de Muamar el Gadafi como ¡°quijotesco¡±. Me parece que esa dictadura pod¨ªa considerarse como grotesca, monstruosa, cruel, anacr¨®nica, ?pero quijotesca? ?Qu¨¦ visi¨®n tiene la flamante candidata y exsecretaria de Estado, de un personaje que es un arquetipo universal como Don Quijote? ?Ha le¨ªdo aunque sea un resumen para bachillerato, de la obra de Cervantes? Todos esos editores que corrigieron su libro, ?no pensaron que comparar a un dictador como Gadafi con una figura emblem¨¢tica de la hispanidad, podr¨ªa resultar chocante para algunos de esos electores latinos que pretenden conquistar?
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