Llegan a Holanda los primeros 40 cad¨¢veres del vuelo MH17
La ONU solicita que se proteja la zona del desastre para evitar la desaparici¨®n de pruebas
Holanda no declaraba una jornada de luto nacional desde la muerte de la reina Guillermina en 1962. Sumido en un trauma colectivo, el pa¨ªs honr¨® este mi¨¦rcoles a sus 193 compatriotas muertos ¡ªjunto con 105 pasajeros de otras nueve nacionalidades¡ª en el vuelo MH17 de Malaysia Airlines. Los primeros 40 cuerpos salieron de J¨¢rkov, en Ucrania ¡ªpa¨ªs que sobrevolaba el avi¨®n cuando fue derribado¡ª, por la ma?ana y llegaron al aeropuerto holand¨¦s de Eindhoven por la tarde a bordo de dos vuelos militares: un H¨¦rcules holand¨¦s y un C17 australiano que se uni¨® a la operaci¨®n porque Australia ha perdido a 27 nacionales en la tragedia.
Minutos antes de que aterrizaran, campanas de todo el pa¨ªs (entre ellas las de la torre del Dom en la catedral de Utrecht, la m¨¢s alta del pa¨ªs) repicaron en su honor. En la pista aguardaban los familiares de las v¨ªctimas, protegidos de las c¨¢maras en una zona especial. Los reyes Guillermo y M¨¢xima, el Gobierno, el pr¨ªncipe Laurent de B¨¦lgica (cuatro v¨ªctimas eran de su pa¨ªs), y Julie Bishop, ministra australiana de Exteriores, estuvieron entre quienes guardaron un minuto de silencio.
Las banderas a media asta ondeaban en edificios p¨²blicos y barriadas enteras. En el aeropuerto de ?msterdam-Schiphol, empleados y turistas rodearon la monta?a de flores depositadas en recuerdo de los viajeros muertos. Los parques de atracciones pararon sus m¨¢quinas; algunos cines hicieron otro tanto con los proyectores; los trenes se detuvieron, y la televisi¨®n nacional suprimi¨® por un d¨ªa todos los anuncios de su programaci¨®n. Los molinos, s¨ªmbolo nacional por excelencia, colocaron las aspas en posici¨®n de duelo: la inferior, que deber¨ªa quedar perpendicular al edificio, qued¨® ligeramente inclinada hacia la derecha.
En el aeropuerto de Eindhoven, el recibimiento de los f¨¦retros fue medido al mil¨ªmetro. Nueve soldados depositaron los f¨¦retros en coches f¨²nebres a pie de pista. Desde all¨ª, el convoy enfil¨® a Hilversum, en el centro del pa¨ªs. El cuartel del Ej¨¦rcito donde los forenses identificar¨¢n a los cad¨¢veres queda fuera del casco urbano, y los expertos podr¨¢n trabajar ajenos a los curiosos en una tarea que puede prolongarse meses. Se prev¨¦ ardua: ma?ana llegar¨¢n al pa¨ªs 74 cad¨¢veres m¨¢s.
Lo emotivo de la ceremonia no ha disipado las dudas sobre la suerte de los cuerpos a¨²n por recoger en suelo ucranio. La agencia rusa Itar-Tass cifraba este mi¨¦rcoles en 16 los que quedan bajo el fuselaje. La zona del impacto abarca 35 kil¨®metros cuadrados, que siguen desprotegidos. En vista de que pueden desaparecer huellas esenciales para la investigaci¨®n internacional, solicitada por los 10 pa¨ªses que han perdido nacionales, Mark Rutte, primer ministro holand¨¦s, ha propuesto enviar una fuerza policial bajo bandera de la ONU. Tony Abbot, primer ministro australiano, le apoya. Otro tanto hace Ucrania. Juntos intentan incluir la idea del contingente en una petici¨®n que piensan remitir a la ONU. Australia es el ¨²nico de los tres pa¨ªses representado en el Consejo de Seguridad.
La tragedia del avi¨®n ha mostrado tambi¨¦n el funcionamiento de la pol¨ªtica holandesa en momentos de crisis. La aparente tibieza del Gobierno a la hora de pedir explicaciones a Mosc¨² ¡ªsospechoso de aportar los misiles que derribaron el avi¨®n¡ª ha sido criticada dentro y fuera del pa¨ªs. Ahora que todos los cuerpos, no s¨®lo los de sus compatriotas, empiezan a llegar, predominan las alabanzas por el emotivo y bien articulado discurso ante la ONU del ministro de Exteriores, Frans Timmermans, pidiendo su devoluci¨®n. La Haya est¨¢ herida, pero es pragm¨¢tica y endurece su postura una vez logrado el objetivo primordial. Siempre, en el marco de la UE o la ONU.
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