Cadena perpetua en Camboya para dos jefes del genocidio
Son los supervivientes del r¨¦gimen que orden¨® el exterminio entre 1975 a 1979
El Tribunal Internacional de Camboya dio este jueves un paso hacia la reconciliaci¨®n social del pa¨ªs al condenar a cadena perpetua por cr¨ªmenes contra la humanidad a los dos ¨²nicos l¨ªderes supervivientes de la dictadura de los Jemeres Rojos (1975-1979), que caus¨® unos dos millones de muertos.
Durante tres a?os de audiencias, desde 2011, han pasado por el tribunal especial para juzgar el genocidio camboyano ¡ªcreado con el respaldo de la ONU¡ª decenas de personas que narraron sus historias de c¨®mo perdieron a sus familiares y c¨®mo tuvieron que sufrir los castigos y ¨®rdenes del Partido Comunista en el poder, liderado por Saloth Sor, m¨¢s conocido como Pol Pot.
Los jueces recopilaron finalmente un n¨²mero suficiente de pruebas para poder dictar cadena perpetua contra Nuon Chea, segundo en el Partido Comunista y n¨²mero dos de Pol Pot, hoy de 88 a?os, y Khieu Samphan, de 83 a?os y que lleg¨® a ser jefe de Estado de Kampuchea Democr¨¢tica ¡ªel nombre oficial de Camboya durante la dictadura de Pol Pot¡ª.
Unos 1,7 millones de personas murieron entre 1975 y 1979 durante el r¨¦gimen del Jemer Rojo liderado por Pol Pot
El juez Nil Noon declar¨® este jueves en la audiencia en la capital del pa¨ªs, Phnom Penh, que ambos fueron culpables de ¡°exterminio y asesinato, persecuci¨®n pol¨ªtica y otros actos inhumanos incluyendo desplazamiento forzado, desapariciones forzadas y ataques contra la dignidad humana¡±. La lectura de la sentencia dur¨® unos 90 minutos.
La decisi¨®n marca un hito en la historia de posguerra de Camboya, ya que es la ¨²nica condena oficial contra los responsables del genocidio entre 1975 y 1979, bajo el mando de Pol Pot. Aunque es tard¨ªa y se aplica a dos ancianos que ya est¨¢n d¨¦biles de salud, constituye un ejemplo contra la impunidad que ha imperado en Camboya. Durante m¨¢s de 35 a?os desde que Pol Pot fue derrocado, la poblaci¨®n sobreviviente del r¨¦gimen fue testigo de la impunidad frente a los cr¨ªmenes cometidos. Los l¨ªderes jemeres no fueron juzgados y muchos de ellos se reincorporaron a la sociedad sin pagar condenas. Los comandantes del Partido Comunista Camboyano, y despu¨¦s de la Guerrilla Jemer, fallecieron por causas naturales o se exiliaron a otros pa¨ªses para evitar una condena.
El propio Pol Pot, que muri¨® en 1998 en medio de la selva camboyana, escap¨® a las condenas. Aunque vivi¨® bajo un arresto domiciliario dictado por los Jemer ¡ªpor deslealtad con sus aliados dentro de la guerrilla¡ª, nunca pag¨® condena oficial por los cr¨ªmenes cometidos durante su dictadura. Su fallecimiento es a¨²n hoy un dolor para la sociedad por ser el principal ejemplo de impunidad.
El r¨¦gimen mao¨ªsta impuesto por Pol Pot, que lleg¨® al poder con las armas derrocando a un Gobierno apoyado por Estados Unidos, se convirti¨® r¨¢pidamente en una dictadura que acabar¨ªa con un cuarto de la poblaci¨®n camboyana. Su ideal comunista se bas¨® en una revoluci¨®n agraria que oblig¨® a la poblaci¨®n urbana a ¡°retomar¡± todos los rincones del pa¨ªs. Forz¨® un desplazamiento masivo desde las urbes hacia el campo e impuso trabajos forzados que llevaron a miles de personas a la desnutrici¨®n, y en muchos casos, a la muerte.
A su vez, su dictadura persigui¨® a intelectuales, artistas, acad¨¦micos y miembros de la aristocracia que fueran un potencial obst¨¢culo en su utop¨ªa agraria.
Las huellas de los cr¨ªmenes del r¨¦gimen perduran en Phnom Pehn, en c¨¢rceles como Tuol Sleng o los campos de exterminio.
El proceso judicial, que comenz¨® en 2006, ha sido criticado por su lentitud. Incluso un juez suizo, miembro del tribunal especial, renunci¨® al caso tras denunciar corrupci¨®n interna, ya que simpatizantes de los jemeres movieron sus influencias para alterar pruebas.
A pesar de haber ocupado puestos relevantes durante el r¨¦gimen de los Jemer, los dos ancianos condenados este jueves negaron de nuevo su culpabilidad y afirmaron que cumpl¨ªan ¨®rdenes de Pol Pot. Su defensa ya ha anunciado que recurrir¨¢ la sentencia.
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