Obama y Clinton, un abrazo distante
El presidente y la posible candidata se reencuentran en una cena despu¨¦s de las cr¨ªticas de Clinton a la pol¨ªtica exterior de Obama
Un abrazo, unas palmadas en la espalda y... ?solucionado? As¨ª es al menos como ha adelantado Hillary Clinton su intenci¨®n de hacer borr¨®n y cuenta nueva con presidente de Estados Unidos, Barack Obama, despu¨¦s de que sus comentarios contra la pol¨ªtica exterior de su ex jefe durante una entrevista hayan generado una inesperada oleada de cr¨ªticas contra quien se apuesta que aspira a ocupar la Casa Blanca en menos de dos a?os.
El escenario elegido es una fiesta de amigos comunes este mi¨¦rcoles en la noche en Martha¡¯s Vineyard, la isla en Massachusetts donde los Obama pasan sus vacaciones -como hicieran los Clinton anta?o- y donde la ex secretaria de Estado se encuentra firmando ejemplares de sus memorias Hard Choices (Decisiones Dif¨ªciles), el libro ampliamente considerado como su plataforma presidencial pese a que ella siga sin adelantar sus intenciones de cara a 2016.
El prometido abrazo tendr¨¢ lugar lejos de las c¨¢maras, seg¨²n ha adelantado la Casa Blanca, pero el equipo de Clinton se ha encargado de publicitarlo bien. Y, de paso, dejar claro que Clinton no repudia la pol¨ªtica exterior de Obama de la que al fin y al cabo fue un instrumento clave durante los primeros cuatro a?os de mandato del dem¨®crata.
Clinton ¡°siempre ha promocionado los importantes logros de su presidencia (¡) y aunque han tenido algunas diferencias honestas en algunos temas, incluidos aspectos sobre el endiablado desaf¨ªo que significa Siria, ella las ha explicado muchas veces¡±, dijo el portavoz de Clinton, Nick Merrill, en un comunicado enviado al diario Politico el martes, cuando qued¨® claro que no iban a dejar de arreciar las cr¨ªticas a la secretaria de Estado por lo que no pocos consideran una falta de lealtad a Obama.
Seg¨²n revel¨®, la propia Clinton llam¨® a Obama para ¡°asegurarse de que ¨¦l sepa que nada de lo que dijo era un intento de atacarle¡± con sus declaraciones a la revista The Atlantic, donde cuestion¨® lo que considera una excesiva prudencia del presidente ante la guerra civil en Siria y vincul¨® esa pol¨ªtica con el ascenso del Estado Isl¨¢mico (EI) en el vecino Irak. Adem¨¢s, calific¨® como insuficiente el concepto de ¡°no hagas estupideces¡± con el que Obama ha definido ante periodistas su marco para actuar en pol¨ªtica exterior.
Sus declaraciones provocaron una iracunda respuesta del bando de Obama, que lo ha visto como un golpe bajo en momentos en que el mandatario goza de bajas tasas de aprobaci¨®n en su pol¨ªtica exterior.
¡°S¨®lo para clarificar: ¡®No hagas estupideces¡¯ se refiere a cosas como ocupar Irak, que fue una tr¨¢gicamente mala decisi¨®n¡±, tuite¨® r¨¢pidamente el exasesor y gran amigo de Obama David Axelrod en una referencia directa a que, cuando era senadora por Nueva York, Hillary Clinton fue uno de los dem¨®cratas que votaron a favor de la guerra contra Irak del republicano George W. Bush.
¡°Algunos han elegido darle gran bombo ahora a esas diferencias, pero eso no podr¨¢ eclipsar su amplia coincidencia en la mayor¨ªa de asuntos¡±, subray¨® al respecto el portavoz de Clinton. ¡°Como dos amigos cualquiera que tienen que lidiar con la opini¨®n p¨²blica, [Clinton] ans¨ªa arreglarlo con un abrazo cuando se vean ma?ana en la noche¡±, agreg¨® en referencia a la fiesta en la isla.
Toda precauci¨®n no es poca. Y es que aunque Clinton sigue sin anunciar oficialmente si aspirar¨¢ a la candidatura dem¨®crata a la presidencia en 2016, pocos dudan de que dar¨¢ el paso frustrado por el propio Obama en 2008. Pero desde que en junio se lanzara a la carretera a promocionar sus memorias y relanzar de paso su imagen, varios ¡°faux pas¡±, como cuando declar¨® que ella y su marido, el expresidente Bill Clinton, salieron ¡°completamente arruinados¡± de la Casa Blanca, han puesto en duda su capacidad de enfrentarse a otra dura carrera presidencial, pese a que analistas insistan en que es demasiado pronto para leer tanto entre l¨ªneas. Ahora se une la cuestionada entrevista en The Atlantic.
En una devastadora columna, la periodista Maureen Dowd acusa desde las p¨¢ginas de The New York Times a Clinton de deslealtad a Obama y de asestarle un ¡°golpe bajo¡± que no le habr¨ªa dado si la popularidad del presidente fuera m¨¢s alta.
El problema de Clinton es la delgada l¨ªnea sobre la que camina en lo que se refiere a Obama, un antiguo rival reconvertido en su jefe durante cuatro a?os y que de cara a sus aspiraciones pol¨ªticas podr¨ªa tener, aunque sea muy a su pesar, un papel clave.
¡°Esta controversia podr¨ªa recordarle a algunos de los que apoyaron a Obama en 2008 por qu¨¦ no lo hicieron por Clinton¡±, destaca al respecto la cadena NBC, que recuerda que aunque la ex secretaria de Estado cuenta con mucho apoyo para una candidatura entre su partido, ¡°ya hay un peque?o grupo de dem¨®cratas que est¨¢n buscando a otro candidato que pueda derrotarla¡±, como la senadora Elizabeth Warren, a la que algunos ven como una nueva ¡°versi¨®n de Obama¡±.
Por ahora, parece que Clinton puede respirar tranquila. Seg¨²n asegur¨® este mi¨¦rcoles la Casa Blanca poco antes del anunciado encuentro en Martha¡¯s Vineyard, Obama est¨¢ dispuesto a tenderle una vez m¨¢s la mano a su antigua rival.
El presidente ¡°agradeci¨®¡± la llamada de Clinton y espera con antelaci¨®n su encuentro en la fiesta, asegur¨® el viceportavoz de la Casa Blanca Eric Schulz. La relaci¨®n entre ambos, asegur¨®, es ¡°estrecha¡± y ¡°resistente¡±.
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