Las promesas y los riesgos del populismo
Cuando los sistemas pol¨ªticos son vistos como cerrados emergen alternativas que prometen terminar con el dominio de las ¨¦lites
El populismo se basa en la promesa democratizadora de devolver el poder secuestrado por las ¨¦lites a los ciudadanos. Los populistas politizan temas que no eran considerados c¨®mo relevantes o que fueron vistos como problemas t¨¦cnicos. Hugo Ch¨¢vez, Rafael Correa, Evo Morales, al igual que Podemos, por ejemplo cuestionan las pol¨ªticas neoliberales y politizan el manejo del fisco c¨®mo una econom¨ªa pol¨ªtica que favorece intereses de clase. Los populismos prometen una mejor forma de democracia en que la participaci¨®n ciudadana remplace el manejo de lo p¨²blico por ¨¦lites partidistas. Proponen un nuevo orden internacional m¨¢s justo asentado en la soberan¨ªa nacional.
Las promesas populistas surgen cuando los sistemas representativos son percibidos como excluyentes. La primera ola en Am¨¦rica Latina se dio en contextos en que grandes sectores de la poblaci¨®n estaban marginados de la pol¨ªtica a trav¨¦s de restricciones del voto y del fraude electoral. Los populismos incorporaron y dieron un sentido de pertenencia real y simb¨®lico a los trabajadores y pobladores humildes. Cuando los sistemas pol¨ªticos son vistos como cerrados y que silencian voces alternativas emergen populistas que prometen terminar con el dominio de las ¨¦lites. Es por esto que esta forma de gobierno acompa?a a las democracias, prometiendo remediarla y redimirla.
Los apelativos al pueblo pueden ser construidos desde la izquierda o la derecha. Mientras que el pueblo de Per¨®n o de Ch¨¢vez fue imaginado como los m¨¢s pobres, el de los populismos de derecha europeos es forjado con im¨¢genes nativistas en contra de los inmigrantes vistos como personas con valores culturales ajenos a la verdadera naci¨®n. Pese a que a primera vista la visi¨®n de pueblo de Ch¨¢vez o Per¨®n incluye y da val¨ªa de los excluidos, la imagen populista del pueblo puede llevar a la construcci¨®n de reg¨ªmenes autoritarios.
Los populismo, por lo general construyen a un l¨ªder como la encarnaci¨®n del pueblo
El discurso populista concibe que las diversidades de intereses y propuestas de una poblaci¨®n compleja se agrupan en dos campos que se enfrentan antag¨®nicamente: el pueblo contra las oligarqu¨ªas. Ya que la lucha pol¨ªtica es vivida como una guerra maniquea entre el pueblo virtuoso y sus opresores, no se dan espacios para las medias tintas. O se est¨¢ con el pueblo, la historia y el proceso o en su contra. Los populismo, por lo general construyen a un l¨ªder como la encarnaci¨®n del pueblo. En un mensaje a la Asamblea Nacional Ch¨¢vez asever¨®, ¡°no soy yo, soy el pueblo¡±. Al triunfar en las elecciones presidenciales del 2009 Rafael Correa dijo, ¡°el Ecuador vot¨® por si mismo¡±.
La tentaci¨®n populista de forjar al l¨ªder como la encarnaci¨®n del mismo pueblo se acent¨²a en reg¨ªmenes presidencialistas, cuando colapsan los partidos pol¨ªticos y en coyunturas en los que los movimientos sociales son d¨¦biles. Es as¨ª que luego del colapso de los partidos pol¨ªticos ecuatorianos s¨®lo qued¨® el liderazgo de Rafael Correa. Su gobierno emergi¨® cuando los movimientos sociales estaban en crisis y a diferencia de Bolivia no tuvieron el poder para frenar los intentos del l¨ªder de ser la ¨²nica voz del pueblo. Cuando los movimientos sociales son fuertes, el l¨ªder populista no tiene m¨¢s remedio que dialogar con ellos. En ausencia de movimientos o cuando se organiza a los sectores populares desde el estado como en el chavismo, el l¨ªder se transforma en la vox populi, la ¨²nica autorizada a hablar por el pueblo.
Si bien los populistas buscan la democratizaci¨®n de la sociedad, cuando llegan al poder muchas veces construyen reg¨ªmenes autoritarios. La visi¨®n populista de la pol¨ªtica transforma a los rivales democr¨¢ticos en enemigos antag¨®nicos. El l¨ªder dice que se enfrenta a opositores todopoderosos que siempre est¨¢n conspirando por lo que se reducen selectivamente las libertades ciudadanas de expresi¨®n y asociaci¨®n. Ya que sin el l¨ªder retornar¨¢ la opresi¨®n del pasado ¨¦ste ve el poder no como una ocupaci¨®n temporal sino como su posesi¨®n personal. El l¨ªder buscar¨¢ la reelecci¨®n indefinida hasta alcanzar su misi¨®n de liberar al pueblo a¨²n a costa de sacrificar principios democr¨¢ticos como la alternancia del poder.
A diferencia de los totalitarismo que abolieron el sufragio, el voto es la fuente de legitimidad populista. Ya que en principio los populistas pueden perder elecciones, colonizan el Estado y las instituciones de control y rendici¨®n de cuentas. El aparato estatal que es lo mismo que el Gobierno se pone al servicio para que el l¨ªder gane elecciones que se dan en canchas inclinadas en las que la oposici¨®n tiene pocas oportunidades. Es as¨ª que las promesas de democratizaci¨®n devienen en formas de gobierno autoritario. La tentaci¨®n populista puede ser resistida por la sociedad civil y las instituciones de la democracia liberal. Cuando ¨¦stas colapsan y la sociedad civil es colonizada por el l¨ªder populista, ¨¦ste deviene en la encarnaci¨®n del pueblo cuya misi¨®n es eternizarse en el poder hasta redimirlo de la opresi¨®n.
Carlos de la Torre es Director de Estudios Internacionales de la Universidad de Kentucky
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