La ense?anza del periodismo
En los diarios en los que trabaj¨¦ en mi juventud tuve inestimables profesores que, tan solo por existir, desarrollaban una formidable pedagog¨ªa
El periodismo se aprende, pero no est¨¢ tan claro que se ense?e. Antes de adentrarnos, sin embargo, en ese campo minado, retrocedamos para saltar mejor.
Periodista, desde el punto de vista legal, puede serlo cualquiera. Las cosas en algunos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina son distintas, pero en Europa y EE UU no se pide un diploma universitario para ejercer la profesi¨®n; te contratan y ya est¨¢; por eso digo que cualquiera puede ser periodista. Y eso ?por qu¨¦? Si m¨¦dicos, abogados, ingenieros, arquitectos necesitan un papel oficial que garantice que est¨¢n capacitados para hacer aquello para lo que han estudiado, ?qu¨¦ hace que los periodistas sean diferentes?
Las carreras digamos cl¨¢sicas tienen que ver con el trivium y el cuatrivium romano. Parten del conocimiento de una serie de textos, sin lo que no cabr¨ªa hablar de desempe?o profesional, legal y responsable. Por supuesto que para ninguna carrera basta con eso. ?Qu¨¦ ser¨ªa del abogado que todo lo hubiera aprendido en los libros? ?O el m¨¦dico que no hubiera tocado suficiente hospital antes que enfermo? Pero, sin que yo pretenda establecer proporciones precisas entre teor¨ªa (estudio) y pr¨¢ctica, me parece claro que la teor¨ªa es un sine qua non para que el futuro abogado o m¨¦dico lleguen a serlo. ?Pero d¨®nde est¨¢n los textos que haya que conocer para convertirse en periodista? Yo, que he escrito varios sobre ense?anza del periodismo, ni remotamente creer¨¦ que haga falta conocerlos para llegar a ser periodista. A lo sumo, el mejor estudio ser¨ªan el Quijote, Cien A?os..., La ciudad y los perros, entre otros muchos.
Periodista, desde el punto de vista legal, puede serlo cualquiera
Todo ello no significa, sin embargo, que no haya que estudiar periodismo. Yo he hecho periodismo y con muy buenos profesores, profesionales de gran capacidad, pese a que Espa?a era una dictadura, pero tanto o m¨¢s sirven a ese fin otros quehaceres universitarios como pueden ser historia, ciencia pol¨ªtica, antropolog¨ªa, filolog¨ªa y ?por qu¨¦ no? medicina. Soy partidario, por tanto, de que se contrate a gente que tenga el t¨ªtulo de periodista, expedido por una universidad, pero no de que se cierre uno en banda a otras posibilidades.
?Y d¨®nde podemos, con las limitaciones inevitables, aprender periodismo, entendiendo siempre que esa tarea durar¨¢ muchos a?os m¨¢s que los que pasemos en cualquier centro docente, e incluso toda una vida? El t¨ªtulo de no haber ido a la universidad no existe, y por esa raz¨®n siempre defender¨¦ que se estudie periodismo en la universidad, pero no que creamos que hayamos hecho con ello m¨¢s que iniciar el camino, sin menospreciar ni mucho menos una formaci¨®n general del alumnado que debe ir mucho m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente period¨ªstico. Pero eso no basta.
Las instituciones que s¨ª, en cambio, est¨¢n preparadas para ense?ar periodismo son aquellas capaces de reproducir in toto el trabajo de una publicaci¨®n, sin olvidar hoy que eso significa impreso y digital, con todos los aparejos que precisa un verdadero periodista, con un planteamiento de trabajo en condiciones de realidad, aunque lo que se haga sea solo para consumo interno. La Escuela de Periodismo de EL PA?S de Madrid es una de esas instituciones, como hay otras de caracter¨ªsticas similares en Espa?a, el resto de Europa, y EE UU. En Am¨¦rica Latina lo mejor que conozco en el g¨¦nero es la Fundaci¨®n para un Nuevo Periodismo Iberoamericano de Cartagena, que fund¨® en 1994 Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, y alguna escuela vinculada a un peri¨®dico, normalmente todas ellas para posgraduados, es decir, con alumnos que ya vienen con su sociolog¨ªa, su historia y su literatura bien aprendidas, para que estas instituciones se puedan concentrar en periodismo y solo periodismo.
El periodismo lo ense?an los profesionales con su ejemplo, que funciona igual en el medio digital que en el impreso
Las universidades en Am¨¦rica Latina y Espa?a que posean el utillaje necesario para llevar a cabo esa ense?anza basada en la reproducci¨®n del trabajo, tal como se lleva a cabo en una publicaci¨®n, que editen uno o m¨¢s peri¨®dicos a la semana realizados por los alumnos, por supuesto que est¨¢n tan plenamente capacitadas como las escuelas de especializaci¨®n para hacer lo m¨¢s parecido a ense?ar el periodismo. Pero incluso dentro de este planteamiento hay inevitables limitaciones, porque la reproducci¨®n no puede ser nunca id¨¦ntica al original. La clonaci¨®n en periodismo no existe. Y el encuentro ¡ªshock, en muchos casos¡ª con el peri¨®dico de verdad sigue siendo esencial. Yo he sido muy afortunado porque he tenido en los diarios en los que trabaj¨¦ en mi juventud inestimables profesores que ni siquiera sab¨ªan que lo eran, que tan solo por ser y hacer en una proximidad a la que yo ¨¢vidamente me arrimaba, desarrollaban una formidable pedagog¨ªa. Ese era el caso de Josep Pernau, un excepcional periodista catal¨¢n, ya desaparecido, que ense?aba existiendo, que es la mejor manera de hacerlo. Y como el periodismo no se termina nunca de estudiar, he seguido benefici¨¢ndome de la proximidad, ya en mis edades moderna y contempor¨¢nea y en un gran peri¨®dico como EL PA?S, de otros enormes profesores-colegas hoy totalmente en activo.
El periodismo lo ense?an muy fundamentalmente los periodistas profesionales con su ejemplo, que funciona igual de bien en el medio digital que en el impreso, aunque en el primero haya una solera, una tradici¨®n que a¨²n perdurar¨¢ algunos a?os, pero que acabar¨¢ fundi¨¦ndose con la creatividad online, que es la que nos aguarda para darle vida a un periodismo que ya no es el futuro sino el inmediato presente.
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