El viaje de dos mujeres explora las cicatrices de la guerra en Per¨²

Flor Gonzales naci¨® a finales de los a?os setenta en una comunidad de Apur¨ªmac, en la sierra sur de Per¨². La irrupci¨®n en los ochenta de Sendero Luminoso oblig¨® a su familia a huir a Lima. Su familia forma parte de los casi 50.000 desplazados por la violencia causada por el grupo terrorista durante 20 a?os. Su hermano, Claudio, estudiaba literatura y lo llevaron preso bajo la sospecha de que militaba en la agrupaci¨®n. Ella ten¨ªa ocho a?os. Muri¨® asesinado en 1986, durante un mot¨ªn en la isla penitenciaria de El Front¨®n. Su cad¨¢ver y el de otros 100 nunca fueron encontrados.

La historia de Flor, que busca limpiar la memoria de Claudio, cruza con la de la joven sueca Josefin Ekermann, sobrina de la n¨²mero 2 de Sendero Luminoso, Augusta La Torre, la primera esposa de Abimael Guzm¨¢n y fundador de la facci¨®n mao¨ªsta del Partido Comunista del Per¨² que en los ochenta deriv¨® en un grupo terrorista. El cuerpo de Augusta, que se cree muri¨® en 1988, tampoco ha sido hallado. Guzm¨¢n nunca ha dicho d¨®nde est¨¢n sus restos.

El sueco Mikael Winstr?m, une sus pasados en el documental Tempestad en Los Andes, estrenado esta semana en el Festival de Lima, que narra la historia a trav¨¦s del diario de Josefin en su viaje a trav¨¦s de Per¨², al estilo de una larga carta a su padre, Julio La Torre, hermano de Augusta y exiliado con otros miembros de la familia en Suecia en los a?os ochenta. La hija desconf¨ªa de la versi¨®n que le contaron sobre la supuesta gesta ¡°del partido¡± a favor de los pobres en el que la contaban luchaba su t¨ªa.

Josefin recorre el pa¨ªs con la familia de Flor para entender qu¨¦ pas¨® en Per¨², pero tambi¨¦n conocer el destino de su t¨ªa. La Comisi¨®n de la Verdad y Reconciliaci¨®n calcula que casi 70.000 personas murieron entre 1980 y 2000 a causa del conflicto. Sendero Luminoso fue el principal responsable de esas v¨ªctimas: del 54% de los muertos y desaparecidos en ese periodo.

Las dos j¨®venes reconstruyen los ¨²ltimos 40 a?os en Per¨² ¡ªincluida la pobreza que afecta hasta hoy a los campesinos en Apur¨ªmac¡ª, la vida de Augusta La Torre y, por separado, la de Claudio, aunque esto en medio de la incomodidad de Flor. ¡°Tengo miedo de que se me vincule con la familia de Josefin. La guerra fue emprendida por su familia y nosotros estamos pagando las consecuencias de eso. Hemos tenido vidas diferentes, pero va a ser una forma de que se conozca a Claudio. Mi hermano no fue terrorista, uno de sus ideales fue sacar adelante a su familia¡±, afirma en el documental.

¡°Abrir las puertas de mi hogar fue dif¨ªcil, pero quer¨ªamos hacer conocer que las heridas no est¨¢n cerradas. Per¨² no se olvida de lo que sucedi¨®, a¨²n no hemos recuperado su cuerpo y no hemos alcanzado justicia¡±, explica a este peri¨®dico la hermana de Claudio Gonzales.

El director de la cinta conoci¨® a Samuel, el padre de Flor y Claudio, cuando este era uno de los l¨ªderes campesinos que en 1974 echaron a los hacendados en las legendarias tomas de tierras en Apur¨ªmac. El joven sueco fotografi¨® aquellos hechos, cuando estaba en curso una reforma agraria dispuesta por el gobierno militar. Poco despu¨¦s, en 1975, otro presidente militar cambi¨® la pol¨ªtica de tierras. En el documental, los campesinos revisan aquellas viejas fotos en blanco y negro y recuerdan las condiciones injustas en las que trabajaban y c¨®mo despacharon al hacendado de Tancayllo trep¨¢ndolo a un caballo.

Claudio Gonzales estaba en la escuela cuando ocurrieron aquellas ocupaciones de tierras, y, a?os m¨¢s tarde, desplazado por la violencia, se convirti¨® en el primer campesino de su comunidad en ingresar a la universidad. Public¨® un libro y en varias revistas.

En Tempestad en Los Andes, Flor revisa el expediente fiscal de su hermano y la declaraci¨®n que le tomaron cuando le encontraron el poema Canto para un combatiente: ¡°No pertenezco ni he participado, pero s¨ª he simpatizado¡±, sostuvo Claudio. ¡°El pensamiento lo volc¨® en un poema, pero eso no implica pena de c¨¢rcel, si iba a juicio sal¨ªa en libertad, no implica pena de c¨¢rcel ni de muerte¡±, indica la abogada Gloria Cano en el documental.

Eckermann recorre la exhacienda de los padres de Augusta La Torre en Ayacucho; en Lima, la muestra fotogr¨¢fica Yuyanapaq (¡°Para recordar¡± en quechua, un recuento del conflicto de 1980 a 2000), el museo policial de la Direcci¨®n contra el Terrorismo ¡ªque guarda objetos personales de su t¨ªa¡ª, se entrevista con expertos que investigaron a Sendero Luminoso, y luego acompa?a a Flor a comunidades de Apur¨ªmac que fueron devastadas por el grupo terrorista.

Per¨² no se olvida de lo que sucedi¨®, a¨²n no hemos recuperado su cuerpo y no hemos alcanzado justicia Flor Gonzales, en el documental 'Tempestad en Los Andes'

En un pasaje final del documental, frente al mar de Lima, Flor le dice a Josefin: ¡°es bueno que conozcas todo esto. Has decidido ser libre y tu familia va a seguir teniendo la venda en los ojos, pero sigue siendo tu familia¡±.

¡°Es una mujer de coraje por querer conocer qu¨¦ sucedi¨® en Per¨² y lidiar con su familia que no acepta la verdad¡±, coment¨® Flor Gonzales a los espectadores en Lima, mientras su padre, Samuel, cont¨® que cuando reci¨¦n se conocieron las j¨®venes tuvo que pedirle a su hija que no fuera tan dura con Josefin.

¡°El cuento que me contabas no era verdad, pero lo que encontr¨¦ fue m¨¢s importante y m¨¢s valioso, he conocido la crueldad m¨¢s terrible pero tambi¨¦n me he encontrado la ternura m¨¢s profunda¡±, concluye Ekermann, en otro pasaje dirigido a su padre, hoy enfrentado con ella a ra¨ªz de su participaci¨®n en la pel¨ªcula.

¡°Estamos diciendo la verdad de lo que ha pasado, estamos dando a conocer al Per¨² y reclamamos con pena y con dolor¡±, apostill¨® Samuel Gonzales en su encuentro con los espectadores de Lima. Winstr?m espera el llamado de alguna distribuidora comercial en Per¨²: el tema es todav¨ªa espinoso, pero empezar¨¢ a circular en una red de micro-cines en Per¨².