Ferguson evoca inc¨®modos ecos del pasado en Estados Unidos

Las escenas en las calles de Ferguson de polic¨ªas mayoritariamente blancos contra manifestantes casi exclusivamente negros evocan inc¨®modos ecos del pasado en Estados Unidos. Algunas de las im¨¢genes de los ¨²ltimos d¨ªas de polic¨ªas apuntando y deteniendo a personas afroamericanas en ese suburbio de San Luis (Misuri) ¨Cque protestan por la muerte el 9 de agosto de un joven negro desarmado por disparos de un agente blanco- son similares a las tomadas en los a?os 60 durante la ¨¦poca de los derechos civiles en varias ciudades del pa¨ªs.

El contexto, sin embargo, es distinto. La prohibici¨®n por ley en 1964 de la discriminaci¨®n racial es 50 a?os despu¨¦s una realidad consolidada. La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca es la mejor prueba.

Pero algunas cosas no han cambiado. ¡°Hay causas similares¡± entre las protestas en los 60 y Ferguson, se?ala Cathy Lisa Schneider, profesora en la Universidad Americana en Washington y autora de un reciente libro sobre disturbios raciales en EE UU y Francia. ¡°Casi siempre fueron provocadas por la muerte a manos de un polic¨ªa de una persona de una minor¨ªa racial¡±, explica en una entrevista telef¨®nica. En Ferguson, dos tercios de la poblaci¨®n es negra, pero los cargos pol¨ªticos y policiales est¨¢n copados casi exclusivamente por blancos.

Es una realidad prevalecente en otras localidades del Medio Oeste del pa¨ªs. Los mismos antecedentes se repiten en la mayor¨ªa de movilizaciones raciales que han sacudido EE UU y Europa tras los a?os 60.

Entre 1964 y 1971 tuvieron lugar m¨¢s de 750 disturbios raciales en EE UU. Provocaron alrededor de 200 muertos y 1.300 heridos

En todas ¡°hab¨ªa crecientes incidentes de violencia policial¡± hasta que se produce un detonante que desata una indignaci¨®n acumulada. Entonces, sostiene Schneider, el modus operandi suele ser parecido: las protestas empiezan pac¨ªficamente pero una err¨¢tica respuesta pol¨ªtica y policial enciende los ¨¢nimos. ¡°Vemos a las autoridades locales blancas mostrarse impermeables a las demandas¡± de otra comunidad racial que ¡°carece de influencia pol¨ªtica¡±.

David Garrow, profesor de derecho en la Universidad de Pittsburgh y autor de varios libros sobre el movimiento de los derechos civiles, subraya que los disturbios por motivos raciales en Ferguson quedan muy lejos de la gravedad -en manifestantes muertos y detenidos, y destrozos p¨²blicos- de los ocurridos en los 60 a lo largo de EE UU y en 1992 en Los ?ngeles. Eso s¨ª, cree que las protestas en Misuri son las m¨¢s importantes desde las de Los ?ngeles, una ciudad 183 veces m¨¢s poblada.

Entre 1964 y 1971 tuvieron lugar m¨¢s de 750 disturbios raciales en EE UU con choques entre la polic¨ªa y ciudadanos negros. Provocaron alrededor de 200 muertos, 1.300 heridos y dejaron muchos barrios en ruinas. Garrow coincide en que, pese al fin oficial de la segregaci¨®n racial, la ¡°mala conducta¡± policial y la falta de diversidad ¨¦tnica entre los agentes era un ¡°problema¡± entonces y lo es ahora.

Pese a que la indumentaria y equipamiento ha evolucionado, algunas im¨¢genes de la actuaci¨®n policial en Ferguson son muy similares a las de las protestas de negros en Birmingham (Alabama) en 1963. Pero el profesor considera que la mayor semejanza es con los disturbios a finales de los 60 en el norte de EE UU. ¡°El movimiento de los derechos civiles en el sur entre 1963 y 1965 fue casi totalmente pac¨ªfico, pese a que se recuerden las im¨¢genes de polic¨ªas con perros y golpeando a gente¡±, apunta. ¡°Pero lo que vemos en Ferguson, con la actitud violenta de algunos manifestantes y una polic¨ªa de estilo militar, son im¨¢genes muy similares a las revueltas de 1967 y 1968 en el norte¡±, agrega en referencia a Detroit, Newark o Washington.

La Guardia Nacional de Misuri (la milicia estatal) se ha desplegado tres d¨ªas en Ferguson. A finales de los 60 lo hizo en Washington. Y en 1992 en Los ?ngeles, junto a m¨¢s de un millar de marines y soldados. Pese a esta analog¨ªa con la ciudad de la Costa Oeste, la gravedad es incomparable: all¨ª la absoluci¨®n de cuatro polic¨ªas que hab¨ªan apaleado a un taxista negro desat¨® una ola de furia que dej¨® 55 muertos, m¨¢s de 2.000 heridos y 1.000 millones de d¨®lares en p¨¦rdidas materiales.

En Ferguson, desde la muerte de Michael Brown el 9 de agosto, cerca de dos centenares de personas han sido detenidas y m¨¢s de una decena de tiendas saqueadas. De momento, no hay manifestantes muertos. Este lunes se ha celebrado el funeral por Brown en la Iglesia Misionaria Baptista del Templo Amable en San Luis, cerca de Ferguson.

Despu¨¦s de Los ?ngeles, los disturbios raciales m¨¢s relevantes fueron los de 2001 en Cincinnati -en el Medio Oeste- y de 2009 en Oakland (California). Ambas ciudades son entre 15 y 20 veces m¨¢s grandes que el suburbio de San Luis, pero la chispa que encendi¨® las calles fue la misma: la muerte de un joven negro a manos de un polic¨ªa blanco con un trasfondo de tensi¨®n racial enquistada. En julio de 2013, la exculpaci¨®n del vigilante vecinal hispano que mat¨® en Florida a otro chico negro, Trayvon Martin, desat¨® protestas en todo el pa¨ªs pero sin apenas incidentes.

La duraci¨®n es el principal aspecto distintivo de Ferguson respecto a las otras protestas posteriores a los 60

Para la profesora Schneider, la duraci¨®n es el principal aspecto distintivo de Ferguson respecto a las otras protestas posteriores a los 60. La calma volvi¨® a Cincinnati al cabo de cuatro d¨ªas, a Los ?ngeles en cinco y a Oakland en una semana. En cambio, en Ferguson las movilizaciones han durado m¨¢s de dos semanas. En Cincinnati, como en Ferguson, se impuso un toque de queda para tratar de frenar los disturbios.

Ethelbert Miller, director del Centro Afroamericano de Howard ¨Cla universidad de Washington que es un emblema para la comunidad negra en EE UU-, argumenta que ahora hay elementos inexistentes hace una d¨¦cada que han amplificado las protestas en Misuri. ¡°Hay un presidente y un fiscal general negro, est¨¢n las redes sociales y todo se agranda¡±, sostiene. ¡°Ferguson aglutina los problemas de toda la comunidad negra del pa¨ªs, como la brutalidad policial y el desempleo¡±.?

En cambio, Schneider atribuye la extensi¨®n de los disturbios a la err¨¢tica gesti¨®n de las autoridades locales. Su tesis es que la experiencia de anteriores protestas raciales demuestra que lo que m¨¢s calma a la familia y comunidad del fallecido es que desde el primer momento las autoridades act¨²en con transparencia y prometan justicia a la vez que se apoyan en los l¨ªderes comunitarios. En Ferguson la opacidad, el silencio y las contradicciones oficiales han brillado por su exceso. Una lecci¨®n para el futuro.