La cuenta atr¨¢s de Popeye entre rejas

John Jairo Vel¨¢zquez V¨¢zquez, el ¨²nico superviviente del grupo de temidos sicarios que acompa?¨® en su guerra contra el Estado colombiano al capo Pablo Escobar, ultima su salida de la c¨¢rcel despu¨¦s de pasar 23 a?os entre rejas. Entr¨® con 29 a?os y abandonar¨¢ con 52 la c¨¢rcel de C¨®mbita, a dos horas de Bogot¨¢, donde pas¨® los ¨²ltimos 12 a?os y despu¨¦s de haber cumplido las tres quintas partes de su condena. El sicario rebaj¨® la pena con trabajo y clases, y para obtener su libertad condicional habr¨ªa pagado 4.500 d¨®lares.

La salida de prisi¨®n de Popeye, como se le conoc¨ªa en el mundo del hampa, estaba prevista para el lunes bajo fuertes medidas de seguridad dado los cr¨ªmenes que cometi¨® ¡ªconfes¨® m¨¢s de 300 asesinatos durante la ¨¦poca de violencia de Escobar¡ª y tambi¨¦n porque colabor¨® con la justicia en esclarecer algunos de los dolorosos hechos que marcaron al pa¨ªs en los a?os ochenta e inicios de los noventa. Se espera que este martes salga libre.

La libertad del exjefe de sicarios del narco m¨¢s poderoso del mundo, aunque haya cumplido su pena, no deja de ser controvertida para los colombianos. Popeye ha admitido con frialdad que orden¨® el asesinato de unas 3.000 personas cuando el jefe del desaparecido Cartel de Medell¨ªn libraba una guerra contra el Gobierno para evitar la extradici¨®n. Esa guerra le cost¨® la vida a cientos de polic¨ªas, periodistas, jueces, magistrados, pol¨ªticos y al candidato a la presidencia Luis Carlos Gal¨¢n, de cuyo magnicidio se cumplieron 25 a?os la pasada semana.

Popeye ha confesado que orden¨® que explotaran cientos de coches bomba en las principales ciudades del pa¨ªs, provocando una ¨¦poca de terror que Colombia no olvida. Y a pesar del dolor que caus¨®, han sorprendido con declaraciones como: ¡°Si Pablo Escobar volviera a nacer me ir¨ªa con ¨¦l sin pensarlo¡±. As¨ª lo dijo en una entrevista al diario El Tiempo a comienzos de 2013. Pero tambi¨¦n se ha mostrado arrepentido. ¡°Lo que nosotros hicimos estuvo muy mal hecho. Defendimos una idea de Pablo Emilio Escobar Gaviria y la hicimos nuestra y yo la ve¨ªa muy viable en esa ¨¦poca. Hoy yo me doy cuenta de que cometimos un craso error¡±, dijo un a?o antes.

Vel¨¢zquez se uni¨® al Cartel de Medell¨ªn a los 18 a?os, cuando ¡°el patr¨®n¡±, como todos llamaban a Escobar, empez¨® a encomendarle asesinatos. Pero pronto escal¨® en el hampa llegando a protagonizar el secuestro del expresidente Andr¨¦s Pastrana (1998-2002) cuando era candidato a la alcald¨ªa de Bogot¨¢ y el del exvicepresidente Francisco Santos cuando era jefe de redacci¨®n de El Tiempo. Lo mismo hizo en la voladura de un avi¨®n de Avianca en pleno vuelo: murieron 107 pasajeros.

En 1991, Popeye fue uno de los hombres que, con Escobar, se entregaron a las autoridades colombianas que los recluyeron en una c¨¢rcel ¡ªLa Catedral, cerca de Medell¨ªn¡ª que el mismo capo construy¨® y de la que se fugaron al a?o. Sin embargo, pocos meses despu¨¦s, Popeye se volvi¨® a entregar y desde entonces estuvo preso y colaborando con la justicia.

Popeye ha estremecido al pa¨ªs por la frialdad con la que ha narrado sus cr¨ªmenes. ¡°Eso de que uno no duerme pensando en los muertos no se aplica conmigo... los actos que he cometido no me han quitado el sue?o¡±, ha dicho. A Escobar lo ha definido como un genio y cuando le preguntaron si lo consideraba un asesino, dijo: ¡°?l ante todo era un l¨ªder, un organizador de bandidos y un gran secuestrador¡±.

Su puesta en libertad ha provocado reacciones encontradas. Uno de los hijos del asesinado Luis Carlos Gal¨¢n dijo a medios locales que aunque nunca es suficiente lo que pague un hombre como Popeye, ¨¦l ha aportado al esclarecimiento del crimen de su padre. ¡°Si la norma colombiana establece que despu¨¦s de pagar algo de la pena y estudiar tendr¨¢ derecho a esto, pues no nos podemos oponer¡±, dijo. Para Federico Arellano, quien perdi¨® a su padre en el atentado al avi¨®n de Avianca, su salida es ¡°una bofetada para las v¨ªctimas¡±.

Ahora, Popeye, en la calle, tendr¨¢ un periodo de prueba de buen comportamiento. Las autoridades colombianas lo estar¨¢n vigilando durante los pr¨®ximos cuatro a?os. Habr¨¢ que ver, como se lo pregunt¨® El Tiempo ayer en su editorial, hasta d¨®nde los colombianos est¨¢n dispuestos a pasar la p¨¢gina y hasta d¨®nde los victimarios est¨¢n arrepentidos y retoman el buen camino.