Hollande y Valls entregan la cartera clave de Econom¨ªa a un tecn¨®crata
El nuevo Gobierno franc¨¦s cierra filas con las reformas tras la salida de los cr¨ªticos
El nuevo Gobierno de Francia consensuado por el presidente Fran?ois Hollande y el primer ministro Manuel Valls no solo no tiene entre sus filas a ning¨²n ministro cr¨ªtico con las profundas reformas puestas en marcha por ambos dirigentes, sino que la cartera clave de Econom¨ªa ha sido encomendada a Emmanuel Macron, un exsocio de la banca Rothschild y, hasta junio, asesor del jefe del Estado.
Esa depuraci¨®n era el principal objetivo de Hollande y Valls cuando el lunes desataron el terremoto de la rentr¨¦e pol¨ªtica en Francia. El golpe de autoridad del d¨²o dirigente augura, no obstante, un agravamiento de la fractura en el seno del Partido Socialista (PS) franc¨¦s y serias dudas sobre el peligro de perder el suficiente apoyo parlamentario para esas reformas.
La crisis de Gobierno se ha saldado con muy escasas novedades num¨¦ricas. Solo tres salidas y un cambio de cartera. Valls se ha limitado a sustituir a los tres ministros cr¨ªticos con las reformas (Arnaud Montebourg, hasta ahora al frente de Econom¨ªa; Beno?t Hamon, de Educaci¨®n, y Aur¨¦lie Filippetti, de Cultura) y a ascender al Ministerio de Educaci¨®n a Najat Vallaud-Belkacem, hasta este martes en la cartera de Derechos de la Mujer. Con solo 36 a?os, Vallaud-Belkacem se convierte en la primera mujer al frente de Educaci¨®n en la historia de Francia.
Pero el cambio m¨¢s significativo, sorprendente e inesperado es el nombramiento de Macron, de 36 a?os, considerado el inspirador de las pol¨¦micas reformas econ¨®micas. Con su incorporaci¨®n, Hollande y Valls se aseguran una buena sinton¨ªa con Bruselas, poniendo fin a los constantes desencuentros protagonizados por Montebourg.
Macron y Michel Sapin, que se mantiene al frente de Finanzas, son partidarios del ortodoxo rigor presupuestario que exige la UE. Montebourg y Hamon, ahora ya exministros, eran la punta de lanza del sector cr¨ªtico del Gobierno contra las reformas y el rigor en las cuentas p¨²blicas.
Con esos cambios, Valls ha seguido al pie de la letra la petici¨®n de Hollande de formar un Gobierno ¡°coherente y solidario¡±, es decir, sin fisuras a la hora de poner en marcha las reformas, que prev¨¦n un recorte del gasto p¨²blico de 50.000 millones en tres a?os y unas ventajas fiscales y de cotizaciones sociales de 41.000 millones para las empresas.
Pero tanto la eliminaci¨®n de los cr¨ªticos como, sobre todo, la incorporaci¨®n de Macron, aumentan la tensi¨®n en las filas socialistas. Laurent Baumel, uno de los 41 diputados socialistas rebeldes, calific¨® este martes de ¡°provocaci¨®n¡± la llegada de Macron a Econom¨ªa. Su compa?ero Jean-Marc Germain la denomin¨® ¡°una mala se?al¡±.
Los socialistas cuentan ahora con 290 de los 577 esca?os de la Asamblea Nacional. Es decir, solo uno por encima de la mayor¨ªa absoluta. Con la crisis surgida ahora, el n¨²mero de rebeldes puede crecer y amenazar la estabilidad parlamentaria del Ejecutivo. El oto?o se presenta muy tenso. Valls anunci¨® este martes que en septiembre u octubre se someter¨¢ a un voto de confianza en la Asamblea Nacional, que a su vez debatir¨¢ y votar¨¢ los presupuestos para 2015, que ya incluir¨¢n profundos recortes.
Con el ¨¢nimo de ampliar sus apoyos parlamentarios, Valls intent¨® incorporar al Ejecutivo a varias figuras de la izquierda o ecologistas. Declinaron la oferta el exministro Fran?ois Lamy, pr¨®ximo a la dirigente del PS Martine Aubry, considerada muy cercana a los rebeldes; Jean-Michel Baylet, presidente del Partido Radical de Izquierdas; Jean-Vicent Plac¨¦, presidente de los ecologistas en el Senado; o Robert Hue, hist¨®rico l¨ªder del Partido Comunista entre 1994 y 2003 y hoy en el Movimiento Unitario Progresista.
Con el paso dado este martes, el primer ministro anula toda resistencia en el interior del Gobierno para seguir con unas reformas muy ambiciosas, sin precedentes en Francia, pero que ya han provocado este terremoto pol¨ªtico cuando a¨²n no est¨¢n en marcha. Lo explicaba Valls en la entrevista a EL PA?S el mes pasado: ¡°A los franceses no les interesa saber si es un programa de izquierdas o de derechas. Quieren pragmatismo. La izquierda puede morir si no se reinventa, si renuncia al progreso¡±.
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