Racismo en casillas
Los hispanos no han logrado tener una voz unificada ni l¨ªderes claramente identificables
Cuando se habla de racismo en los Estados Unidos, casi siempre pensamos en los casos terribles de alg¨²n polic¨ªa blanco acribillando a j¨®venes negros, sin otro motivo que el color de su piel. El racismo diario, permanente, de una sociedad que trata de no discriminar, pero sigue siendo profundamente racista, no sale en primera p¨¢gina de los peri¨®dicos.
Con la idea de darle iguales oportunidades a todas las minor¨ªas ¨¦tnicas, en los EE UU se le pregunta al p¨²blico, con una insistencia que no existe en otras partes, cual es su origen racial. En casi todos los formularios oficiales hay una casilla donde uno debe indicar su raza, como algo tan normal como puede ser el nombre o el n¨²mero de la seguridad social. No s¨¦ cual ser¨¢ por ejemplo la respuesta adecuada para una persona que viene de Pakist¨¢n o para un lap¨®n escandinavo, conozco apenas el caso de los ¡°hispanos¡±, pero a pesar de estar oficialmente incluida en esa categor¨ªa, me resulta bastante dif¨ªcil identificarme con un vocablo tan impreciso.
Somos hispanos los nativos de EE UU de origen espa?ol (numerosos en Texas, Nuevo M¨¦xico, California y en general en todos los estados que pertenecieron alguna vez a Espa?a o a M¨¦xico) y los que hemos nacido en Centro y Suram¨¦rica. No se incluyen a Belice y algunas islas del Caribe. Los dominicanos son prototipos hispanos sobre todo en el ¨¢rea de Nueva York, pero sus vecinos haitianos no pertenecen al mismo grupo. Los brasileros, definitivamente no son hispanos, algunos los llaman latinos, pero ese vocablo no aparece entre las casillas de la raza. Los hispanos somos una minor¨ªa que est¨¢ creciendo y por lo tanto hay que tomar en cuenta por la importancia del voto. Somos ¡°gente de color¡± y existen estudios de la Oficina del Censo donde se preguntan por qu¨¦ muchos hispanos se auto clasifican como ¡°blancos¡±; dicha oficina concluye que ¡°todos los nuevos inmigrantes tal como pas¨® con los jud¨ªos y los italianos, tratan de volverse blancos¡±. Los italianos aparentemente ya lograron ese estado tan deseado y una artista como Sof¨ªa Loren es europea, pero Pen¨¦lope Cruz y Antonio Banderas son hispanos. De all¨ª la inevitable pregunta: ?son los espa?oles hispanos y por lo tanto gente de color? ?Por qu¨¦ los espa?oles ser¨ªan ¡°gente de color¡± y no lo son los italianos o los griegos? Cuando los italianos no hab¨ªan alcanzado todav¨ªa las prerrogativas de ser considerados blancos, ?eran tambi¨¦n los irlandeses (igualmente discriminados) ¡°gente de color¡±?
Otro absurdo es el calificativo ¡°cauc¨¢sico¡± para describir a las personas de ¡°raza blanca¡±. Parece que esa definici¨®n era com¨²n en Alemania y en EE UU durante el siglo XIX, pero todav¨ªa el a?o pasado, en el 2013, la Corte Suprema de Justicia lo us¨® en una sentencia para describir a una persona blanca. Dicha palabra est¨¢ tan identificada a nivel popular con la raza blanca, que recientemente se produjo una gran discusi¨®n cuando un periodista en Boston se?al¨® que los dos terroristas del marat¨®n eran los verdaderos ¡°cauc¨¢sicos¡±, o sea, nacidos en las monta?as del C¨¢ucaso, entre Europa y Asia.
Estas absurdas divisiones no son solo el producto de la mente burocr¨¢tica de alg¨²n empleado del censo. Hace unos a?os, cuando el profesor de Harvard Joseph Nye escribi¨® su famoso art¨ªculo sobre el ¡°Di¨¢logo de la Civilizaciones¡±, que tuvo tanto ¨¦xito que luego lo transform¨® en libro, aseguraba que ¡°Am¨¦rica Latina no pertenece a la civilizaci¨®n occidental.¡± En su simplismo cultural ignoraba por ejemplo, la importancia que ha tenido Am¨¦rica Latina en una de las bases de la civilizaci¨®n occidental, como es la Iglesia y pasaba por alto las contribuciones de los escritores suramericanos a la riqueza del espa?ol y del portugu¨¦s. Se podr¨ªa quiz¨¢s entender que el profesor Nye considere demasiado ex¨®tico a Garc¨ªa M¨¢rquez para incluirlo dentro de la preciada civilizaci¨®n occidental, pero ?excluir¨ªa tambi¨¦n los escritos de sor Juana In¨¦s de la Cruz en materia religiosa o a Borges de la literatura occidental del siglo XX?
Lo peor de esta man¨ªa de dividir a la gente por origen racial es que ha tenido como consecuencia m¨¢s racismo. Existen cuotas para minor¨ªas en las universidades, en la burocracia y sobre todo en la distribuci¨®n de presupuesto. Por lo tanto, los discriminados de ayer tratan de evitar que los inmigrantes m¨¢s recientes o los pobres de Texas o Nueva M¨¦xico, se incorporen tambi¨¦n a los gigantescos programas de seguridad social. Los discriminados de ayer se pelean con los discriminados de hoy por los empleos menos atractivos. El racismo entre afroamericanos e hispanos en EE UU es un hecho lamentable, pero imposible de negar. No existe solidaridad entre las minor¨ªas pero por lo menos los norteamericanos de raza negra han logrado unirse en torno a ciertas causas y una visi¨®n como la de Martin Luther King. Ni siquiera los maltratos a centenares de ni?os centroamericanos en la frontera han despertado una conciencia hisp¨¢nica. Formamos una minor¨ªa tan heterog¨¦nea que, por lo menos por ahora, no hemos logrado tener una voz unificada y mucho menos l¨ªderes claramente identificables.
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