El conservador Juncker crea una Comisi¨®n Europea m¨¢s pol¨ªtica
El bloque del Este sale claramente ganador del reparto de departamentos
Una nueva estructura para una vieja e interminable crisis. El presidente de la Comisi¨®n Europea, el socialcristiano luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker, dio el mi¨¦rcoles una sacudida al brazo Ejecutivo de la Uni¨®n con un nuevo equipo en el que destacan siete vicepresidentes procedentes de pa¨ªses medianos o peque?os, pero que ¡ªal menos en teor¨ªa¡ª llevar¨¢n galones suficientes como para tutelar las grandes l¨ªneas pol¨ªticas de la principal instituci¨®n europea. Pero esta era y es una crisis bancaria; era y es una crisis econ¨®mica. Y al frente de esas dos ¨¢reas estar¨¢n dos de los tres grandes pa¨ªses del continente. Ah¨ª Juncker coloc¨® a Reino Unido (y su inevitable City) para velar por la estabilidad financiera, a trav¨¦s del conservador lord Jonathan Hill. Y sobre todo al socialista franc¨¦s Pierre Moscovici al frente de los asuntos econ¨®micos, para poner letra a la nueva m¨²sica de est¨ªmulos y flexibilidad que tiene que combinar con el viejo y gastado estribillo de reformas y austeridad.
Juncker tiene as¨ª un gui?o para Reino Unido, en medio de una crisis existencial de europe¨ªsmo, y da el puesto fundamental en la gesti¨®n de la econom¨ªa al centroizquierda de Francia, en medio de una crisis distinta, pero no menos existencial. Aunque nada es tan sencillo en ese extra?o animal pol¨ªtico que es la Comisi¨®n: a su vez, Juncker rodea a Moscovici de vicepresidentes de su familia pol¨ªtica ¡ªdos halcones conservadores: el finland¨¦s Jyrki Katainen y el let¨®n Valdis Dombrovskis¡ª, siempre en busca del dif¨ªcil equilibrio que consiste en conjugar la ortodoxia que persigue Alemania con los nuevos aires que quieren Francia e Italia.
Como en el caso de Katainen y Dombrovskis, el resto de vicepresidentes procede de pa¨ªses que boxean por encima de su peso: Bulgaria (Kristalina Georgieva), Eslovenia (Alenka Bratusek) y Estonia (Andrus Ansip). El holand¨¦s Hans Timmermans, vicepresidente de Relaciones Institucionales, ser¨¢ el n¨²mero dos, el ¨¢lter ego de Juncker, y la italiana Federica Mogherini la vicepresidenta y jefa de la diplomacia europea.
Tras el presidencialismo de la Comisi¨®n Barroso, con 27 comisarios que hac¨ªan, deshac¨ªan y reportaban directamente al presidente, en Bruselas hab¨ªa fuertes presiones para propiciar un cambio de guardia, que aglutinara poder en unas pocas figuras ante las dificultades para gestionar ahora 28 departamentos que corren el riesgo de manejarse como reinos de taifas.
El esquema propuesto por Juncker se queda a medio camino: hay siete vicepresidencias para coordinar al resto, en busca de que el nuevo equipo funcione de una vez por todas de forma colegiada. ¡°La idea es buena, pero su aplicaci¨®n es una inc¨®gnita. Si cada uno va por su lado los roces est¨¢n asegurados y no pueden descartarse momentos de un cierto caos. Pero si de veras hay coordinaci¨®n, la Comisi¨®n tiene peso pol¨ªtico como para funcionar¡±, explic¨® una alta fuente europea. Juncker hizo un llamamiento para ¡°no caer en las simplificaciones f¨¢ciles de ver a los vicepresidentes como supercomisarios, y a los comisarios como de segunda categor¨ªa¡±. Pero no dej¨® claro qu¨¦ pasar¨¢ en caso de desacuerdos. ¡°Puede ser una Comisi¨®n dif¨ªcil de manejar. No est¨¢ claro c¨®mo van a coordinar los vicepresidentes¡±, apunt¨® Daniel Gros, del laboratorio de ideas CEPS. Guntram Wolf, de Bruegel, a?adi¨® que ese es el desaf¨ªo, especialmente en el terreno econ¨®mico: ¡°Hay que poner en marcha un plan de inversi¨®n para poder jugar con las reglas fiscales. Pero es dif¨ªcil saber c¨®mo va a funcionar el ¨¢rea econ¨®mica con tanta gente al mando¡±.
El ¨¦xito de la Comisi¨®n consiste en que los elegidos dejen de lado los intereses nacionales, pero es inevitable que el reparto de cargos se convierta en una especie de cuenta de p¨¦rdidas y ganancias. Par¨ªs y Londres mostraban anoche su satisfacci¨®n por las carteras obtenidas. El bloque del Este sale claramente ganador del ¨²ltimo baile de sillas. Los m¨¢s beneficiados son Polonia, que adem¨¢s de la presidencia del Consejo se hace cargo de una de las ¨¢reas m¨¢s golosas ¡ªMercado Interior¡ª, y Holanda, que conserva el Eurogrupo y coloca a Timmermans como n¨²mero dos de Juncker. Espa?a sigue perdiendo peso, pero contiene la sangr¨ªa: Miguel Arias Ca?ete obtiene finalmente Clima y Energ¨ªa, un ¨¢rea de segunda l¨ªnea, pero revalorizada por la crisis con Rusia.
Juncker coloca a tres comisarias entre los puestos de mayor rango
La nueva Comisi¨®n Europea tendr¨¢ un desequilibrio de g¨¦nero id¨¦ntico al de la anterior. El presidente del nuevo Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, apenas ha logrado las nueve mujeres que necesitaba para que su equipo no fuese tumbado por haber retrocedido en el n¨²mero de comisarias, como hab¨ªa amenazado con hacer el Parlamento Europeo. Inicialmente solo tres pa¨ªses hab¨ªan propuesto candidatas, pero tras las presiones recibidas -en buena medida, del Partido Socialista Europeo (PSE) y de colectivos feministas-, Juncker pidi¨® a los Estados miembros m¨¢s propuestas femeninas.
De las nueve mujeres que contaba la anterior Comisi¨®n, la de Jos¨¦ Manuel Barroso, dos repiten en la nueva legislatura. La b¨²lgara Kristalina Georgieva permanecer¨¢ como encargada para la acci¨®n humanitaria y se convierte en una de las vicepresidentas del nuevo Ejecutivo. Por otra parte, la sueca Cecilia Malmstr?m, responsable de gestionar la cartera de Interior, tambi¨¦n repetir¨¢ cargo. El jefe del Ejecutivo comunitario ha justificado, durante la rueda de prensa de presentaci¨®n de su nuevo equipo, que la actual situaci¨®n no supone un avance, pero que, ¡°como m¨ªnimo¡± no hay retroceso.
Descartada la mejora cuantitativa, el equipo de Juncker representa una mejora cualitativa para las mujeres. De entre los siete cargos de mayor rango dentro de este colegio de comisarios -las siete vicepresidencias que aglutinar¨¢n otras ¨¢reas-, tres son ocupados por mujeres. Si bien Juncker no ha conseguido aumentar la presencia femenina, al menos ha cumplido ¨Co en parte- con su promesa de otorgar carteras de alto nivel a los pa¨ªses que presentasen a una mujer como candidata a comisaria. El puesto m¨¢s destacado es el de Federica Mogherini, nombrada jefa de la diplomacia de la UE, un cargo de alta representaci¨®n dentro del Ejecutivo comunitario.
Serap Altinisik, responsable de asuntos pol¨ªticos del Lobby Feminista Europeo, manifiesta su disconformidad hacia esta nueva Comisi¨®n que, seg¨²n ella, demuestra un ¡°estancamiento¡± de las instituciones europeas. Altinisik ha a?adido que si este ritmo se mantiene, ¡°tardaremos 50 a?os m¨¢s en lograr una equivalencia de g¨¦nero al frente de los ¨®rganos de gobierno de la UE¡±. Numerosas iniciativas, como la campa?a 50/50 que llev¨® a cabo esta entidad durante las elecciones europeas, propiciaron una leve mejora en los resultados, con un aumento del n¨²mero de diputadas en el Parlamento Europeo. Sin embargo, Altinisik constata que a¨²n se est¨¢ lejos de igualar a los hombres en n¨²mero de cargos de m¨¢ximo poder. ¡°No es justo¡±, sentencia, afirmando que sin este equilibrio nunca se representar¨¢ a la mayor¨ªa de la sociedad europea.
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