Lula ya ha ganado
Las candidatas Dilma Rousseff y Marina Silva se arropan en el mito del que nacieron para conquistar votos
Las dos candidatas a las presidenciales brasile?as, Dilma Rousseff y Marina Silva, se disputan el mito del expresidente Lula da Silva. Ambas fueron ministras en sus gobiernos y militaron en el PT, el partido fundado por el exsindicalista. Dilma Rousseff sigue en ¨¦l aunque lleg¨® despu¨¦s de su fundaci¨®n. Marina Silva lo dej¨® despu¨¦s de 26 a?os.
Las dos mujeres, formadas en la Universidad, economista, Rousseff e historiadora, Silva, se disputan las gracias del que fuera su jefe, un tornero mec¨¢nico sin estudios.
Lula escogi¨® en 2010 a Rousseff, ministra de la Casa Civil, como su sucesora. A ella se enfrent¨® en aquellas elecciones la ambientalista Silva. Ambas se hab¨ªan batido ya en duelo en el Gobierno Lula. ?l dice que las dos son l¨ªderes pol¨ªticas nacidas bajo sus alas. Por eso, aunque enfrentadas en estas elecciones y a pesar de que Lula est¨¢ ayudando a su escogida, ya ha dicho que no atacar¨¢ a su adversaria, considerada por algunos un Lula con faldas.
Ambas, Dilma y Marina, se arropan en el mito del que nacieron. La presidenta se presenta a los electores desplegando las conquistas no s¨®lo de su gobierno sino tambi¨¦n las de los dos de Lula, como si fueran suyas. Sabe que sin ¨¦l perder¨ªa identidad y votos.
Nada en la pol¨ªtica acaba siendo m¨¢s inveros¨ªmil, inesperado, incre¨ªble y hasta absurdo que la realidad de los hechos
Marina usa la bandera del lulismo para indicar que ella tiene mayor legitimidad dentro del PT, en el que particip¨® casi desde ni?a. Ella ser¨ªa heredera de aquel partido del que Lula ha confesado que deber¨¢ ser refundado porque se ha convertido en un partido m¨¢s, cuando naci¨® para ser ¡°diferente¡±. Deber¨ªa haber sido el partido que tra¨ªa las esencias de la ¨¦tica a la pol¨ªtica. ?Se siente Marina heredera del PT de los or¨ªgenes?
Y Dilma, que entr¨® ya tarde en el partido proveniente de las huestes de Brizola, ?no podr¨ªa decir que ella no ha pactado con las pr¨¢cticas posteriores del partido que, seg¨²n Lula, deben ser revisadas para volver a su pureza original? ?Ser¨¢ por ello por lo que un sector del PT le tuerce a¨²n hoy la nariz?
Lo cierto es que las dos pol¨ªticas necesitan, curiosamente, del mito de Lula para venderse mejor al electorado. Y lo est¨¢n haciendo. Marina se escuda en Lula para rebatir a Dilma cuando es atacada por ella. A las acusaciones de querer entregar Brasil a los banqueros, la ecologista le recuerda a Dilma que nunca los bancos ganaron tanto como en los gobiernos de Lula, algo que ¨¦l mismo afirm¨® m¨¢s de una vez. Y ha acusado a su contrincante de usar contra ella el arma del miedo como se hab¨ªa hecho en 2002 con Lula, quien, a su vez, ya ha dicho que no piensa atacar a su exministra de Medio Ambiente. Lula considera que su biograf¨ªa se parece incluso m¨¢s a la de Marina que a la de Dilma. Los dos fueron mordidos en su infancia por la pobreza mientras la presidenta disfrut¨® del confort de una familia bien.
Las dos mujeres se rifan a Lula, su carisma y su fuerza electoral, mientras el extornero ya ha confesado querer volver a echarse al ruedo en 2018. ¡°Tendr¨¦ entonces 72 a?os y no permitir¨¦ que vuelvan al poder los que nunca hicieron nada por este pa¨ªs en 500 a?os¡±, dijo refiri¨¦ndose sobre todo a sus eternos adversarios del PSDB.
De alg¨²n modo, el ganador es Lula. Las dos mujeres, que de no haber sorpresas se disputar¨¢n mano a mano el Planalto, son mujeres suyas, alimentadas en su seno. Gane la que gane habr¨¢ triunfado ¨¦l. Si es Dilma, porque fue su escogida; si es Marina, porque podr¨ªa haber sido tambi¨¦n ella la preferida. Ambas, en efecto, llevan en las venas el ADN del PT.
Lula no es un pol¨ªtico de derrotas y es capaz, como ¨¦l mismo ha destacado, de ¡°metamorfosearse¡± para caer de pie ante cualquier contratiempo. Se explica as¨ª la perplejidad de muchos expertos pol¨ªticos que no acaban de entender por qu¨¦ el expresidente no se vuelca en cuerpo y alma en la campa?a de su escogida Rousseff, a la vez que tampoco est¨¢ dispuesto a hacer la guerra contra Marina, que podr¨ªa llegar a darle un susto a Dilma.
Se explica porque gane qui¨¦n gane, aunque sea Marina, ¨¦l no pierde. Cualquiera de ellas permanecer¨¢ s¨®lo cuatro a?os en el poder. Dilma por exigencias de la ley y Marina porque desea cambiarla. As¨ª, ambas le preparan el camino para su posible vuelta.
Si Marina ya ha hecho saber que le gustar¨ªa, en caso de ganar, contar con Lula en su gobierno, ?por qu¨¦ no pensar que en un hipot¨¦tico nuevo gobierno Lula, Dilma y Marina podr¨ªan volver a ser de nuevo ministras?
Vaya, que la pol¨ªtica est¨¢ necesitada de un poco de suspense de novela.
Nada en la pol¨ªtica acaba siendo m¨¢s inveros¨ªmil, inesperado, incre¨ªble y hasta absurdo que la realidad de los hechos.
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