Cameron promete ¡°dar caza¡± a los asesinos del cooperante brit¨¢nico
El primer ministro de Reino Unido se resiste a lanzar ataques a¨¦reos contra el Estado Isl¨¢mico David Haines es el tercer reh¨¦n asesinado en un mes por el grupo yihadistas
Reino Unido ¡°dar¨¢ todos los pasos que sean necesarios¡± para erradicar la amenaza del Estado Isl¨¢mico (EI), subray¨® este domingo el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, en su mensaje al pa¨ªs tras la difusi¨®n del v¨ªdeo donde se muestra la decapitaci¨®n del cooperante brit¨¢nico David Haines, en Siria, por parte de un terrorista encapuchado, el tercer asesinato de esas caracter¨ªsticas en un mes, tras los de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff.
Por encima de su contundencia en la forma, el jefe del Gobierno de Londres volvi¨® a eludir en su mensaje el compromiso de su pa¨ªs de participar en la campa?a de ataques a¨¦reos contra las bases de los yihadistas en territorio iraqu¨ª.
El tono firme del primer ministro a la hora de garantizar la captura de los culpables ¡ª¡°daremos caza a los responsables¡±, avis¨®¡ª y sobre todo la advertencia de que ¡°la seguridad [de Reino Unido] como pa¨ªs est¨¢ amenazada¡±, sugiere sin embargo que su Gobierno est¨¢ preparando a la opini¨®n p¨²blica para anunciar una intervenci¨®n militar en Irak. Un espinoso asunto que desde la invasi¨®n de 2003 viene siendo una cuesti¨®n tab¨² en la pol¨ªtica brit¨¢nica.
El Gobierno tiene que pedir luz verde al Parlamento antes de poder atacar
¡°No podemos hacerlo solos¡±, se justific¨® Cameron en alusi¨®n a la coalici¨®n internacional que el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, est¨¢ forjando contra el EI y a la que ya se han sumado ya 40 pa¨ªses, 10 de ellos ¨¢rabes, con la reciente incorporaci¨®n de Australia, que ha anunciado el env¨ªo de 600 soldados a la regi¨®n para entrar en combate si resulta necesario. El Gobierno brit¨¢nico se ha circunscrito hasta ahora a brindar apoyo log¨ªstico a las fuerzas estadounidenses y al env¨ªo de armamento al Gobierno iraqu¨ª y a los combatientes kurdos (peshmergas).
Pero la conmoci¨®n generada por el asesinato de Haines, un voluntario consagrado a la ayuda humanitaria, de 44 a?os y padre de dos hijas, junto al temor a que otro reh¨¦n brit¨¢nico (Alan Henning) se convierta en una nueva v¨ªctima del Estado Isl¨¢mico, podr¨ªa amparar una mayor implicaci¨®n militar de Reino Unido contra la amenaza yihadista. Siempre limitada a los bombardeos desde el aire y excluyendo cualquier acci¨®n terrestre. Antes de dar ese paso, Cameron deber¨ªa convocar al mismo Parlamento que el a?o pasado le deneg¨® el respaldo brit¨¢nico a Estados Unidos para acometer conjuntamente ataques a¨¦reos contra las fuerzas de Bachar el Asad ¡ªen la mayor derrota pol¨ªtica que ha encajado el primer ministro conservador desde que ocupa Downing Street¡ª, y convencer a sus diputados de que, parad¨®jicamente, ahora se impone bombardear a uno de los enemigos del presidente sirio.
Y si bien el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Ed Miliband, le prometi¨® a principios de mes todo su apoyo en el empe?o de derrotar al Estado isl¨¢mico, la proximidad de las elecciones brit¨¢nicas del pr¨®ximo a?o deja abierta la cuesti¨®n de si avalar¨¢ una intervenci¨®n directa en Irak. La sombra de Tony Blair y su impopular alianza con George Bush para derrocar a Sadam Husein hace 11 a?os sigue proyect¨¢ndose sobre las huestes del laborismo, todav¨ªa no repuestas de la brecha abierta entonces en las filas de sus militantes y simpatizantes por la guerra de Irak.
Los asesinos de David Haines ¡°no son musulmanes, sino unos monstruos¡±, declar¨® el primer ministro conservador brit¨¢nico tras reunirse por segunda vez en lo que va de mes con el grupo de crisis Cobra ¡ªque agrupa a las carteras de seguridad del Ejecutivo¡ª y evitando en todo momento citar expresamente el nombre o las siglas del Estado Isl¨¢mico.
El prop¨®sito era dejar claro ante los brit¨¢nicos que se trata de atajar a una banda de extremistas isl¨¢micos y no de emprender lo que algunos analistas han calificado como ¡°la tercera guerra de Irak¡±. La realidad sobre el terreno, no obstante, confirma que el llamado califato del EI controla una significativa parte de territorio en el norte de Irak y de Siria con unos 30.000 combatientes, seg¨²n estimaciones de la CIA, lo que har¨¢ necesario poner en marcha una poderosa maquinaria de guerra para reducirlos o aniquilarlos.
Los Comunes ya vetaron en 2013 una intervenci¨®n contra El Asad
¡°T¨², Cameron, eres el ¨²nico responsable de mi ejecuci¨®n. Has entrado voluntariamente en una coalici¨®n con Estados Unidos y el pueblo brit¨¢nico es el que va a pagar el precio de esa decisi¨®n ego¨ªsta¡±, es el extracto del discurso que sus captores forzaron a pronunciar a David Haines antes de decapitarlo sobre las arenas del desierto cercano a Raqqa, la capital provincial del nordeste de Siria donde los yihadistas tienen su feudo principal. Con esa cadena de asesinatos el Estado Isl¨¢mico parece estar intentando arrastrar a los pa¨ªses occidentales hacia una conflagraci¨®n que le permita presentarse como defensor del mundo ¨¢rabe ante el agresor extranjero e infiel.
Esa amenaza parece estar frenando por ahora al Gobierno de Reino Unido a la hora de implicarse de lleno en la guerra declarada contra unos yihadistas que en los dos brutales v¨ªdeos hablan con acento brit¨¢nico. Declarar que el enemigo ya est¨¢ dentro para justificar una acci¨®n militar, porque centenares de brit¨¢nicos musulmanes se han sumado en los ¨²ltimos meses a la batalla contra el r¨¦gimen de El Assad, aunque no todos en las filas del EI, atizar¨ªa las tensiones interreligiosas en la sociedad brit¨¢nica, que se proclama abierta y multicultural.
Los principales l¨ªderes de la comunidad isl¨¢mica brit¨¢nica han condenado sin paliativos la muerte de tres hombres inocentes. Mientras, el pa¨ªs se prepara para la decisi¨®n ¨²ltima de Cameron, presionado por las crecientes voces en pro de una guerra abierta que se estima necesaria.
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