¡°Hubo abusos en la guerra contra el narco; pero fue la excepci¨®n, no la regla¡±
El exmandatario mexicano sostiene que sin el combate al narcotr¨¢fico partes del Estado habr¨ªan sido tomadas por el crimen
Felipe Calder¨®n Hinojosa, de 52 a?os, presidente de M¨¦xico entre 2006 y 2012, pasar¨¢ a la historia como el hombre que desat¨® la mayor ofensiva contra el crimen organizado que el pa¨ªs recuerde. Una guerra abierta y en todos los frentes, que acab¨® con 70.000 muertos, el narcotr¨¢fico fracturado y un reguero de acusaciones de malos tratos y torturas. Calder¨®n admite que hubo abusos, pero solo como excepci¨®n, y sostiene que sin este combate partes fundamentales del Estado habr¨ªan sido tomadas por el crimen. En defensa de su legado acaba de publicar Los retos que enfrentamos (editorial Debate), donde alerta de la fragilidad institucional de M¨¦xico.
Pregunta. ?Por qu¨¦ sale ahora en defensa de su gesti¨®n? ?Por las cr¨ªticas?
Respuesta. No. Por principio todo gobernante debe hacer un ejercicio de rendici¨®n de cuentas y de explicaci¨®n tanto de las circunstancias que enfrenta como de las medidas que toma. Y eso es lo que hice.
P. Se habla de 60.000 y 70.000 muertos en la guerra del narcotr¨¢fico en su etapa. ?No son demasiados muertos?
R. Son much¨ªsimos. Y a m¨ª cada uno de ellos me pesaba como ninguno, pero todos esos homicidios fueron cometidos por criminales a los que yo combat¨ª. La gran mayor¨ªa corresponde a la lucha sin cuartel y sin escr¨²pulo de los grupos criminales en su disputa por el control territorial del pa¨ªs.
P. La Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, una instituci¨®n estatal, registr¨® durante su mandato un fuerte incremento de quejas por torturas y malos tratos (m¨¢s de 5.600 entre 2010 y 2012) por parte de las fuerzas de seguridad. ?Qu¨¦ sucedi¨®? ?No quedaron impunes?
R. D¨¦jeme recordar primero que la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos goza de autonom¨ªa constitucional. El nombramiento de su presidente est¨¢ a cargo del Senado y en ella no interviene el Presidente de la Rep¨²blica, es decir, su actuaci¨®n es totalmente independiente del presidente. Del total de quejas que fueron presentadas ante dicha Comisi¨®n, menos del 2% resultaron fundadas y se tradujeron en recomendaciones a las fuerzas federales. Y de esas recomendaciones, todas sin excepci¨®n, fueron acatadas por mi gobierno, iniciando las averiguaciones penales en los casos en que as¨ª fue establecido.
P. Pero hubo abusos, ?no?
R. Es cierto, las operaciones federales se multiplicaron, y lamentablemente hubo abusos, sin embargo estos fueron la excepci¨®n y no la regla y en todos los casos en que el gobierno tuvo conocimiento se actu¨® conforme a derecho para llevar a la justicia a los responsables.
¡°Me parece bien que el PAN, ya en la oposici¨®n, haya decidido adoptar una estrategia de cooperaci¨®n constructiva con las reformas¡±
P. Con la experiencia adquirida, ?qu¨¦ cambiar¨ªa usted en su estrategia de seguridad?
R. Hubiera impulsado mucho antes, con mayor fuerza y recursos econ¨®micos la reconstrucci¨®n institucional. Recurr¨ª mucho a la coordinaci¨®n con los Estados, pero honestamente no en todos encontr¨¦ voluntad pol¨ªtica. Y donde no la hab¨ªa deber¨ªamos haber empleado otros mecanismos constitucionales para que las medidas no se fueran posponiendo.
P. ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado con M¨¦xico sin su estrategia?
R. El crimen organizado hubiera capturado amplios segmentos de la vida p¨²blica de M¨¦xico, municipales, estatales y federales. Se habr¨ªa generado una captura del Estado. No hubiera sido total, porque el pa¨ªs tiene una vida p¨²blica y democr¨¢tica suficientemente fuerte, pero cuando actuamos ya apenas quedaba tiempo.
P. Habla de la fragilidad institucional mexicana y, en su libro, entre otros, pide una depuraci¨®n del sistema judicial.
R. Tenemos una muy buena Suprema Corte y esa es una ventaja que debemos aprovechar. El presidente Zedillo hizo un buen relevo, muy sano para el Poder Judicial. Pero se requiere un esfuerzo de revisi¨®n y depuraci¨®n de magistrados federales en todo el pa¨ªs y, por supuesto, de jueces locales.
P. ?Se debe esta debilidad al alt¨ªsimo nivel de impunidad de M¨¦xico, donde solo un 3% de delitos acaba en condena?
R. Hay tres factores. Uno, obedece a la fragilidad de las instituciones. Cuando llegu¨¦ a la presidencia me encontr¨¦ que una buena parte de agencias de seguridad y de justicia, l¨¦ase ministerios p¨²blicos, polic¨ªas y jueces en muchos casos, estaban erosionados por la corrupci¨®n. El segundo factor es que el cumplimiento de la ley implica riesgos que no todos los gobernantes quieren asumir. Y el tercero radica en que la comisi¨®n de delitos es abrumadora respecto a la capacidad institucional del Estado. Llega un momento, en determinadas ciudades, en que es tal el n¨²mero de delitos, y tan peque?a y fr¨¢gil la autoridad, que esta no tiene la capacidad operativa ni t¨¦cnica ni econ¨®mica para hacerlos frente. Llega un momento en que se colapsa la propia institucionalidad y eso exacerba la impunidad.
P. ?Qu¨¦ le parece que su partido haya apoyado las reformas del PRI que ¨¦ste le neg¨® a usted?
R. Me parece bien que el PAN, ya en la oposici¨®n, haya decidido adoptar una estrategia de cooperaci¨®n constructiva. No cabe duda de que hay una notable voluntad y capacidad pol¨ªtica en el Gobierno, pero, sin duda, el verdadero y m¨¢s notable cambio en M¨¦xico ha sido la disposici¨®n de la oposici¨®n para hacer los cambios estructurales que fueron regateados a los dos gobiernos anteriores.
P. ?Ve usted al presidente del PAN, Gustavo Madero, de presidente de M¨¦xico?
R. No, no lo veo.
P. ?Por?
R. No se me hab¨ªa ocurrido.
P. ?Y a Margarita Zavala [esposa de Calder¨®n]?
R. De ella preferir¨ªa no comentar mucho.
P. ?Y a Pe?a Nieto c¨®mo le enjuicia?
R. Para ser un expresidente responsable, prefiero no hacer comentarios sobre un sucesor, pero le deseo lo mejor.
P. Cuando el PAN lleg¨® al poder en 2000, era el partido anticorrupci¨®n; hoy ya no se percibe as¨ª. ?Qu¨¦ ha pasado?
R. Desgraciadamente, tiene raz¨®n. Y eso duele much¨ªsimo. La gran mayor¨ªa de militantes del PAN son gente honesta. Pero hay representantes con nombre y apellido, algunos de ellos lamentablemente a¨²n dirigentes del PAN, que han incurrido en claros actos de corrupci¨®n que el partido debiera investigar y castigar. A mi juicio, a¨²n no lo ha hecho, y mientras no lo haga seguir¨¢ cargando un estigma en los ant¨ªpodas de toda nuestra historia. El PAN debe ser nuevamente identificado como el partido de la honestidad ciudadana y de la vida p¨²blica. De momento y mientras esto no ocurra, no lo es.
P. ?Eso requiere un cambio en la direcci¨®n del PAN?
R. Por lo pronto requiere que esas acciones se investiguen y se castiguen, y que se remueva de los cargos directivos del partido a quienes han cometido esos actos evidentes de corrupci¨®n, y que siguen ah¨ª.
¡°El crimen organizado ha encontrado estructuras totalmente d¨¦biles y ha tomado posesi¨®n, sin resistencia, de pueblos y ciudades importantes¡±
P. ?Considera que el 5% de crecimiento econ¨®mico para M¨¦xico es suficiente para alcanzar un crecimiento sostenible?
R. Si lo logramos, por supuesto que s¨ª, aunque obviamente ser¨ªa deseable alcanzar tasas mayores y M¨¦xico tiene ese potencial. Sin embargo, para alcanzar cuando menos ese 5% e incluso rebasarlo necesitamos, por una parte, que se implementen las reformas que ha aprobado el pa¨ªs en el ¨²ltimo a?o. Y por el otro, M¨¦xico tiene que convertirse en un verdadero pa¨ªs de leyes. El hacer vigente a cabalidad el Estado de Derecho en M¨¦xico es la mayor asignatura pendiente que tenemos los mexicanos desde hace d¨¦cadas. La seguridad p¨²blica y jur¨ªdica, la transparencia, el abatimiento de la corrupci¨®n, todos son temas que se lograr¨ªan alrededor del Estado de Derecho, y con ello vendr¨ªa un enorme impulso a la econom¨ªa.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre el nuevo aeropuerto?
R. Me parece muy importante. En Los retos que enfrentamos describo que durante toda la administraci¨®n fuimos trabajando para superar los obst¨¢culos que hicieron que el Gobierno anterior abortara ese proyecto. Trabajamos hasta lograr una docena de dict¨¢menes t¨¦cnicos: aeron¨¢uticos, hidr¨¢ulicos, geol¨®gicos, ambientales... Incluso compramos muy discreta y sigilosamente miles de hect¨¢reas alrededor del sitio para evitar los conflictos por tierras que se generaron antes. ?bamos a proceder a abrir una serie de licitaciones por el dise?o arquitect¨®nico, la ingenier¨ªa, la construcci¨®n y la operaci¨®n. Dado que el ¨²ltimo de los dict¨¢menes fue terminado en abril de 2012, el anuncio iba a ser pasadas las elecciones, cosa que no hicimos porque nos pareci¨® sensata la petici¨®n del equipo de transici¨®n de dejarlo a la siguiente Administraci¨®n. Me alegra que los proyectos hayan avanzado y ahora se presente.
P. A usted le toc¨® vivir la mayor sacudida econ¨®mica de las ¨²ltimas d¨¦cadas; intelectualmente, qu¨¦ reto fue m¨¢s dif¨ªcil: ?la crisis de 2008 o la guerra contra la criminalidad?
R. Definitivamente, la lucha por la seguridad. Y vaya por delante que la crisis econ¨®mica fue dram¨¢tica. Recuerdo informes que registraban ca¨ªdas trimestrales del PIB a velocidades del 10% negativo. La econom¨ªa sufr¨ªa un infarto. Pero lo resolvimos r¨¢pidamente; en un a?o recuperamos crecimiento. Pero todo eso palidece respecto a lo que viv¨ª durante seis a?os en materia de criminalidad. Fue un desaf¨ªo constante.
P. ?Legalizar¨ªa el cultivo y la venta de la marihuana?
R. Eso debe debatirse. Necesitamos un an¨¢lisis mucho m¨¢s serio de las consecuencias sociales y econ¨®micas de esos fen¨®menos, antes de tomar una decisi¨®n. Pero s¨ª creo que debe revisarse urgentemente, y debe hacerse a nivel global.
P. ?Pero el prohibicionismo no ha tra¨ªdo m¨¢s problemas que beneficios a M¨¦xico?
R. Aqu¨ª hay otro problema que no es de drogas. El crimen organizado ha encontrado estructuras totalmente d¨¦biles y ha tomado posesi¨®n, sin resistencia, de pueblos y ciudades importantes. La fragilidad institucional ha permitido que, por la fuerza, partes de M¨¦xico comenzaran a estar en manos de ellos. Y ese es el problema, m¨¢s all¨¢ de la droga. Forman verdaderos gobiernos y eso es lo que hay que combatir. Afortunadamente les hicimos frente y los empezamos a expulsar. Falta mucho, pero no lograr¨¢n su objetivo nacional. La buena noticia es que en M¨¦xico peleamos. No s¨¦ que habr¨¢ pasado en otros pa¨ªses de Centroam¨¦rica o en Venezuela.
P. ?M¨¦xico tiene cura, entonces?
R. Yo me veo como el m¨¦dico de pueblo que diagnostica un c¨¢ncer y, tras aplicar quimioterapia y radioterapia, cura al paciente. No faltar¨¢ quien diga que estaba mejor antes del tratamiento, que ahora est¨¢ calvo y le duele todo el cuerpo¡ Pero la culpa no es del m¨¦dico. M¨¦xico tiene cura y un gran futuro, en parte por lo que est¨¢ haciendo el actual Gobierno con la cooperaci¨®n del PAN, y en parte por cosas que hicimos en a?os que fueron muy, muy dif¨ªciles. Pero falta fortaleza institucional y ah¨ª M¨¦xico se juega su futuro. La fortaleza institucional es el Estado de Derecho y la democracia. Si fortalecemos nuestras instituciones con legalidad y democracia, podremos ver con mucho mayor optimismo el futuro.
P. ?De qu¨¦ se arrepiente?
R. El arrepentimiento es parte de una herencia cultural que recibimos de los espa?oles y no s¨¦ cu¨¢nto se lo tenemos que agradecer... Hubo cosas buenas y cosas que pudieron ser mejores. ?Qu¨¦ pudo ser mejor? Pues la reconstrucci¨®n institucional del pa¨ªs, que es la soluci¨®n a la inseguridad p¨²blica, el m¨¢s grave de nuestros problemas. Quiz¨¢ deber¨ªa haberse hecho con mucha mayor fuerza y anticipaci¨®n. Pero, en general, no me gusta el verbo arrepentir.
P. ?Sigue sin poder dormir?
R. Ahora duermo mejor, relativamente mejor. Tengo menos problemas en qu¨¦ pensar.
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