El epicentro de la derrota del s¨ª
Dundee, donde el independentismo alcanz¨® un voto r¨¦cord del 57,3%, digiere el triunfo del no
Parece como si los m¨²sicos callejeros de High Street se hubieran puesto todos de acuerdo para tocar sus canciones m¨¢s tristes en la tarde del viernes. Solo un acordeonista en una esquina aporta un poco de optimismo al animar a los vecinos de Dundee ¡ªla ciudad donde ganaron por mayor margen los perdedores¡ª a cantar y no llorar, ¡°porque cantando se alegran cielito lindo los corazones¡±.
Hasta 53.620 votantes de la ciudad apoyaron la independencia, frente a 39.880 que prefirieron permanecer en Reino Unido. Lo que la convierte en la circunscripci¨®n electoral en la que m¨¢s apoyos (un 57,3%) cosech¨® el s¨ª. Dundee es ¡ªcomo la bautiz¨® el martes el l¨ªder independentista Alex Salmond, que anunci¨® el viernes por la tarde su intenci¨®n de dimitir¡ª ¡°la ciudad del s¨ª¡±. Un voto que solo gan¨® en cuatro circunscripciones (Dundee, Glasgow, North Lanarkshire y West Dunbartonshire) de las 32 en que se divide Escocia. Dundee es la cuarta ciudad m¨¢s grande del pa¨ªs y est¨¢ representada en Westminster por un diputado laborista y uno del partido nacionalista (SNP), y en Holyrood, por tres diputados regionales del SNP.
El portal n¨²mero 35 de la calle de Saint Edward ten¨ªa el viernes las persianas bajadas. Pero ah¨ª sigue el enorme yes blanco, recortado en tablones de madera y pegado sobre un fondo azul. No hay prisa, ya habr¨¢ tiempo para descolgarlo. Este ha sido el cuartel general de Yes Dundee, el colectivo formado hace m¨¢s de tres a?os que ha coordinado en la ciudad la larga campa?a por la independencia. Han hecho un buen trabajo. Han ganado. Pero no han logrado nada, porque la mayor¨ªa de los que los rodean ha votado diferente. ¡°?Querr¨¢n separarse ahora de Escocia?¡±, bromea un vecino votante conservador que exhibe hoy con m¨¢s orgullo que nunca su chapa roja a favor del no. ¡°Ped¨ªan la independencia porque el resto de su pa¨ªs no votaba como ellos. Por la misma l¨®gica querr¨¢n independizarse ahora de nosotros. ?Ah, no!, que el petr¨®leo est¨¢ m¨¢s arriba¡±.
En la plaza principal se encuentra uno de los vecinos m¨¢s ilustres de Dundee. Es Brian Cox, nacido en la ciudad en 1946, actor de la Royal Shakespeare Company y de numerosas pel¨ªculas de Hollywood, entre ellas (el momento obliga a mencionarlo), Braveheart, donde interpretaba al t¨ªo de William Wallace. Hoy Cox no oculta su decepci¨®n, ¡°ser¨ªa est¨²pido hacerlo¡±, reconoce. Habitual votante laborista, hace ya cuatro a?os que se involucr¨® con la campa?a del s¨ª. ¡°Me contaron que quer¨ªan acercarse a m¨ª, pero pensaban que no les apoyar¨ªa porque era laborista¡±, recuerda. ¡°Entonces vinieron a verme y me preguntaron qu¨¦ pensaba sobre una Escocia independiente. Y yo dije: ¡®Creo que ya es hora¡¯. La guerra de Irak hab¨ªa terminado por separarme de los laboristas. Y tambi¨¦n su desconexi¨®n con la gente. Han traicionado la confianza de sus votantes y se han unido al establishment. A ver qu¨¦ sucede ahora. Quiz¨¢ despu¨¦s del refer¨¦ndum los laboristas crezcan aqu¨ª. Yo creo que deber¨ªa venir Gordon Brown a coger las riendas. Lo ¨²nico que me gusta de esto es que, si hubiera ganado el s¨ª, los laboristas se habr¨ªan hundido¡±.
Cox se define como ¡°independentista¡±. Algo que, aclara, ¡°no es lo mismo que nacionalista¡±. ¡°Esa la diferencia entre el UKIP y el SNP¡±, explica. ¡°Nosotros somos inclusivos, no tenemos problemas con los extranjeros. Simplemente queremos nuestro propio Estado¡±.
La presencia de Brian Cox en la plaza empieza a atraer a otros vecinos que quieren saludarle y contarle sus impresiones despu¨¦s de la derrota. Una mujer se acerca y le cuenta que hoy ha ido a trabajar con su chapa del s¨ª en la solapa. ¡°Algunos¡±, cuenta, ¡°me apartaban la mirada¡±.
Pero el actor, metido en el papel de pol¨ªtico, trata de elevar los ¨¢nimos. ¡°La votaci¨®n termin¨® y ahora hay que avanzar todos juntos y unidos¡±, propone a sus vecinos. ¡°Lo hemos hecho incre¨ªblemente bien a pesar de todo. Debemos permanecer firmes, debemos estar orgullosos de lo que hemos hecho. Ese es el esp¨ªritu de Dundee, el esp¨ªritu de supervivencia¡±.
Llega el momento de los selfies con los vecinos. Pero antes, Cox quiere acabar de explicar qu¨¦ convierte en especiales a los habitantes de esta ciudad de la costa este de Escocia. ¡°Somos ¨²nicos en Dundee¡±, insiste. ¡°Somos un cruce entre las Highlands y las islas. ?Sabe cu¨¢l es la diferencia con el resto de Escocia? La luz. En esta ciudad hay luz¡±. Y se despide mirando a un cielo que el viernes, el d¨ªa despu¨¦s del refer¨¦ndum, amaneci¨® nublado.
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