Una prenda de vestir como ¨²ltimo vestigio para reconocer un cad¨¢ver
La Fiscal¨ªa exhibe la ropa de peruanos asesinados por los militares entre 1980 y 2000 para que los identifiquen sus familiares
En Lima, la capital de Per¨², la Fiscal¨ªa exhibe desde el viernes zapatos, pantalones, ponchos y camisas que han sido exhumadas de fosas, para que los familiares de la violencia que azot¨® al pa¨ªs entre 1980 y 2000 reconozcan al menos las pertenencias de sus familiares. Durante esos 20 a?os, la violencia desplaz¨® a 500.000 peruanos, que rehicieron sus vidas en otros lugares de la naci¨®n andina (de 1.285.216 kil¨®metros cuadrados, una superficie m¨¢s de dos veces mayor a la de Espa?a), y la exposici¨®n se realiza por primera vez fuera de Ayacucho, donde estall¨® el conflicto. Lo hallado en las fosas alrededor del cuartel Los Cabitos ¡ªel principal centro militar de tortura y ejecuci¨®n extrajudicial ubicado en Ayacucho¡ª ha llegado a una zona lime?a de desplazados, San Juan de Lurigancho, el distrito con m¨¢s asentamiento de ayacuchanos en Lima y el m¨¢s poblado del pa¨ªs. Hasta ahora las prendas de seis personas han sido identificadas.
La exhibici¨®n de prendas, explic¨® Juan Manuel Borjas, de la Fiscal¨ªa Penal Supraprovincial de Huancavelica y Ayacucho, ¡°es una diligencia con un sentido humanitario, para calmar la ansiedad de quienes buscan a sus seres queridos¡±.
Entre 2005 y 2009 el equipo forense especializado del Ministerio P¨²blico encontr¨® 110 cuerpos, aunque solo 53 completos, al lado del cuartel Los Cabitos, en la zona conocida hasta hoy como La Hoyada, un botadero de cad¨¢veres en los a?os ochenta que m¨¢s tarde incluy¨® un horno para incinerar los restos. Desde Los Cabitos, el Ej¨¦rcito dirig¨ªa las operaciones contra el grupo terrorista Sendero Luminoso.
Borjas anunci¨® en San Juan de Lurigancho que en diciembre concluir¨¢ la investigaci¨®n de este ¡°caso complejo, dado que hubo por lo menos 90 eventos¡±, es decir, torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y ejecuciones extrajudiciales a manos de miembros del Ej¨¦rcito.
La investigaci¨®n fiscal a cargo de Borjas se conoce como ¡°Cabitos 84 y otros a?os¡±, dado que est¨¢ en curso el juicio ¡°Cabitos 83¡±, en la Sala Penal Nacional de Lima desde mayo 2011, contra nueve oficiales del Ej¨¦rcito acusados por la fiscal¨ªa en 2008.
¡°El lugar fue encontrado lleno de arbustos. Sembraron cactus, rellenaron con basura, fue en un momento un campo de entrenamiento militar; en otro, un campo de moto-cross¡±, explic¨® el arque¨®logo Luis Rueda, mientras mostraba im¨¢genes de las excavaciones que hizo su equipo.
Al lado de los tres hornos hallados por Rueda hab¨ªa ladrillos. ¡°El libro del [periodista peruano] Ricardo Uceda Muerte en el Pentagonito alud¨ªa a ¡®La Ladrillera¡¯ y fue una pista para saber d¨®nde excavar¡±, a?ade. ?Hicieron la ladrillera para simular otro uso del horno? ¡°Es posible¡±, responde el arque¨®logo a este diario.
La investigaci¨®n de Uceda se?ala que los primeros muertos en Los Cabitos datan de 1983, ¡°de los d¨ªas en que se mataba prisioneros sin saber qu¨¦ preguntarles¡± y que los jefes militares decidieron en 1986 incinerar los quiz¨¢ 500 cuerpos enterrados en el cuartel, para evitar problemas en una posible visita del entonces presidente Alan Garc¨ªa, luego de dos matanzas masivas de civiles en operaciones del Ej¨¦rcito.
El libro Cuartel Los Cabitos: lugar de horror y muerte, publicado por la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos, recoge el testimonio de supervivientes de tortura y violaci¨®n sexual sufrida en esa instalaci¨®n militar y de testigos de que sus familiares entraron a ese lugar y desaparecieron. La mayor¨ªa cuenta que los sacaban a la fuerza de sus casas, por la noche, y les ordenaban llevar una frazada con la que les tapaban la cabeza para que no vieran a d¨®nde eran llevados.
¡°Este es el distrito donde se encuentra la mayor cantidad de desplazados, por favor ac¨¦rquense a identificar estas prendas, tu familiar puede estar aqu¨ª¡±, explica Luis Aron¨¦s, el presidente de la Coordinadora Nacional de V¨ªctimas de la Violencia. Aron¨¦s a?ade que a¨²n esperan que el ministerio de Justicia env¨ªe al Congreso la ley de b¨²squeda de personas desaparecidas, pues hay 16.000 desaparecidos en Per¨², y no es obligaci¨®n del Ministerio P¨²blico realizar exhumaciones con fines humanitarios, de restituci¨®n de restos.
Adem¨¢s de las prendas exhumadas en Los Cabitos, en la casa de ¡®Aldeas Infantiles¡¯ de Hu¨¢scar, en San Juan de Lurigancho, tambi¨¦n muestran las recuperadas en Totos (provincia de Cangallo, Ayacucho), a donde algunos detenidos de Cabitos eran trasladados. De 17 cuerpos exhumados solo siete ten¨ªan ropa. La base militar de Totos fue otro centro de tortura, seg¨²n la Comisi¨®n de la Verdad y el periodista Uceda.
Gloria Sol¨ªs, residente en San Juan de Lurigancho, lleg¨® a la muestra debido a que su primo desapareci¨® de Castrovirreyna (Huancavelica) en aquellos a?os. ¡°Se llama Valent¨ªn Quispe, era quien nos llevaba al colegio. En ese tiempo entraban a tu casa a patadas y se lo llevaron. Cuando yo ten¨ªa 14 a?os vinimos a Lima, nos instalamos en Villa Mar¨ªa del Triunfo, pero por mi esposo hemos venido a vivir aqu¨ª¡±.
Las prendas estar¨¢n en exhibici¨®n hasta este domingo 21 y luego pasar¨¢n a Huamanga, la capital de Ayacucho. Del 9 al 16 de septiembre las ropas fueron expuestas en el centro de Lima, y seis personas fueron identificadas por sus familiares, a quienes se les tom¨® muestras de ADN. ¡°En estos d¨ªas hemos llenado 16 fichas de identificaci¨®n de prendas¡±, precis¨® la antrop¨®loga de la Fiscal¨ªa Betty Gamboa.
El manual ME-41-1 de las fuerzas armadas indicaba que ¡°todo elemento subversivo capturado deb¨ªa ser sometido a interrogatorios continuos y rigurosos¡±. Sin embargo, detuvieron en Los Cabitos a cientos de personas no vinculadas con el grupo terrorista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.