Pesadilla en el Levante
El l¨ªder del Estado Isl¨¢mico llama a la prohibici¨®n de las asignaturas de arte, m¨²sica, historia, geograf¨ªa y literatura
Pese a la guerra, el curso escolar tambi¨¦n ha comenzado en el territorio controlado por los hombres del Estado Isl¨¢mico (EI), el grupo armado que se ha hecho con el control de partes importantes del territorio de Irak y Siria. Seg¨²n los residentes locales, una circular de la reci¨¦n creada Oficina de Educaci¨®n del nuevo Califato Isl¨¢mico ha anunciado a los creyentes ¡°la buena nueva del pr¨ªncipe de los creyentes¡± (su l¨ªder, Abu Bakr al Bagdad¨ª, encumbrado como Califa Ibrahim). ?En qu¨¦ consiste la buena nueva? En la prohibici¨®n de las asignaturas de arte, m¨²sica, historia, geograf¨ªa y literatura. Todo ello con el fin de ¡°poner fin a la ignorancia, promover las ciencias de la religi¨®n y rechazar los programas de educaci¨®n corruptos¡±. Para la poblaci¨®n local, la elecci¨®n entre llevar a sus hijos a la escuela, y ser adoctrinados, y dejarlos en casa y ser represaliados, no es f¨¢cil. Si el futuro de la regi¨®n es este Califato, su aspecto no puede ser m¨¢s terrible.
La existencia de esta Oficina de Educaci¨®n revela claramente que el salto del Estado Isl¨¢mico a la estatalidad no es ret¨®rico. Los grupos terroristas atacan a los estados y se protegen en santuarios establecidos en otros estados, pero no pretenden suplantarlos. Pero el EI aspira a ejercer el monopolio de la violencia sobre un territorio delimitado y una poblaci¨®n. Son 56.000 kil¨®metros cuadrados, una poblaci¨®n de ocho millones de habitantes y unos ingresos regulares provenientes de los 80.000 barriles de petr¨®leo diarios que extraen de los seis pozos del petr¨®leo que controlan en Siria y los cuatro con los que se han hecho en Irak. Al contrario que los diamantes o las drogas, nos dicen los expertos, las bandas criminales que extraen petr¨®leo necesitan estructuras paraestatales. Lo que coincide con las cr¨®nicas que dicen que en Raqa, la capital de este Califato dist¨®pico (una distop¨ªa es una utop¨ªa convertida en pesadilla), los milicianos del Estado Isl¨¢mico regulan el tr¨¢fico, recaudan impuestos a los comerciantes y se disponen a cobrar el agua y la luz a los residentes.
Sin tropas de tierra dif¨ªcilmente se derrotar¨¢ a los yihadistas
Se puede bombardear al Estado Isl¨¢mico, s¨ª. Y mejor con una coalici¨®n amplia de Estados que incluya a pa¨ªses ¨¢rabes y musulmanes. Turcos, kurdos, jordanos, catar¨ªes o saud¨ªes han de implicarse en la lucha contra el EI, tambi¨¦n iran¨ªes. Pero nada de eso oculta dos verdades muy inc¨®modas. La primera, que la derrota del EI requiere la presencia de tropas de tierra (los bombardeos los debilitar¨¢n pero dif¨ªcilmente los derrotar¨¢n) y que s¨®lo entonces se ver¨¢ qui¨¦n est¨¢ dispuesto a hacer los sacrificios correspondientes. La segunda incomodidad se origina en el escepticismo respecto al d¨ªa despu¨¦s del Estado Isl¨¢mico (si es que llega). Aunque muchos querr¨ªan ver en una eventual derrota del EI la oportunidad de recomponer la regi¨®n y sentar las bases de una convivencia duradera y negociada entre todas las partes, la realidad es que la coalici¨®n anti EI s¨®lo parece tener en com¨²n la designaci¨®n de ese grupo como el mal mayor, pero que el d¨ªa despu¨¦s, kurdos y turcos, chi¨ªes y sun¨ªes, e iran¨ªes y saud¨ªes retomar¨¢n sus rivalidades con a¨²n mayor intensidad.
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