Karadzic fue el ¡°motor¡± de la limpieza ¨¦tnica en Bosnia, seg¨²n el TPIY
La fiscal¨ªa afirma que el exl¨ªder serbobosnio anim¨® la destrucci¨®n de comunidades musulmanas y croatas
Probar un genocidio es muy dif¨ªcil. Probablemente la tarea m¨¢s dif¨ªcil abordada por cualquier fiscal, incluso los que trabajan en los tribunales internacionales creados para juzgar el crimen de los cr¨ªmenes. Alan Tieger, asignado al caso contra el exl¨ªder pol¨ªtico serbobosnio, Radovan Karadzic, lo ha intentado este lunes ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). En la recta final del proceso por genocidio y cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad, ha utilizado una figura simple: un motor. ¡°Eso es lo que fue Karadzic durante la guerra de Bosnia (1992-1995), en la que presumi¨® de que borrar¨ªa de all¨ª a los habitantes musulmanes y croatas, con la excusa de evitar la formaci¨®n de una Rep¨²blica Isl¨¢mica¡±, ha asegurado el fiscal.
Tieger lo considera responsable de la limpieza ¨¦tnica puesta en marcha en una tierra de por s¨ª multi¨¦tnica. Tambi¨¦n de convertir en un s¨ªmbolo tr¨¢gico a Srebrenica, la ciudad bosnia donde en 1995 perecieron unos 8.000 varones musulmanes a manos de las tropas del hoy exgeneral Ratko Mladic, su jefe militar. Y de haber cometido cr¨ªmenes de guerra en Sarajevo, la capital de Bosnia, sitiada entre 1992 y 1996.
Con la ley en la mano, un genocidio supone ¡°la eliminaci¨®n sistem¨¢tica de un grupo social por motivo de raza, etnia, religion, pol¨ªtica o nacionalidad¡±. En Bosnia hubo asesinatos masivos, y no solo en Srebrenica. En la ciudad de Prijedor (en Bosnia Herzegovina y parte de la denominada Rep¨²blica Srpska, presidida por Karadzic) los civiles fueros masacrados. En campos de internamiento cercanos, como el de Omarska, los prisioneros musulmanes bosnios y croatas fueron apaleados y privados de comida y agua para ser luego asesinados. ¡°A pesar de saber que iban a morir, la sed llev¨® a suplicar agua a muchos detenidos. En una de las matanzas, los sacaron de los camiones, de cinco en cinco, y los tirotearon en el suelo¡±, ha dicho Tieger, que ha puesto estos ejemplos para ilustrar que el crimen mayor de todos estos, el genocidio, va m¨¢s all¨¢ de la muerte.
¡°Los estatutos del TPIY y la jurisprudencia creada aqu¨ª en otros procesos, demuestran que a la aniquilaci¨®n f¨ªsica debe a?adirse el intento de destrucci¨®n de los fundamentos vitales que permiten sobrevivir al grupo atacado. Sacarles a la fuerza de sus casas no es genocidio en s¨ª mismo, pero les impide reagruparse. As¨ª desaparece el colectivo. Lo mismo ocurre con la quema de s¨ªmbolos culturales o religiosos. Aunque no acaba con una persona a t¨ªtulo individual, crea indefensi¨®n al romper las relaciones entre la gente¡±, ha dicho el fiscal. Con su equipo, ha invertido cuatro a?os en producir y estudiar 80.000 p¨¢ginas de declaraciones y 10.000 im¨¢genes, gracias a centenares de testigos. Entre el p¨²blico, escuchaba Munira Subaric, presidenta de las Madres de Srebrenica, que buscan todav¨ªa a sus muertos en Bosnia. ¡°Se han dicho cosas terribles, pero ocurrieron muchas m¨¢s y esperamos que Karadzic sea castigado por ello¡±, ha afirmado.
El antiguo pol¨ªtico es su propio abogado y el mi¨¦rcoles le llegar¨¢ el turno de defenderse. La fiscal¨ªa ya le ha advertido de que no se juzga qui¨¦n empez¨® a guerra de Bosnia. Asimismo, ha calificado sus supuestos discursos apaciguadores de ¡°falsedades¡±, y ha demostrado, con citas textuales, que el acusado, ¡°nunca hubiera permitido una Bosnia independiente¡±. Karadzic, psiquiatra de profesi¨®n y apoyado por un grupo de asesores legales, tiene dos d¨ªas para convencer a los jueces de su versi¨®n. Los fiscales piden cadena perpetua.
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