Las mariposas de Buenaventura
Un colectivo apoya a v¨ªctimas de violencia sexual en una de las ciudades m¨¢s peligrosas de Colombia
Gloria Amparo Arboleda no olvida la marca que le dej¨® a su mam¨¢ un golpe de su primer marido y por el que casi pierde un ojo. ¡°Hoy tiene 74 a?os y a¨²n lleva la mancha de ese pu?o¡±, cuenta esta mujer de 51 a?os que vive en Buenaventura, el puerto m¨¢s importante del Pac¨ªfico colombiano que durante a?os ha sido azotado por diferentes grupos armados y hoy est¨¢ asfixiado por dos bandas criminales que lo han convertido en la ciudad del horror.
A esta mujer de piel negra y l¨ªder de su poblaci¨®n la llaman la profe. Creci¨® viendo que a las mujeres las golpeaban como si fuera algo natural. ¡°Era una cruz que las ni?as sab¨ªamos que ten¨ªamos que cargar¡±. A esa violencia, que para ella aparentaba ser cultural, se sum¨® la del conflicto armado, que se ha ensa?ado con este puerto donde se mueve m¨¢s de la mitad de la mercanc¨ªa que entra o sale del pa¨ªs, y que parad¨®jicamente tiene un desempleo del 60%. ¡°Nos tomaron de objeto para visibilizar los poderes entre los mandos [jefes de los grupos armados]. Fuimos unas vivas-muertas. Cogen a tu hija, la violan, le hacen lo que quieran y te toca quedarte callada¡±.
La violencia sexual en el marco del conflicto es un asunto invisible en Colombia
Hace cuatro a?os, Gloria y otras mujeres crearon un colectivo que llamaron Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro, que en el puerto se conoce como las mariposas. Su idea era ayudar a mujeres que han sido forzadas a abandonar su hogar y han sobrevivido a la violencia sexual, un delito que ha marcado la vida de al menos el 50% de las desplazadas en Colombia, donde el conflicto ya se cobra 220.000 muertos. El grupo recibi¨® este lunes en Ginebra (Suiza) el Premio Nansen que entrega la ONU hace 60 a?os como reconocimiento al trabajo en favor de los refugiados
En Buenaventura viven cerca de 400.000 personas, en su mayor¨ªa afrodescendientes. Por sus barrios y veredas han pasado guerrillas, paramilitares y ahora est¨¢n dos bandas criminales que se disputan rutas de droga y el control del menudeo de estupefacientes cometiendo toda clase de abusos contra sus pobladores. Cruzar la calle equivocada puede convertirse en una sentencia de muerte debido a las fronteras invisibles que han impuesto los jefes de estas bandas. Por eso sus habitantes huyen por miles, se desplazan entre barrios y reina la ley del silencio.
En medio est¨¢n las mujeres. Gloria creci¨® con ello y por eso desde joven ha combatido la violencia contra las mujeres, en un lugar donde esa labor supone un riesgo diario para ella y sus 120 compa?eras. Seg¨²n la agencia para los refugiados de la ONU, ACNUR, en Buenaventura fueron asesinadas 11 mujeres, tres de ellas descuartizadas el primer semestre del a?o. All¨ª existen lo que se conoce como ¡°casas de pique¡±, viviendas de madera en los barrios m¨¢s pobres donde este a?o se denunci¨® que desmiembran a personas, incluso vivas. El puerto carga a cuestas ser el municipio con m¨¢s desplazados en un pa¨ªs que solo Siria supera en este flagelo: 13.000 en 2013 seg¨²n la ONG Human Rights Watch, a pesar de los esfuerzos del Gobierno por combatir las bandas.
Las mariposas, sobre todo, escuchan y cuentan con orgullo que han ayudado a m¨¢s de 1.000 mujeres y sus familias. Son una red de amigas que se acompa?an unas a otras. ¡°Que si te violaron, que si se llevan a tu hija, que el tipo te pega todos los d¨ªas, que te amenaza con matarte. Pero en medio de una guerra no puedes salir a gritarlo, entonces nuestra estrategia ha sido el comadreo (padrinazgo)¡±, cuenta Gloria. El comadreo es una tradici¨®n cultural. Se re¨²nen como si se tratara de talleres de sanaci¨®n y se cuidan entre s¨ª. ¡°Las acompa?amos desde que est¨¢n llorando hasta que deciden denunciar. Nuestro trabajo es acompa?ar, bajar la tensi¨®n, hacer que se valoren, que reciban atenci¨®n m¨¦dica y psicol¨®gica e invitarlas a que se capaciten para que puedan salir adelante¡±, explic¨® antes de viajar a Ginebra.
Es la primera vez que un grupo colombiano recibe este premio, otorgado a pa¨ªses de Am¨¦rica Latina solo cinco veces. ¡°Cada d¨ªa ellas tratan de curar las heridas de las mujeres y ni?os y ponen en riesgo sus propias vidas¡±, dijo Ant¨®nio Guterres, el Alto Comisionado de ACNUR.
Buenaventura el municipio con m¨¢s desplazados en un pa¨ªs que solo Siria supera en este flagelo
La violencia sexual en el marco del conflicto es un asunto invisible en Colombia. Las cifras oficiales registran 6,8 millones de v¨ªctimas, pero solo 6.360 han reportado haber sido agredidas sexualmente. Este subregistro se debe, entre otras razones, a la desconfianza en las autoridades, la impunidad, la verg¨¹enza y la estigmatizaci¨®n. Tambi¨¦n al miedo. Un informe del Consejo Noruego para Refugiados revel¨® casos brutales en Buenaventura. ¡°A una conocida la sacaron de la casa (el marido estaba preso, ahora est¨¢ fuera del pa¨ªs). Unos tipos armados la violaron, (sus) dos ni?os vieron¡ del susto no pudieron avisar a nadie, la descuartizaron, la encontraron en una bolsa negra¡±.
Las mariposas se mueven con cautela entre barrios, cambian constantemente sus trayectos, se re¨²nen a puerta cerrada y la Iglesia se ha convertido en su escudera. ¡°Eso nos tiene vivas¡±, dice Gloria. Para Mery Medina, quien tambi¨¦n recibir¨¢ el premio Nansen, estas mujeres poco a poco han ido dejando atr¨¢s el miedo. Les pasa como a las mariposas. ¡°A pesar de ser tan bonitas, el inicio de su vida es una lucha, pero la necesitan para que luego su vuelo sea m¨¢s placentero¡±.
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