AfD, el partido que preocupa a Merkel
Los democristianos pasan al ataque ante el ascenso de Alternativa por Alemania, el grupo que quiere acabar con el euro
La preocupaci¨®n en los centros de poder de Berl¨ªn es evidente. El ascenso del partido eur¨®fobo y conservador Alternativa por Alemania (AfD) ha obligado a los democristianos de la CDU a pasar a la ofensiva. Hasta ahora, la estrategia era ignorarlos y confiar en su pronta desaparici¨®n. Pero las tres elecciones regionales del pasado septiembre han mostrado un peligro real. ¡°Es evidente que mirar hacia otro lado no ha funcionado. Tenemos que salir a la palestra para decir que no basta con describir los problemas, tambi¨¦n hay que solucionarlos¡±, se?ala al otro lado del tel¨¦fono el diputado de la CDU Wolgang Bosbach.
¡°Primero nos ignoraron. Despu¨¦s han optado por hablar mal y luchar contra nosotros. La ¨²ltima fase ser¨¢ nuestra victoria¡±. Quien habla es Hans-Olaf Henkel, uno de los vicepresidentes de AfD. Este ex alto ejecutivo, t¨ªpico ejemplo de la clase dirigente alemana, recibe en su elegante despacho berlin¨¦s decorado con motivos japoneses y ofrece al periodista hacer la entrevista en alem¨¢n, ingl¨¦s o franc¨¦s. En la c¨²pula del nuevo partido abundan los acad¨¦micos. Por ejemplo, su l¨ªder, Bernd Lucke, es profesor de Econom¨ªa. Precisamente a este dato se agarr¨® el ministro de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, para lanzarle una cr¨ªtica feroz. ¡°AfD utiliza sin escr¨²pulos la demagogia. No hay derecho a que su l¨ªder defienda el disparate de que a los alemanes les ir¨ªa mejor sin el euro. Todos los economistas saben que con menos integraci¨®n europea nuestro bienestar se reducir¨ªa¡±, dijo en una entrevista la semana pasada Sch?uble, fiel escudero de la canciller Angela Merkel.
Alternativa naci¨® en febrero del a?o pasado, siete meses antes de las elecciones que dieron a Merkel su tercera victoria consecutiva. Obtuvieron entonces el respaldo de dos millones de alemanes, pero se quedaron a tres d¨¦cimas del 5% de los votos necesario para entrar en el Bundestag. Los comicios europeos, donde obtuvieron siete esca?os, confirmaron que iban en serio. Y en los tres Estados orientales que votaron el mes pasado lograron cerca del 10%. Las ¨²ltimas encuestas les otorgan una intenci¨®n de voto en torno al 8% en toda Alemania.
¡°Sobre el euro somos muy claros. Hay dos alternativas: o convencemos a los pa¨ªses del sur de que tienen que abandonarlo o nos vamos los que nos atenemos a los criterios de Maastricht. Y si nadie quiere acompa?arnos, no hay problema. Alemania se va sola¡±, asegura Henkel. AfD naci¨® como un partido centrado ¨²nica y exclusivamente en el rechazo a la uni¨®n monetaria. ¡°La absurda, grotesca pol¨ªtica europea ha logrado que los alemanes seamos odiados en Grecia; y todo por aferrarse a ese becerro del oro que es el euro y que est¨¢ condenado al fracaso¡±, recita de carrerilla.
Pero AfD ahora ya habla de m¨¢s cosas. En los ¨²ltimos meses ha ido ampliando su abanico de propuestas, apropi¨¢ndose del espacio conservador que una CDU cada vez m¨¢s al centro ha ido dejando libre. El partido que dice estar contra ¡°la vieja pol¨ªtica¡± se ha erigido en defensor de aquellos que reclaman mano dura contra la inmigraci¨®n ilegal, de los que critican que Merkel haya aceptado el salario m¨ªnimo o de los que defienden una visi¨®n tradicional de la familia, en la que solo cabe el modelo hombre-mujer-ni?os. Pero la formaci¨®n de Lucke no bebe solo de los caladeros de la CDU y de un partido liberal pr¨¢cticamente en punto muerto. En el este del pa¨ªs, AfD ha captado tantos votos de antiguos simpatizantes de los poscomunistas de La Izquierda como de los democristianos.
Tras entrar en tres parlamentos orientales, Alternativa tiene ahora la vista puesta en las ciudades-estado de Hamburgo y Bremen, que votar¨¢n en 2015. Quieren demostrar que son un partido de implantaci¨®n nacional y que el ¨¦xito en la parte oriental del pa¨ªs no fue fruto de la casualidad. ?Qu¨¦ les hace pensar que no acabar¨¢n como el Partido Pirata, que entr¨® con fuerza pero dur¨® poco?, ¡°Porque somos los ¨²nicos que decimos que hay alternativas. Que esta pol¨ªtica nos lleva al desastre¡±, responde Henkel.
Pese a los ¨¦xitos electorales, AfD ya acumula algunos problemas. Como las diferencias internas que han mostrado en asuntos como la posici¨®n ante Rusia o actuaciones como las de un diputado regional que public¨® en Facebook una caricatura antisemita. ¡°Lo hemos echado del grupo¡±, responde Henkel, representante del sector m¨¢s liberal del partido, molesto ante la insinuaci¨®n de que cobijan a radicales de ultraderecha en sus filas. ¡°No tenemos nada que ver con Marine Le Pen o Nigel Farage. Mire con qui¨¦n nos sentamos en el Parlamento Europeo, con los conservadores brit¨¢nicos¡±, asegura sin mencionar que los tories les aceptaron en contra de las indicaciones del primer ministro, David Cameron.
Si no son radicales, ?c¨®mo se definir¨ªan entonces? ¡°Somos el partido del sentido com¨²n, de los valores, de la decencia y de la tolerancia¡±, responde.
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