Los brasile?os quieren cambios, pero optan por la reelecci¨®n

Atra¨ªdo por la m¨²sica a todo volumen e intrigado por el griter¨ªo en una de las calles de la zona comercial del sur de Brasilia, un ni?o de 12 a?os corre hacia un acto con un candidato a gobernador, diputados y senadores del Distrito Federal. Cuando se encuentra a pocos metros del grupo, su madre sale de la tienda en la que trabaja como vendedora y grita: ¡°Marcelo, no te juntes con ellos. Hay muchos pol¨ªticos, te van a robar¡±. El chico se detiene en medio de la calle, dudando, y los testigos estallan en carcajadas.

La madre del muchacho se llama Mariana Dias y tiene 38 a?os. Ella es una m¨¢s de las decenas de miles de personas inconformes con el rumbo del pa¨ªs, que pide cambios, pero que vota por la reelecci¨®n. ¡°Particip¨¦ en las protestas del a?o pasado, pero voy a acabar votando al actual gobernador y a la presidenta porque no hay opciones¡±, se justifica la mujer.

Quien ya est¨¢ en el poder goza de m¨¢s tiempo de exposici¨®n en los medios, m¨¢s tiempo de propaganda en radio y TV y suele tener alianzas m¨¢s amplias. Todo eso influye en el voto Pedro Arruda, Pontif¨ªcia Universidade Cat¨®lica

Este aparente contrasentido se refleja en las encuestas m¨¢s variadas. La ¨²ltima que midi¨® la percepci¨®n de los electores, realizada en junio por Datafolha, mostr¨® que el 74% de los brasile?os quieren cambios en pol¨ªtica. Sin embargo, los datos del mismo instituto y de Ibope revelan tambi¨¦n que 13 de los 16 gobernadores que buscan la relecci¨®n podr¨ªan continuar en el cargo. Algunos, incluso, podr¨ªan ganar en primera vuelta este domingo. Los ¨²nicos que se quedar¨ªan fuera de unas egunda votaci¨®n son los mandatarios del Distrito Federal, Agnelo Queiroz (PT), y de Amap¨¢, Camilo Capiberibe (PSB), que est¨¢n en tercer puesto en las encuestas, y Sandoval Cardoso (SDD), en Tocantins, ya que el l¨ªder en los sondeos tiene el 50% de la intenci¨®n de voto.

Si estos 13 gobernadores permanecen en sus puestos, el ¨ªndice de reelecci¨®n ser¨ªa el mismo que en 2010 pero hace cuatro a?os el escenario econ¨®mico brasile?o era mejor que ahora. ¡°Quien ya est¨¢ en el Gobierno goza de m¨¢s tiempo de exposici¨®n en los medios, m¨¢s minutos de propaganda en radio y televisi¨®n y suele tener alianzas m¨¢s amplias. Todo eso influye en el voto¡±, explica el analista pol¨ªtico Pedro Arruda, profesor de la Pontif¨ªcia Universidade Cat¨®lica.

Otro punto que destaca el especialista es la falta de consenso acerca de los cambios que quieren los ciudadanos. ¡°Una cosa es preguntar si la gente quiere cambios. La mayor¨ªa va a decir que s¨ª. Casi todos los partidos defienden la reforma pol¨ªtica , pero unos la quieren de una forma y otros de otra. As¨ª es nuestra sociedad. Es decir, dos personas pueden coincidir en que los cambios son necesarios, pero difieren sobre las acciones para llevarlo a cabo¡±.

Los ciudadanos quieren que los actuales gobiernos implanten los cambios?

Fernando Azevedo, Universidade Federal de S?o Carlos

Lo que suele suceder, seg¨²n Arruda, es que el gobernador que pasa a una segunda vuelta enfrenta una especie de plebiscito en el que se dirime si su ejecutivo fue positivo o no. Esta es la quinta ocasi¨®n en que los mandatarios en el Gobierno pueden participar en los comicios. Son raros los que no lo hacen. Este a?o, por ejemplo, solo Rosalba Ciarlini (DEM) de Rio Grande do Norte no quiso repetir como candidata. Con un ¨ªndice de rechazo que rozaba el 70%, prefiri¨® no arriesgarse.

Otro analista pol¨ªtico, el profesor Fernando Azevedo, de la Universidade Federal de S?o Carlos, cree que los vientos de cambio alentados en las protestas de junio de 2013 amainaron. ¡°A partir del momento que todos dicen que van a cambiar, la poblaci¨®n comienza a percibirlos de la misma manera¡±, dije Azevedo. En el plano nacional, por ejemplo, los tres principales candidatos a la presidencia, Dilma Rousseff (PT), Marina Silva (PSB), y A¨¦cio Neves (PSDB) usan la palabra "cambiar" en sus esl¨®ganes o discursos. ¡°Por lo que me parece, laa gente quiere que los actuales gobiernos sean los que implanten los cambios necesarios¡±, complet¨® el especialista.