El codiciado apoyo de los evang¨¦licos
Los candidatos a la presidencia se disputan el respaldo de este credo conservador y pujante al que pertenece uno de cada cinco brasile?os
En agosto, en el popular barrio de Bras de S?o Paulo, la evang¨¦lica Iglesia Universal del Reino de Dios inaugur¨® el inmenso Templo de Salom¨®n, que hoy por hoy es el mayor edificio religioso de Brasil. El templo impresiona de cerca y es un testimonio elocuente del poder de la religi¨®n evang¨¦lica en el pa¨ªs: c¨²bico, del tama?o de una manzana entera, de una altura equivalente a un d¨¦cimo piso, flanqueado por inmensas palmeras embutidas en maceteros de pel¨ªcula y adornado por columnas griegas del grosor de una furgoneta y de 50 metros de altura. Constantemente hay gente haci¨¦ndose fotos alrededor del edificio.
La ceremonia de inauguraci¨®n, a juzgar por las cr¨®nicas del momento, fue tan espectacular como el templo mismo: seis sacerdotes con t¨²nicas blancas y cinturones dorados portaron, avanzando sobre una alfombra roja, la que se supon¨ªa era una r¨¦plica del Arca de la Alianza. No s¨®lo por eso: entre los presentes se contaba la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff, por entonces ya de precampa?a electoral. No s¨®lo ella. Tambi¨¦n acudieron el gobernador de S?o Paulo, varios jueces del Tribunal Supremo y m¨¢s de un centenar de diputados (70 de los parlamentarios federales son evang¨¦licos practicantes). M¨¢s pistas para calibrar la influencia de la Iglesia evang¨¦lica.
En 2000, el n¨²mero de evang¨¦licos constitu¨ªa el 15,4% de la poblaci¨®n de Brasil. Y en 2010, fecha del ¨²ltimo censo, hab¨ªan aumentado al 22,2%. Hay muchos que consideran que, al contrario que los cat¨®licos, cuyo apoyo electoral est¨¢ mucho m¨¢s repartido, los evang¨¦licos votan en bloque. ¡°A los evang¨¦licos no les interesa tanto si el Banco Central es independiente o no. Ellos votan al hermano¡±, aseguraba hace unas semanas a la revista ?poca el especialista en elecciones presidenciales Cesar Romero Jacob. Seg¨²n una encuesta publicada a mediados de septiembre, el 43% de los electores evang¨¦licos [que constituyen cerca de 27 millones de votos] apoyar¨¢n a Marina Silva, que pertenece a la Iglesia evang¨¦lica frente a un 32% que se decidir¨¢ por Dilma Rousseff, que se declara cat¨®lica no practicante. Hay que tener en cuenta que en Brasil, aunque existe una separaci¨®n entre la Iglesia y el Estado, las creencias religiosas de los pol¨ªticos no s¨®lo no asustan sino que rinden votos.
En Brasil, las creencias religiosas de los pol¨ªticos no s¨®lo no asustan sino que rinden votos
Conservadores, defensores de la familia tradicional, opuestos al matrimonio gay y al aborto, los evang¨¦licos han dejado ya notar su influencia en esta elecci¨®n: el viernes 29 de agosto, Silva present¨® su programa electoral, que inclu¨ªa una medida novedosa y valiente, la que apoyaba incluir en la Constituci¨®n brasile?a el matrimonio entre homosexuales. En cuanto se hizo p¨²blica, comenzaron a llover cr¨ªticas de pastores evang¨¦licos. Entre ellas, las del pastor Silas Malafaia, que en su Twitter, seguido por 774.000 personas, aseguraba: ¡°El programa de Gobierno de Marina es una defensa vergonzosa de la agenda gay¡±. Al d¨ªa siguiente, s¨¢bado, la direcci¨®n de campa?a de Silva enviaba un comunicado en el que se aseguraba que ¡°un error¡± hab¨ªa deslizado esa propuesta. ¡°Bastaron cuatro mensajes del pastor Malafaia para que Marina, en 24 horas, se olvidara de los compromisos adquiridos en un acto p¨²blico transmitido por televisi¨®n y negase su propio programa pol¨ªtico¡±, asegur¨® despu¨¦s el diputado Jean Wyllys, activo defensor de la causa gay en Brasil.
Marina Silva suele comenzar sus alocuciones p¨²blicas con un ¡°Dios os bendiga¡±. Pero luego se cuida de se?alar que siempre ha defendido a lo largo de su carrera pol¨ªtica el Estado laico. Desde el otro lado, la cat¨®lica no practicante Rousseff (como el tercer candidato con posibilidades, A¨¦cio Neves, tambi¨¦n cat¨®lico declarado) trata siempre de no olvidar ese importante flanco en Brasil: diez d¨ªas despu¨¦s de la inauguraci¨®n, la presidenta brasile?a regres¨® al fara¨®nico templo de S?o Paulo para un encuentro electoral entre mujeres. Les asegur¨®: ¡°Yo creo en los que creen. Creo en el poder de la oraci¨®n. No se olviden de rezar por m¨ª. Todos los dirigentes de este pa¨ªs dependen del voto del pueblo y de la gracia de Dios. Yo tambi¨¦n¡±.
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