El secreto de la victoria de A¨¦cio Neves

A¨¦cio Neves no s¨®lo ha sido la sorpresa final de este primer turno de las elecciones presidenciales brasile?as, sino que su victoria, mayor de la que le daban todos los sondeos, se debe a ¨¦l personalmente. Se ha tratado casi de un fen¨®meno de psicolog¨ªa: su capacidad de reacci¨®n frente a una derrota anunciada y de alguna forma ya aceptada hasta por su partido.

Neves se creci¨® en vez de achicarse cuando el terremoto de Marina Silva le aplast¨® de tal forma que incluso llegaron a aconsejarle desistir. Se remang¨® las mangas de la camisa y anunci¨® que ser¨ªa el vencedor capaz de disputar a la presidenta candidata Dilma Rousseff una segunda vuelta, que era todo lo que no deseaba su partido, el PT.

Su posici¨®n de tercero en la disputa por el que nadie apostaba ante la fuerza de la ecologista Silva, le hizo reaccionar incluso en los debates, que acab¨® gan¨¢ndolos.

No s¨¦ si conscientemente o no, a Neves le dio la victoria el hecho de haber aparecido en todas sus manifestaciones exteriores, entrevistas y debates, como el m¨¢s brasile?o de todos los candidatos. Lo revel¨® de modo meridiano en su despedida de un minuto y 40 segundos en el ¨²ltimo y m¨¢s importante de los debates televisivos, el de la TV Globo, con 50 millones de telespectadores.

A pesar de aparecer en aquel momento como perdedor en todos los sondeos, Aecio, al rev¨¦s de sus dos candidatas contrincantes, Rousseff y Silva, se dirigi¨® a la audiencia con coraz¨®n brasile?o, rezumando confianza, es decir, sin dureza, sin agresividad, agradeciendo el cari?o recibido en sus peregrinaciones por el pa¨ªs, revelando su voluntad de seguir en la disputa y con la certeza de la victoria. Se present¨® como candidato de todos los brasile?os, a los que ofreci¨® certezas y capacidad de Gobierno, as¨ª como la seguridad de que ten¨ªa la receta para levantar al pa¨ªs de su actual frustraci¨®n. Se emocion¨® y apel¨® a la esperanza enarbolando la bandera del cambio que ped¨ªa la calle. Fue en aquella hora el ¨²nico que acab¨® siendo aplaudido por la platea presente.

El exsenador y exgobernador del segundo mayor Estado del pa¨ªs, Minas Gerais, revel¨® en sus discusiones con la candidata que lideraba las votaciones, Rousseff, su capacidad dial¨¦ctica y una forma firme pero al mismo tiempo brasile?a, es decir no rabiosa, de enfrentar a sus adversarias pol¨ªticas.

Siempre se le critic¨® a A¨¦cio, cuando estaba en la oposici¨®n, de no saber enfrentarse frontalmente con el gobierno. Lo achacaban a ese esp¨ªritu minero m¨¢s proclive al di¨¢logo y a los acuerdos que a la guerra.

Con aquel esp¨ªritu, y sin cargarse de armas b¨¦licas, enfrent¨® una campa?a que se hab¨ªa llevado a cabo bajo el signo de los golpes bajos sin pararse a veces ni ante la mentira ni ante las descalificaciones personales.

Neves no cay¨® nunca en esa trampa y sigui¨® firme en su esquema, convencido de que, a pesar de haber sido casi sellada su derrota, ¨¦l segu¨ªa creyendo con fe firme en dar la vuelta a la tortilla.

Los votos reales, en contra de los que hab¨ªan anunciado los sondeos hasta las encuestas a pie de urna, lo colocan a seis puntos de Dilma, muy poco si se piensa en c¨®mo estaba cuando inici¨® la aventura.

Rousseff, que ha conseguido menos votos que la primera vez que fue elegida, en 2010, deber¨¢ enfrentarse a Neves, que aparece como sorpresa ganadora y que podr¨ªa contar a su favor hasta con el 60% de los votos de la perdedora Marina

?l, que hab¨ªa practicado el deporte del surf, lanz¨® el eslogan de que se hab¨ªa levantado en el mar de la campa?a la ¡°ola de la raz¨®n¡±, contra la ola del sentimiento.

Su ¨¦xito ha consistido en que ha sabido, con tozudez, querer ganar. Tambi¨¦n ha contribuido su campa?a pro-positiva y de esperanza, las dos fibras del actual coraz¨®n brasile?o: el del afecto y la ausencia del miedo y el sentimiento de los que tras las protestas de junio del 2013, los brasile?os hab¨ªan empezado a usar la raz¨®n para exigir un Brasil mejor, que es el que ha prometido crear el prudente y al mismo tiempo tenaz candidato.