La campa?a brasile?a se envenena a una semana de la segunda vuelta
Neves y Rousseff, que siguen empatados, se dedican a acusarse mutuamente
La se?ora de la tienda de comestibles de una isla paradis¨ªaca llamada Morro de S?o Paulo, a dos horas en barco de Salvador de Bah¨ªa, en el noreste de Brasil, medio adormecida por el calor y el sun-sun-sun del ventilador, levant¨® el pasado jueves la cabeza de golpe hacia la televisi¨®n cuando el tono de la discusi¨®n subi¨®. En la pantalla, colocada encima del estante de los mangos, la presidenta Dilma Rousseff y el senador A¨¦cio Neves, los dos aspirantes a ganar las elecciones brasile?as que se decidir¨¢n el pr¨®ximo 26 de octubre, celebraban el segundo debate cara a cara y comenzaban a sacudirse dial¨¦cticamente en un juego creciente de acusaciones personales a qui¨¦n da m¨¢s. Fuera las m¨¢scaras y las buenas maneras. Y la se?ora se qued¨® por un tiempo (no demasiado largo) hipnotizada ante la escalada de insinuaciones y denuncias personales de nepotismo.
Con las encuestas en un pa?uelo, empatados como nunca se hab¨ªa visto en una segunda vuelta desde hac¨ªa muchos a?os en Brasil, Rousseff y Neves, la primera del Partido de los Trabajadores (PT) y el segundo del m¨¢s conservador Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), se dedicaron a una sucesi¨®n de golpes bajos que da a entender que los dos son conscientes de la poca distancia que separa a ambos y de que se abre la veda del todo vale. Fue un debate agrio, tenso, sin propuestas, dedicado a zaherir al contrario y a colocarle zancadillas. Tanto que al final, cuando la discusi¨®n hab¨ªa terminado y la presidenta Rousseff atend¨ªa a una periodista de la cadena SBT y recordaba a la c¨¢mara en directo ¡ªpor en¨¦sima vez¡ª que su partido ha llevado a cabo la mayor distribuci¨®n de renta de la historia del Brasil, sufri¨® una moment¨¢nea bajada de tensi¨®n. Abanic¨¢ndose con la mano, detuvo la entrevista y se sent¨® en una silla para recuperarse.
Antes, la presidenta hab¨ªa acusado a Neves de enchufar a su hermana en el Gobierno de Minas Gerais. Neves acus¨® el golpe y luego lo devolvi¨®: ¡°?La se?ora conoce al se?or Igor Rousseff, su hermano? Yo no quer¨ªa llegar a este punto. Su hermano fue nombrado para trabajar en la alcald¨ªa (de Belo Horizonte, de Minas Gerais) en septiembre de 2003. Y nunca apareci¨® para trabajar. Esa es la verdad. Yo lamento traer ese tema aqu¨ª. La diferencia entre nosotros es que mi hermana trabaja mucho y no recibe nada. Y su hermano recibe y no trabaja nada¡±.
Los candidatos se dedicaron a una sucesi¨®n de golpes bajos que da a entender que los dos son conscientes de la poca distancia que los separa
Antes, Rousseff hab¨ªa acusado a Neves de haber influido para que se construyera un aeropuerto en los terrenos de un pariente (¡°Est¨¢ mal eso de que un aeropuerto privado se construya con dinero p¨²blico en la hacienda de un t¨ªo, eso es feo¡±) y, veladamente, de huir de un control de alcoholemia. ¡°?Usted cree que un ciudadano debe negarse a un control de alcoholemia?¡±. La pregunta llevaba bilis, ya que Neves, en abril de 2011, se neg¨® a que le midieran el alcohol en una inspecci¨®n en R¨ªo. El candidato del PSDB contraatac¨®: ¡°Tenga el coraje suficiente para hacer la pregunta directa. Tuve un error y lo reconoc¨ª (¡) Mi carn¨¦ estaba caducado y no hice la prueba. Me arrepent¨ª y ped¨ª excusas. Insinuar una cosa de esas no es digno de una presidenta de la Rep¨²blica¡±.
Dignos o no, los dos candidatos se envolvieron en alguna disputa m¨¢s, relativa a la empresa p¨²blica Petrobras, lanz¨¢ndose mutuas acusaciones de amparar la corrupci¨®n. De propuestas de futuro casi no se habl¨®. Neves mencion¨® el problema de la seguridad: ¡°Aqu¨ª mueren 50.000 personas asesinadas cada a?o. ?D¨®nde est¨¢n sus pol¨ªticas de seguridad, presidenta?¡± Y Rousseff acus¨® al candidato del PSDB de pensar en desinflar la inflaci¨®n a base de rebajar sueldos y retirar prestaciones sociales.
Faltan a¨²n dos debates. Y, si la tendencia sigue, ser¨¢n a¨²n m¨¢s amargos y envenenados que este. Mientras las encuestas sigan empatadas, la sensaci¨®n es que la campa?a electoral brasile?a, que se juega sobre todo en la televisi¨®n, va a ser un duelo de estocadas sucias.
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