El alcalde de Roma reta al Gobierno al inscribir a 16 parejas gais
Ignazio Marino, del Partido Democr¨¢tico, organiza una solemne ceremonia en el Registro Civil de la capital italiana
La paradoja no es peque?a. Italia, casi siempre a remolque en la conquista de los derechos civiles, a¨²n no permite las uniones de hecho entre parejas del mismo sexo, as¨ª que muchos gais y lesbianas optan por casarse en el extranjero e intentar despu¨¦s que los alcaldes de sus respectivas ciudades los inscriban en el Registro Civil. Pero, hace unos d¨ªas, el ministro del Interior, Angelino Alfano, intent¨® cortar esa pr¨¢ctica cada vez m¨¢s frecuente mediante una circular en la que advert¨ªa a los Ayuntamientos de que todos esos registros quedar¨¢n cancelados porque ¡°no son consentidos por la ley italiana¡±.
La paradoja viene porque un buen n¨²mero de alcaldes, sobre todo del Partido Democr¨¢tico (PD), se est¨¢n rebelando p¨²blicamente contra un Gobierno que preside su compa?ero Matteo Renzi, exalcalde de Florencia, pero que por mor de la estabilidad tiene al frente de Interior al conservador Angelino Alfano, l¨ªder del Nuevo Centroderecha (NCD) y antiguo delf¨ªn de Berlusconi.
La rebeli¨®n de los alcaldes alcanz¨® ayer su punto m¨¢ximo cuando el de Roma, Ignazio Marino, tambi¨¦n del PD, desafi¨® al Gobierno organizando una solemne ceremonia para inscribir en el Registro Civil a 16 parejas homosexuales, 11 de hombres y cinco de mujeres. Marino se preocup¨® expresamente de que el acto no tuviese nada que envidiar al de cualquier matrimonio por lo civil. ?l, con la banda tricolor que lucen los alcaldes italianos en las ceremonias oficiales; los novios y las novias, vestidos de punta en blanco y, algunos de ellos, llevando en brazos a sus hijos; los invitados, accediendo al Campidoglio ¡ªla maravillosa plaza dise?ada por Miguel ?ngel y que sirve de sede al Ayuntamiento romano¡ª bajo estricta invitaci¨®n para evitar que los piquetes formados por los secuaces de Alfano y de su exjefe Berlusconi fastidiaran con sus gritos un d¨ªa tan especial.
Las fotograf¨ªas tomadas dentro de la sala reproducen la alegr¨ªa de la gente corriente ¡ªen una de ellas se puede ver a Marilena Grassadonia y a Larua Terrasi, que se casaron en 2009 en Barcelona y que ahora, cinco a?os despu¨¦s, acudieron al acto organizado en su ciudad junto a sus tres hijos¡ª. Las fotograf¨ªas tomadas fuera muestran, en cambio, la rabia de unos paisanos que, durante un espl¨¦ndido s¨¢bado de octubre en Roma, no tuvieron otra ocurrencia que intentar aguar la fiesta a un pr¨®jimo con el que no comulgan.
Tambi¨¦n sus l¨ªderes pol¨ªticos y religiosos reaccionaron de forma airada. Desde la delegaci¨®n del Gobierno, que anunci¨® la anulaci¨®n inmediata de las inscripciones, al vicariato de Roma, que se rasg¨® las vestiduras. El ministro Alfano intent¨® ridiculizar el acto diciendo que la firma del alcalde Marino tiene la misma legitimidad que ¡°un aut¨®grafo¡±.
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