La violencia pone en duda el nuevo M¨¦xico
La desaparici¨®n de 43 estudiantes desata una crisis pol¨ªtica y social La tragedia frustra el af¨¢n de Pe?a Nieto de acabar con la inseguridad que devor¨® a su antecesor
Ocurri¨® en la noche del 26 de septiembre y M¨¦xico ya no lo podr¨¢ olvidar jam¨¢s. Ese viernes, el ¨²ltimo del mes, 43 estudiantes de magisterio fueron detenidos por la Polic¨ªa Municipal de Iguala y entregados a los sicarios del cartel de Guerreros Unidos. Desde entonces, M¨¦xico contiene la respiraci¨®n. En estas tres ¨²ltimas semanas nada se ha sabido de ellos y la naci¨®n, enfrentada a sus peores demonios, se pregunta con angustia d¨®nde est¨¢n. Bajo este interrogante, cuya respuesta puede dar lugar a un estallido a¨²n mayor, ha quedado atrapado el Gobierno federal. La escena pol¨ªtica, hasta hace poco ocupada por grandes reformas y flamantes proyectos de infraestructuras, se ha poblado de fosas y cad¨¢veres.
La incapacidad para encontrar a los estudiantes ha desatado la ira de amplios sectores sociales; los principales organismos internacionales han llamado la atenci¨®n a M¨¦xico, y en el sur, en la tierra de las desapariciones, el horror est¨¢ sirviendo de combustible para una incipiente revuelta. Los diques de contenci¨®n han sido sobrepasados y hasta el secretario de Hacienda, el todopoderoso Luis Videgaray, ha alertado de que cualquier percepci¨®n negativa sobre M¨¦xico puede afectar a la atracci¨®n de capital. La crisis, seg¨²n los analistas, es la mayor de la presidencia de Enrique Pe?a Nieto y, hoy por hoy, eclipsa sus logros.
El detonante ha sido la vor¨¢gine de violencia vivida en Iguala de la Independencia. En esta peque?a localidad meridional, de aire provinciano y calles bien trazadas, el narco dio una salvaje demostraci¨®n de poder. El blanco fueron unos estudiantes de magisterio (normalistas) que se hab¨ªan atrevido a alzar la voz contra el alcalde y su esposa, dos tenebrosos personajes vinculados a Guerreros Unidos. En una bestial persecuci¨®n, la polic¨ªa y los sicarios asesinaron a tiros a dos normalistas, otro fue desollado vivo, y tres personas m¨¢s cayeron al ser confundidas con alumnos. A la matanza sigui¨® el secuestro y desaparici¨®n de 43 estudiantes. Su paradero, 22 d¨ªas despu¨¦s, es un misterio oscuro, un abismo por el que se pueden precipitar muchas esperanzas. O dicho en palabras de Pe?a Nieto, ¡°una prueba para las instituciones y la sociedad mexicana en su conjunto¡±.
La incapacidad para encontrar a los estudiantes ha desatado la ira de amplios sectores sociales
El examen es may¨²sculo. En la telara?a de Iguala se entrecruzan todos los males que M¨¦xico pretend¨ªa conjurar: la violencia, la impunidad, la corrupci¨®n, la infiltraci¨®n del narco en la pol¨ªtica... Bajo esta presi¨®n, el mandatario, en cuya cintura pol¨ªtica conf¨ªa el PRI (Partido Revolucionario Institucional), se ha sacudido el polvo y tomado la bandera de las v¨ªctimas. Lejos del inmovilismo de los primeros d¨ªas, ha lanzado m¨²ltiples mensajes a la poblaci¨®n y dado ¨®rdenes contundentes para resolver el caso. Pero el resultado a¨²n no ha llegado. La imagen sigue congelada. Y las detonaciones se oyen cada vez m¨¢s cerca. ¡°Tuvieron un error grave al derivar en los primeros d¨ªas el caso al Estado de Guerrero, como si fuera un problema local. Ahora est¨¢n acusando el golpe, se ha perdido la confianza y ha quedado en cuesti¨®n su capacidad de manejo de la crisis¡±, afirma el analista y antiguo portavoz de la presidencia con Vicente Fox, Rub¨¦n Aguilar Valenzuela.
¡°La tragedia de Iguala no ha afectado directamente a Pe?a Nieto, no sabemos c¨®mo evolucionar¨¢ el caso, pero ¨¦l ha actuado bien al situarse junto a los padres y estudiantes. La que ha quedado tocada es la clase pol¨ªtica, ning¨²n partido se ha salvado¡±, explica el experto demosc¨®pico Roy Campos.
El descr¨¦dito pol¨ªtico es amplio. El peor librado es el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), la fuerza hegem¨®nica de la izquierda, a la que se afiliaron poco antes de las elecciones el fugado alcalde de Iguala y su esposa. ¡°Es un salto cualitativo del narco. Hasta la fecha hab¨ªa fen¨®menos de complicidad de las autoridades, ahora hemos pasado a que el regidor es el responsable criminal. Y adem¨¢s lo legitima un partido. Habr¨ªa que preguntarse cu¨¢ntos hay as¨ª en M¨¦xico¡±, se?ala el escritor e intelectual H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn.
A esta bancarrota pol¨ªtica ha contribuido activamente el gobernador de Guerrero, ?ngel Aguirre, un camale¨®n que durante 30 a?os fue un patricio del PRI, pero que en 2011 se pas¨® con su red clientelar al PRD. En su mandato, la descomposici¨®n del Estado se ha acelerado. Los asesinatos han alcanzado la mayor tasa de M¨¦xico y el PIB per c¨¢pita ha encallado en cifras p¨¢nicas: 1.500 d¨®lares al a?o, a la cola del pa¨ªs y casi 20 veces menos que en Espa?a. Pese a ello, Aguirre, el pol¨ªtico m¨¢s odiado por los normalistas, se niega a dimitir.
Con estos elementos, la situaci¨®n se ha vuelto extremadamente inestable en Guerrero. Hay miseria, violencia y abandono. El poder lo ejerce a plena luz el narco, sumido adem¨¢s en una cruenta batalla interna. La sangre mana por doquier. Todo est¨¢ listo para un estallido. La movilizaci¨®n de los normalistas y de la mir¨ªada de grupos radicales que les secundan avanza en esa direcci¨®n.
¡°Nadie sabe si va a haber rebeli¨®n en el sur. Hemos entrado en un ciclo de incertidumbre. El Gobierno no controla los acontecimientos, la ¨²nica iniciativa la llevan las v¨ªctimas y se ha perdido la mediaci¨®n con ellos. Hay una debilidad estructural por pobreza, corrupci¨®n, falta de Estado¡ Iguala es una radiograf¨ªa de las carencias del sue?o mexicano¡±, se?ala el profesor del Colegio de M¨¦xico Sergio Aguayo.
Este colapso del Estado en determinadas ¨¢reas es clave para entender la actual convulsi¨®n. A diferencia de los Estados de Tamaulipas y Michoac¨¢n, donde Pe?a Nieto ha intervenido masivamente para restablecer el orden, la presencia federal en Guerrero ha sido m¨ªnima. Para muchos, esta cicater¨ªa ha permitido al narco campar a sus anchas. El resultado: la agudizaci¨®n del problema de la seguridad, la asignatura que acab¨® fagocitando al anterior presidente, Felipe Calder¨®n (PAN).
El poder lo ejerce a plena luz el narco, sumido adem¨¢s en una cruenta batalla interna
Para evitar tropezar en la misma piedra, Pe?a Nieto hab¨ªa impuesto a su Administraci¨®n una narrativa de bajo perfil en temas de narco, liberando informaci¨®n s¨®lo en casos de alto rendimiento pol¨ªtico, como la captura del narcotraficante El Chapo. Esta estrategia, que ha permitido hacer brillar con luz propia otros asuntos de la agenda, como las reformas estructurales, ahora se enfrenta a su reverso: un caso cuya bestialidad desborda los amortiguadores cl¨¢sicos y para el que, seg¨²n los expertos, el Gobierno no ha generado una explicaci¨®n oficial coherente.
¡°Estamos frente a un momento hist¨®rico; el Estado va a tener que redefinirse frente al crimen y las protestas sociales¡±, augura Aguilar Cam¨ªn. En este parteaguas, los expertos coinciden en que ser¨¢ determinante el desenlace de las desapariciones. Un final tr¨¢gico supondr¨ªa un golpe terrible para un pa¨ªs que empezaba a otear el horizonte con optimismo. El futuro tendr¨ªa que levantarse sobre 43 tumbas.
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