Jurisdicciones especiales

China tambi¨¦n quiere tener su Estado de derecho, su rule of law en la expresi¨®n cl¨¢sica en ingl¨¦s. Si tiene una econom¨ªa de mercado y multimillonarios, posee empresas en todo el mundo y lidera la nueva carrera del espacio, es el primer pa¨ªs exportador y la segunda econom¨ªa del planeta, ?qu¨¦ raz¨®n podr¨ªa existir para que no tuviera algo parecido a un Estado de derecho?

Hay razones objetivas para que el Partido Comunista Chino se preocupe por el funcionamiento de la justicia en el preciso momento en que crecen las protestas sociales, se extiende la corrupci¨®n entre los dirigentes y la econom¨ªa empieza a desacelerarse. Hoy se conocer¨¢n las medidas acordadas por el Comit¨¦ Central, reunido desde el lunes con la idea del Estado de derecho como punto crucial de su orden del d¨ªa.

El r¨¦gimen ya ha hecho algunos t¨ªmidos pasos para limitar y controlar la pena capital. Tambi¨¦n para reducir los centros de reeducaci¨®n por el trabajo o las c¨¢rceles negras, temibles instituciones oficiosas de detenci¨®n extrajudicial. Pero ahora quiere presentar la faz modernizadora de una reforma judicial que introduzca algo de transparencia en los procesos, elimine el control pol¨ªtico local sobre los jueces e incluso digitalice los juzgados.

China reforma la justicia y tambi¨¦n reivindica un Estado de derecho, aunque sea 'low cost'

No habr¨¢ divisi¨®n de poderes, ni justicia independiente, ni sometimiento de todos por igual al imperio de la ley. Eso es Estado de derecho occidental, bien distinto del Estado de derecho con caracter¨ªsticas chinas que hoy nos dar¨¢ a conocer el Comit¨¦ Central. Basta con tener algo a lo que llamemos Estado y que siga determinados procedimientos o reglas para que podamos decir que es un Estado de derecho. El chino es un Estado de derecho low cost.

Los miembros del Comit¨¦ Central est¨¢n afectados de forma relativa por estas decisiones. Aunque apenas hay otra escalera para el ascenso social, no todo es un camino de rosas para los casi 90 millones de comunistas, pues el partido queda fuera del Estado de derecho y cuenta con una jurisdicci¨®n especial, bajo competencia de la todopoderosa Comisi¨®n de Disciplina, una de cuyas ocupaciones m¨¢s importantes es la lucha contra la corrupci¨®n.

Esta siniestra instituci¨®n tiene sus centros de detenci¨®n y sus propios polic¨ªas, que pueden interrogar sin juicio a los acusados durante seis meses. El proceso secreto, que puede incluir malos tratos e incluso torturas, como la privaci¨®n del sue?o, termina con la expulsi¨®n del Partido y la entrega del reo a la justicia ordinaria.

Los ¨²nicos que est¨¢n a salvo son los siete miembros del Comit¨¦ Permanente del Politbur¨®. Las dos ¨²ltimas purgas por corrupci¨®n en la c¨²pula han afectado a Bo Xilai, que aspiraba a incorporarse al m¨¢ximo organismo pero fue cazado en el camino, y ahora a Zhou Yongkang, el zar de la polic¨ªa, incriminado justo cuando abandon¨® el comit¨¦ permanente en 2012. El Partido se rige por leyes especiales pero los siete hombres m¨¢s poderosos de China, los aut¨¦nticos soberanos, est¨¢n por encima del bien y del mal mientras se sientan en el Comit¨¦ Permanente.