Una protesta en Iguala termina con el incendio del Palacio Municipal

Una marcha que recorri¨® este mi¨¦rcoles las calles de la ciudad mexicana de Iguala, donde desaparecieron 43 estudiantes hace 26 d¨ªas, concluy¨® con la quema del Ayuntamiento y saqueos dentro del edificio. Mientras los manifestantes romp¨ªan con palos los vidrios del consistorio, el animador de la marcha ped¨ªa disculpas: ¡°No venimos a alterar la paz social¡±. Un cartel con la imagen de la esposa del alcalde ard¨ªa en la plaza, hombres con el rostro cubierto segu¨ªan destrozando las ventanas y el discurso, pese a todo, continuaba.

¡°Lo sentimos, pero esto que le est¨¢n haciendo los compa?eros al Ayuntamiento no es nada en comparaci¨®n con lo que les ocurri¨® a nuestros hijos. A uno lo desollaron y lo tiraron en la carretera como a un animal, estuvieron horas sin que nadie los recogiera, 43 estudiantes siguen desaparecidos¡±. El fuego comenz¨® poco despu¨¦s de la una de la tarde, cuando una avanzadilla de manifestantes se adentr¨® en las dependencias municipales despu¨¦s de recorrer unos tres kil¨®metros en relativa calma. Varias explosiones en el interior del palacio asustaron enseguida a los vecinos, que hab¨ªan salido a la calle de forma masiva para apoyar la marcha.

¡°?Ap¨¢rtense, no vaya a reventar el tanque de gas!¡±, avisaba un hombre en la plaza. ¡°?Todos al interior de la capilla, para atr¨¢s, para atr¨¢s!¡±, gritaban algunos. El humo negro que sal¨ªa por las puertas y ventanas del edificio cubri¨® parte del z¨®calo. La gente hu¨ªa de la escena. Dentro se consum¨ªa todo.

Tras unos minutos de enorme tensi¨®n, la ciudad de Iguala, de 130.000 habitantes, volvi¨® a respirar y las calles se abrieron a la circulaci¨®n de nuevo. En el interior del palacio municipal, todav¨ªa en llamas, varios lugare?os cargaban ventiladores y m¨¢quinas expendedoras de agua. "?No les da verg¨¹enza?", gritaban los vecinos fuera. Una unidad de bomberos que acudi¨® a apagar el fuego fue recibida a patadas y tuvo que retirarse. "Lo que hizo la polic¨ªa municipal con esos j¨®venes estuvo mal, pero esto tambi¨¦n. ?Por qu¨¦ tenemos que pagarlo nosotros?", comentaba un hombre indignado. Pasaron m¨¢s de dos horas hasta que los operarios pudieron entrar al inmueble.

Poco despu¨¦s de las diez de la ma?ana padres de estudiantes desaparecidos, colectivos sociales y alumnado de distintos puntos del pa¨ªs se reun¨ªan frente al mercado de abastos del municipio, situado en la salida de la ciudad hacia Taxco. Dos supuestos agentes federales infiltrados fueron retenidos en el transcurso de la marcha. A ambos les pidieron la identificaci¨®n y los obligaron a caminar descalzos en primera fila, escoltados por varios j¨®venes encapuchados.¡°Nunca antes vimos tantas personas juntas¡±, dec¨ªa una mujer al asomar la cabeza por la puerta de su academia minutos antes del ataque en la plaza. ¡°Hoy tenemos cerrado por si acaso. Estos d¨ªas el pueblo ha estado tranquilo, pero hay temor porque sabemos que tienen fama de guerrilleros¡±, murmuraba un se?or a su lado. Las rejas de casi todos los comercios estaban echadas este mi¨¦rcoles. En la calle hab¨ªa rabia, dolor, solidaridad, pero ninguna autoridad presente.

El alcalde municipal y su esposa se encuentran pr¨®fugos. Su suplente todav¨ªa no ha tomado posesi¨®n del cargo. La Polic¨ªa Federal no lleg¨® hasta horas despu¨¦s de que los ciudadanos destrozaran el Ayuntamiento. De la Gendarmer¨ªa, que ha tomado el control en lugar de los agentes municipales, ni rastro. Iguala es ahora una ciudad sin ley. Todo comenz¨® la noche del 26 de septiembre, donde despu¨¦s de un enfrentamiento con la polic¨ªa municipal, 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa ¡ªun centro de estudios para maestros rurales¡ª desaparecieron. Otras seis personas fallecieron ese d¨ªa en los choques: tres alumnos, un ama de casa, un ch¨®fer y un futbolista del equipo local Avispones.

Estos d¨ªas el pueblo ha estado tranquilo, pero hay temor porque sabemos que tienen fama de guerrilleros Un vecino de Iguala

El caso se ha vuelto un desaf¨ªo para el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto, que se ha esforzado por mostrar al mundo la imagen de un M¨¦xico reformista, moderno. La falta de respuestas a casi un mes del suceso pone contra las cuerdas al Ejecutivo. ¡°Venimos a pedir responsabilidades, al presidente, por su pol¨ªtica de terror y miedo, que ha permitido al narco asentarse en el pa¨ªs; al gobernador Aguirre por sus omisiones en el caso; y al alcalde Jos¨¦ Luis Abarca, por su participaci¨®n y por estar coludido con el crimen organizado¡±, gritaban los manifestantes.

Las primeras investigaciones indican que los 43 j¨®venes fueron entregados por la polic¨ªa municipal al cartel local, Guerreros Unidos. Menos de una semana despu¨¦s del suceso fueron halladas varias fosas con restos de 28 cuerpos quemados, pero las autoridades descartaron que se tratase de los normalistas desaparecidos. Los vecinos se muestran esc¨¦pticos hasta que un equipo de forenses independiente tenga los resultados, pero aseguran que las tierras del municipio est¨¢n sembradas de cad¨¢veres.

"?Qu¨¦ salimos en la tele!¡± exclamaba una mujer con una ni?a en brazos al ver la avalancha de periodistas desfilando por la calle principal. Despu¨¦s, el ruido de cristales, los explosivos, mucho humo. Todo el folclor qued¨® fuera de plano.