Peque?o gran para¨ªso fiscal
Un edificio de cuatro plantas situado a las afueras de Luxemburgo acoge 1.600 compa?¨ªas, en la mayor concentraci¨®n empresarial del Gran Ducado
Calle Guillaume Kroll, n¨²mero 5. Un discreto cartel anuncia el nombre de la empresa propietaria ¡ªAlterDomus¡ª de un edificio de oficinas de cuatro plantas en el extremo del barrio de Gaasperech, a las afueras de Luxemburgo capital. Frente al bloque de cemento acristalado, la verde campi?a luxemburguesa. A lo lejos se intuye el rumor de la autopista que conecta el Gran Ducado con Bruselas. La modesta edificaci¨®n, similar a la de cualquier otro inmueble de oficinas en una capital europea, guarda, en cambio, una sorpresa en su interior: 1.600 empresas tienen su sede en las tres plantas de arriba; a raz¨®n de m¨¢s de 500 compa?¨ªas por piso. Esas cifras pueden decir dos cosas: o las apreturas son sensacionales, o eso explica que las palabras ¡°para¨ªso¡± y ¡°fiscal¡± est¨¦n sacudiendo los cimientos del pa¨ªs con mayor renta per c¨¢pita de la UE, que no es otro que la patria del presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker.
En el vest¨ªbulo, moderno y di¨¢fano, tres recepcionistas perfectamente trajeados observan las pantallas de sus ordenadores. Es viernes, la actividad es m¨¢s baja de lo habitual, el edificio est¨¢ silencioso y tranquilo. ?Es cierto que 1.600 sociedades tienen aqu¨ª su sede? ¡°No puedo darle esa informaci¨®n, lo siento¡±. Nervioso, poco acostumbrado al trato con periodistas, el jefe de bedeles extiende un papel con un nombre y tres n¨²meros de tel¨¦fono en cuanto asoma en la conversaci¨®n el nombre de Luxleaks, la filtraci¨®n que ha puesto a Luxemburgo y a Juncker en la diana por un controvertido marco fiscal que permit¨ªa a cientos de multinacionales no pagar impuestos. Las llamadas a los n¨²meros indicados resultan infructuosas. ¡°El lunes seguro que le atienden¡±, se disculpa.
Guillaume Kroll 5 es el lugar con mayor concentraci¨®n de empresas por metro cuadrado de Luxemburgo y figura entre los mayores de la UE. El acceso a las tres plantas superiores est¨¢ reservado para clientes. Son, en su mayor¨ªa, empresas extranjeras que fijan aqu¨ª la sede virtual de sus filiales luxemburguesas cuya ¨²nica actividad consiste en realizar operaciones financieras con su matriz para aliviar la factura fiscal del grupo. ¡°T¨¦cnicamente, Luxemburgo no es un para¨ªso fiscal [zona off shore]¡±, aseguran la OCDE y los ministros del Eurogrupo: los luxemburgueses han sabido sacarle punta a ese ¡°t¨¦cnicamente¡±.
Apenas 15 minutos a pie separan el edificio de AlterDomus de la sede de otra de las grandes protagonistas del caso: PricewaterhouseCoopers (PwC), una de las consultoras m¨¢s importantes del mundo y principal consejera de las 340 multinacionales que lograron ventajas fiscales a trav¨¦s de complejos ¡ªy poco transparentes¡ª acuerdos con el Estado luxemburgu¨¦s. Su membrete, com¨²n denominador en casi todos los documentos filtrados, revela que su asesoramiento fue vital para que compa?¨ªas de la talla de Amazon, Procter&Gamble, AIG, Ikea o FedEx, redujesen su factura impositiva hasta niveles irrisorios en los pa¨ªses de la UE en los que generan ¡ªy deben tributar¡ª el grueso de sus beneficios.
El atiborrado buz¨®n de Guillaume Kroll no es una excepci¨®n. En la Avenida Charles de Gaulle, a apenas cuatro calles de la estaci¨®n de tren de Luxemburgo, se levanta un bloque gris¨¢ceo que se queda cerca del r¨¦cord: alberga 1.450 empresas en seis plantas. Y hay m¨¢s. El podio lo completa otro edificio anodino de la avenida John F. Kennedy, a un paso del distinguido barrio europeo, sede de 1.300 compa?¨ªas adicionales. Entre ellas, destacan la editorial estadounidense McGraw Hill y, sobre todo, Accenture, rival de PwC en el sector de la consultor¨ªa pero fiel aliada en cuestiones fiscales. No en vano, contrat¨® sus servicios para cerrar un acuerdo ad hoc con el Gobierno del Gran Ducado que rebaj¨® su tipo impositivo hasta niveles marginales.
Las ¨¦lites pol¨ªticas y financieras luxemburguesas siempre rechazaron la etiqueta de para¨ªso fiscal, recordaba ayer la prensa local. Los luxemburgueses sol¨ªan sentirse insultados cuando los visitantes, sorprendidos por la enorme concentraci¨®n de sociedades de toda clase en un Estado de poco m¨¢s de medio mill¨®n de habitantes, se preguntaban la procedencia de tan inusitado inter¨¦s empresarial. Las revelaciones de esta semana apuntan a que las sospechas eran fundadas: el min¨²sculo Luxemburgo parece, en efecto, un gran para¨ªso fiscal.
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