El desenga?o de Escocia
El independentismo sube y el laborismo se descalabra el mes siguiente al refer¨¦ndum Nicola Sturgeon, la pr¨®xima ministra principal, se embarca en una gira por seis ciudades
A los pies del escenario del sal¨®n de actos, una mujer exhibe con orgullo el eslogan que lleva en su pecho: ¡°Yo vot¨¦ s¨ª¡±. Esta noche en Dundee, rebautizada tras el refer¨¦ndum del 18 de septiembre como ¡°la ciudad del s¨ª¡± las camisetas se conjugan en pret¨¦rito perfecto simple. Aunque el pasado, para las dos mil personas que agotaron hace d¨ªas las localidades para este encuentro con Nicola Sturgeon, no fue perfecto ni simple. Es viernes por la noche y la pr¨®xima ministra principal de Escocia, la mujer que suceder¨¢ dentro de dos semanas al frente del partido nacionalista SNP a Alex Salmond, que dimiti¨® tras perder por diez puntos el refer¨¦ndum, se encuentra en medio de una gira triunfal por seis ciudades.
Craig, jubilado, no puede llevar esa camiseta. ?l vot¨® por el no. ¡°Me pudo el miedo¡±, reconoce. Pero se arrepiente tanto que se ha afiliado al SNP. ¡°Los partidos de Westminster no tardaron ni un d¨ªa en enredarse en sus miserias y ni siquiera han sido capaces de mantener su promesa firme al pueblo escoc¨¦s¡±, dice, en referencia al compromiso adquirido por los tres principales partidos del parlamento brit¨¢nico, ante el aumento del s¨ª en la recta final de la campa?a, de entregar m¨¢s competencias a Edimburgo si ganaba el no. El proceso est¨¢ ahora en manos de la llamada comisi¨®n Smith, formada por representantes de todos los partidos, que el 22 octubre acord¨® que la entrega de m¨¢s poderes a Escocia no debe estar condicionada a la de las otros territorios que forman Reino Unido, como sugiri¨® el primer ministro conservador, David Cameron, el d¨ªa despu¨¦s de la victoria.
La demanda de carn¨¦s de la formaci¨®n independentista se ha disparado tras la derrota. Es ya el tercer partido con m¨¢s afiliados en todo Reino Unido, por delante de los liberal dem¨®cratas. Solo en la primera semana se sumaron 39.000 personas, m¨¢s del total de miembros que ten¨ªan hasta entonces. Hoy son ya 83.000. ¡°Pocos pol¨ªticos han heredado un partido m¨¢s en forma que el que recibo yo¡±, dijo Sturgeon en Dundee. ¡°Yo s¨¦ d¨®nde quiero que llegue toda esta energ¨ªa: a una Escocia independiente. Acepto sin reservas el resultado. Estuvimos cerca, pero no ganamos. No seremos independientes ahora, eso es la democracia. Pero me reservo el derecho a seguir luchando por la causa, porque eso es la democracia tambi¨¦n. Ahora hay que respetar lo que quieren el pa¨ªs, y es la entrega m¨¢xima de poderes, ?recuerdan? Esa fue la promesa solemne. Si la rompen, no es a m¨ª a quien deben temer sino al pueblo de Escocia¡±.
Mientras tanto, el laborismo, la otra gran fuerza en Escocia, se hunde. Pagan cara su asociaci¨®n con los tories, innombrables a este lado del r¨ªo Tweed, en la campa?a del ¡°mejor juntos¡±. La l¨ªder de los laboristas escoceses, Johann Lamont, dimiti¨® el 25 de octubre acusando a su partido de tratar a Escocia como ¡°una sucursal de Londres¡±. Se lo puso en bandeja a Sturgeon: ¡°?Dimite y se da cuenta de que es malo que nos gobiernen desde Londres!¡±, dijo en Dundee. ¡°Los laboristas eran el partido de la Escocia progresista¡±, a?adi¨®, ¡°pero ahora son un obst¨¢culo para el progreso de Escocia¡±. Una encuesta publicada la semana pasada augura un vuelco en las generales de mayo, con el 52% de la intenci¨®n de voto para el SNP y un 23% para los laboristas, que conservar¨ªan solo cuatro de los 41 diputados por Escocia que ahora tienen en Westminster, unos esca?os vitales para sus expectativas de victoria. Y la valoraci¨®n en Escocia del l¨ªder laborista, Ed Miliband, est¨¢ por debajo incluso de la de David Cameron y el liberal dem¨®crata Nick Clegg.
¡°Fue una campa?a muy divisoria¡±, explica por tel¨¦fono el analista pol¨ªtico y exasesor de Tony Blair John McTernan, ¡°y cuando se rechaz¨® la independencia, los partidarios del no decidieron trabajar para reunificar el pa¨ªs. Lo cual es necesario al principio, pero termin¨® dejando espacio a los independentistas para poder plantear otro refer¨¦ndum en cinco a?os. Los nacionalistas, en cualquier parte, tienen un pol¨ªtica basada en la traici¨®n. Hicieron creer que se hab¨ªan prometido cosas que no se hab¨ªan prometido, para poder apelar al incumplimiento. Los del no debieron decir: hemos ganado. Escocia ha decidido no ser independiente. Teniendo eso cerrado, decidamos cu¨¢l debe ser el reparto del poder. Los laboristas deben ponerse serios con la pol¨ªtica escocesa. El pueblo cree que han dado por descontados sus votos¡±.
McTernan ve con buenos ojos que un pol¨ªtico de la talla de Jim Murphy, que fue ministro para Europa y luego para Escocia, haya decidido dejar su esca?o de diputado para luchar por el liderazgo del partido al norte de la frontera. Pero para los que votaron s¨ª no es m¨¢s que otro pol¨ªtico de Westminster.
Aqu¨ª ¡°la mayor¨ªa silenciosa¡± del no sigue callada. Les dijeron desde Londres que el petr¨®leo del mar del Norte se acababa, que era iluso construir un futuro sobre ¨¦l. Pero, apenas un mes despu¨¦s, BP y GDF Suez anunciaron que han descubierto nuevos yacimientos con cinco millones de barriles. Apelaron a la estabilidad que supone el respaldo del sistema bancario brit¨¢nico. Pero la semana pasada el grupo Lloyds, al que pertenece el Bank of Scotland, que emplea a 16.000 personas en el territorio, anunci¨® el cierre de 200 oficinas y 9.000 despidos.
Ni siquiera les queda el mejor whisky del mundo para ahogar las penas. La Biblia del Whisky, que punt¨²a estos destilados desde 2003, por primera vez no ha incluido ninguno escoc¨¦s entre los cinco mejores para 2015. El ganador ha sido un whisky japon¨¦s. Y, metiendo el dedo en la herida de Escocia, el premio al mejor de Europa ha sido para un whisky ingl¨¦s.
?Qui¨¦n es ahora el separatista?
La voluntad de permanecer en la Uni¨®n Europea fue una de las premisas m¨¢s s¨®lidas de la campa?a por la independencia escocesa. Y la reciente escalada antieuropea de David Cameron, escenificada estas ¨²ltimas semanas, bajo la presi¨®n del crecimiento del partido xen¨®fobo UKIP, no ha hecho m¨¢s que profundizar la brecha que separa a Escocia del resto de Reino Unido. El sentimiento europeo es mucho m¨¢s fuerte al norte que al sur de la frontera. Solo cuatro de las 52 circunscripciones en que est¨¢ dividida Escocia para las elecciones generales son partidarias (y con escaso margen) de abandonar la UE. Algo que apoya la mayor¨ªa de circunscripciones inglesas. Ante el refer¨¦ndum sobre la permanencia en la UE prometido por David Cameron, Nicola Sturgeon propone que la salida deba ser aprobada por los cuatro territorios que forman Reino Unido. "?No dijeron durante la campa?a que somos una familia de cuatro naciones? Pues actuemos como tal", dijo. "Si nos sacan de Europa, solo podr¨¢n culparse a ellos mismos cuando decidamos que queremos votar otra vez por la independencia".
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