Juicio ind¨ªgena a miembros de las FARC
Cinco guerrilleros son condenados a entre 40 y 60 a?os de prisi¨®n por matar a dos miembros de una comunidad
Solo cuatro d¨ªas se demoraron los ind¨ªgenas de la etnia Nasa, que viven en la localidad de Torib¨ªo, en el norte del Departamento del Cauca, al sur occidente de Colombia, en decidir la suerte de siete guerrilleros de las FARC, se?alados por asesinar a dos de sus l¨ªderes el pasado 5 de noviembre. El veredicto del juicio por la muerte de Manuel Tumi?¨¢, de 42 a?os, y Daniel Coicu¨¦, de 63, se conoci¨® tras seis horas de debate en una vereda de la regi¨®n hasta donde llegaron miles de ind¨ªgenas, que aplican su propia justicia basados en la autonom¨ªa que les otorga la Constituci¨®n colombiana. Las v¨ªctimas fueron tiroteadas por evitar que un grupo de guerrilleros colgara en su territorio unas vallas en homenaje a un l¨ªder de las FARC.
No import¨® que los acusados del doble crimen, detenidos por la Guardia Ind¨ªgena del Cauca horas despu¨¦s de los homicidios, tambi¨¦n fueran ind¨ªgenas. Uno de ellos, conocido con el alias de Fercho, y que seg¨²n los ind¨ªgenas fue quien dispar¨® contra sus paisanos, recibi¨® un castigo de 60 a?os de prisi¨®n, que los Nasa llaman patio prestado. El juicio es asambleario. A la pregunta de cu¨¢nto tiempo deber¨ªa pasar encarcelado, la multitud gritaba ¡°40¡ 50¡ 60¡±. Al final, se vot¨® a mano alzada. Mientras, los familiares del reo gritaban que no fueran tan severos. ¡°Yo prefiero responderle a la organizaci¨®n a la que pertenezco [las FARC] y no a otra autoridad¡±, dijo el acusado frente a toda la comunidad, una de las m¨¢s golpeadas por el conflicto armado. Otros cuatro guerrilleros fueron condenados a 40 a?os y dos m¨¢s, menores de edad, de 14 y 17 a?os respectivamente, a 20 fuetazos (latigazos). Estos ¨²ltimos ser¨¢n entregados a un centro de rehabilitaci¨®n para menores.
Estos asesinatos y la posterior condena a los guerrilleros se dan en un momento clave de las negociaciones de paz que se desarrollan desde hace dos a?os en La Habana entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, centradas ahora en negociar c¨®mo se resarcir¨¢n los derechos de las cerca de siete millones de v¨ªctimas que ha dejado el conflicto. Esta guerrilla reconoci¨® recientemente, despu¨¦s de negarlo una y otra vez, que le ha causado da?o a la poblaci¨®n civil, pero lo ha matizado diciendo que esto ha ocurrido por ¡°errores involuntarios¡±, ya que las comunidades no han sido su principal blanco. Tambi¨¦n han rechazado haber cometido cr¨ªmenes de lesa humanidad.
Por ese motivo los negociadores de paz del Gobierno, y tambi¨¦n Naciones Unidas, rechazaron los asesinatos de Manuel Tumi?¨¢ y Coicu¨¦, quienes pertenec¨ªan a la Guardia Ind¨ªgena de Cauca, una organizaci¨®n que ha venido resisti¨¦ndose pac¨ªficamente a los atropellos que en su territorio hace la guerrilla, las bandas criminales y tambi¨¦n el Ej¨¦rcito, ejerciendo una especie de soberan¨ªa. Su ¨²nica defensa es el di¨¢logo y un bast¨®n de mando hecho de madera.
¡°Es inadmisible que mientras avanzamos en las conversaciones para terminar el conflicto en Colombia, las FARC contin¨²en atacando a la poblaci¨®n civil de esta manera¡±, dice un comunicado de la Delegaci¨®n del Gobierno en La Habana. La ONU inst¨® a respetar los derechos colectivos de los pueblos ind¨ªgenas.
Aunque las FARC, en un comunicado, lamentaron la muerte de los dos ind¨ªgenas con ¡°pesar y preocupaci¨®n¡±, no rechazaron la forma en que sus hombres actuaron. Solo dijeron que lo que sucedi¨® no merec¨ªa ¡°tal exacerbaci¨®n¡±. S¨ª negaron la autor¨ªa de un panfleto que empez¨® a circular d¨ªas despu¨¦s del homicidio de los guardias ind¨ªgenas. En el texto supuestamente atribuido a la guerrilla se declaraba como ¡°objetivo militar¡± a 26 l¨ªderes Nasa, lo que agudiz¨® mucho m¨¢s la crisis en el Cauca y caus¨® indignaci¨®n en la Defensor¨ªa del Pueblo y el mismo Gobierno, que reclamaron un pronunciamiento inmediato por parte de las FARC.
Los dos guardias ind¨ªgenas recibieron el ¨²ltimo adi¨®s acompa?ados de una marcha multitudinaria. Uno de los sacerdotes presentes, citado por los medios locales, insisti¨® en que ning¨²n actor armado los sacar¨¢ de su territorio. ¡°La Guardia Ind¨ªgena siempre estar¨¢ arriba, fuerte, pese a la adversidad¡±, dijo. Otros gritaban: ¡°?Unidos no nos vencer¨¢n. Ni la guerra, ni las armas, ni las balas nos vencer¨¢n!¡±.
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