La abdicaci¨®n del ¡®rey¡¯ Giorgio
El presidente italiano sopesa dimitir por el incumplimiento de la promesa de regeneraci¨®n
Giorgio Napolitano est¨¢ cansado, y la culpa no solo la tienen sus 89 a?os. En abril de 2013, los diputados y los senadores italianos le prometieron con un largo aplauso que s¨ª, que encontrar¨ªan los puntos de acuerdo necesarios para regenerar la pol¨ªtica y acometer las reformas indispensables ¨Cnueva ley electoral, abolici¨®n del bicameralismo perfecto¡ª para evitar la reproducci¨®n del lamentable espect¨¢culo que acababan de ofrecer. Durante casi dos meses, los partidos pol¨ªticos no solo no hab¨ªan sido capaces de administrar el resultado de las elecciones generales, sino que tampoco encontraron un nombre de consenso para sustituir al presidente de la Rep¨²blica. As¨ª, hu¨¦rfanos de primer ministro y de jefe del Estado, los parlamentarios pidieron al viejo estadista, un excomunista al que Barack Obama sigue llamando amigo, que permaneciera en el cargo que hab¨ªa ocupado los ¨²ltimos siete a?os. Napolitano, al que en Italia se le conoce como rey Giorgio, acept¨® la reelecci¨®n ¨Cpor primera vez en la historia republicana¡ª y a continuaci¨®n propuso a Enrico Letta como jefe de un Gobierno de consenso. No hace falta recordar que aquella solemne promesa de la pol¨ªtica italiana dur¨® tanto como el eco de sus aplausos.
Ahora la prensa italiana coincide en que Giorgio Napolitano, que el pasado mes de octubre sufri¨® una crisis de cansancio, est¨¢ preparando su dimisi¨®n. Se habla de final de a?o como fecha posible, coincidiendo con la conclusi¨®n de la presidencia italiana de la Uni¨®n Europea (UE).
Napolitano tuvo que seguir en el cargo ante el bloqueo en 2013
El viejo pol¨ªtico ni confirma ni desmiente. Hace unos d¨ªas se le vio saliendo de una joyer¨ªa de V¨ªa Condotti, donde al parecer hab¨ªa comprado el regalo para el 80? cumplea?os de su esposa. Caminaba ligeramente encorvado y ayud¨¢ndose de un bast¨®n. Ni ¨¦l entonces ni al d¨ªa siguiente una nota oficial del Quirinal se detuvieron a comentar ¡°las disertaciones publicadas por la prensa¡±.
Pero a nadie se le escapa ¨Cy as¨ª lo subrayan algunos analistas¡ª que Giorgio Napolitano se siente defraudado por una clase pol¨ªtica que, a pesar la grave crisis econ¨®mica y del descontento creciente de los ciudadanos, hace m¨¢s bien poco por cumplir su promesa de regeneraci¨®n. La prueba es que aquellas dos reformas ¨Cley electoral y Senado¡ª indispensables para evitar la reproducci¨®n del colapso institucional sufrido en la primavera de 2013 a¨²n est¨¢n pendientes de aprobar.
A la desilusi¨®n hacia los otros habr¨ªa que sumar una cierta incomodidad ante las cr¨ªticas recibidas por las graves decisiones tomadas en los ¨²ltimos tres a?os. Su figura intachable de estadista, de figura transversal en la pol¨ªtica italiana ¨Cjoven luchador antifacista, diputado comunista desde en 1953, presidente de la C¨¢mara de Diputados, varias veces ministro¡ª empez¨® a ser criticada despu¨¦s de que, en noviembre de 2011, ante la incapacidad de Silvio Berlusconi para seguir gobernando, impusiera al tecn¨®crata Mario Monti en vez de convocar elecciones.
Las reformas de la ley electoral y del Senado a¨²n est¨¢n pendientes
A Napolitano tambi¨¦n le toc¨® elegir a Enrico Letta y, poco despu¨¦s, certificar su ca¨ªda ante el ataque de Matteo Renzi. Decisiones que le valieron cr¨ªticas feroces de una parte de la pol¨ªtica, sobre todo del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, que ha llegado en varias ocasiones a tachar de ¡°golpe de Estado¡± algunas de las decisiones de Napolitano en pos de la estabilidad del pa¨ªs.
El problema es que la situaci¨®n pol¨ªtica italiana no se encuentra en una situaci¨®n mucho mejor que cuando, en la primavera de 2013, aceptara seguir en el cargo. Aunque el liderazgo del centroizquierda s¨ª parece indiscutible en la figura de Matteo Renzi, las otras dos fuerzas pol¨ªticas sufren serios da?os en la l¨ªnea de flotaci¨®n.
Silvio Berlusconi sufri¨® la escisi¨®n de su antiguo delf¨ªn, Angelino Alfano, y ahora apenas logra mantener juntos los trozos de una Forza Italia (FI) en declive. Y Beppe Grillo, que supo aglutinar el deseo de regeneraci¨®n de una buena parte de la ciudadan¨ªa, sigue sin aprovechar de forma constructiva la fuerza de sus j¨®venes diputados. Todo esto es importante porque el candidato a pr¨®ximo presidente de la Rep¨²blica debe obtener dos tercios de los votos del Parlamento y de los representantes de las regiones en las tres primeras votaciones.
El hecho de que el voto sea secreto aumenta adem¨¢s la posibilidad de que los llamados francotiradores ¨Cdiputados que votan en contra de la l¨ªnea del partido¡ªentren en acci¨®n, como ya sucedi¨® en 2013. Un amargo c¨¢liz repetido que el viejo Giorgio Napolitano, al que Obama suele poner como ejemplo de ¡°l¨ªder moral¡±, no quiere volver a beber.
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