Alemania se resiste a cambiar el paso
Berl¨ªn rechaza que existan razones que justifiquen un giro en la pol¨ªtica econ¨®mica de la UE

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Por primera vez desde 1969, Alemania tendr¨¢ en 2015 un presupuesto con d¨¦ficit cero: gastar¨¢ ¨²nicamente lo que ingresa, sin incurrir en nueva deuda. Quiere ser, as¨ª, ejemplo para el resto de la eurozona, el estandarte de una teor¨ªa que sostiene que, a mayor ajuste del gasto, mayor confianza de inversores y consumidores y, como consecuencia, mayor crecimiento. ¡°Cumplimos lo que prometemos¡±, exhib¨ªa con orgullo el ministro de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, al presentar las cuentas del pr¨®ximo a?o.
Poco importa que la econom¨ªa alemana se contrajera un 0,1% entre abril y junio, y que apenas creciera un 0,1% entre julio y septiembre. La mayor¨ªa de los analistas ha revisado a la baja sus previsiones para la primera econom¨ªa europea y alerta de las consecuencias que ello puede tener para el conjunto de la eurozona. Como toda respuesta, Sch?uble ha decidido poner en marcha un plan de inversiones en Alemania de dimensiones m¨¢s que modestas: 10.000 millones de euros hasta 2018, apenas el 0,3% del PIB repartido en tres ejercicios, ¡°pero sin endeudarnos¡±, remata.
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Es el triunfo del neoliberalismo a la alemana, o el ordoliberalismo, una corriente de pensamiento econ¨®mico fundada por un grupo de pol¨ªticos y economistas alemanes durante la d¨¦cada de 1930-1940 y cuyo m¨¢ximo defensor en la actualidad es Hans Werner Sinn, el pol¨¦mico presidente del instituto de an¨¢lisis econ¨®mico Ifo. ¡°El problema en Alemania es que hay pocos keynesianos¡±, sostiene Michael Ehrke, director de la oficina en Madrid de la Friedrich-Ebert-Stiftung, una fundaci¨®n vinculada al Partido Socialdem¨®crata alem¨¢n (SPD). Una tesis que suscita suspicacias entre sus colegas alemanes. ¡°?Claro que somos keynesianos!¡±, sostienen fuentes oficiales. ¡°Si no, no habr¨ªamos tardado tanto en tener d¨¦ficit cero¡±, recalcan.
En 2015 el Gobierno alem¨¢n tendr¨¢ el primer d¨¦ficit cero desde? 1969
Lo cierto es que en Alemania hay una rara unanimidad en torno a la pol¨ªtica econ¨®mica. Hay pocas diferencias entre los grandes partidos, como demuestra la enorme coincidencia de la gran coalici¨®n de los socialdem¨®cratas del SPD y los cristianodem¨®cratas de la CDU, en el Gobierno. La falta de ideolog¨ªa es, precisamente, el principal reproche a la canciller Angela Merkel dentro de su partido pero, a cambio, le proporciona muchos r¨¦ditos electorales. ¡°Las diferencias con la izquierda afectan a la pol¨ªtica exterior, no a la econom¨ªa¡±, admite Ehrke. Tampoco los sindicatos o la industria mantienen posiciones econ¨®micas muy alejadas.
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¡°Merkel est¨¢ muy orientada hacia lo que quieren los votantes¡±, explica Josef Janning, analista senior del European Council of Foreign Relations en Berl¨ªn. ¡°Su apoyo va m¨¢s all¨¢ de su partido. La crisis ha asustado mucho a los ciudadanos y ella ha evitado la cat¨¢strofe y se ha convertido en una canciller predecible. Eso es muy importante en un entorno de escepticismo pol¨ªtico¡±, explica Janning.
A diferencia de la mayor¨ªa de sus predecesores, Merkel hace gala de su fino olfato pol¨ªtico y no toma decisiones que vayan en contra de la opini¨®n p¨²blica. Helmut K?hl, su mentor pol¨ªtico, puso en riesgo su legado al renunciar al casi sagrado deutsche mark y aceptar el euro y la uni¨®n monetaria. El socialdem¨®crata Gerhard Schr?der se jug¨® la reelecci¨®n en 2003 al aprobar una dura reforma del Estado de bienestar que ahora, sin embargo, es exhibida con orgullo por sus entonces adversarios. ¡°La forma de liderar de Merkel pasa por moderar el debate y tener en cuenta las distintas sensibilidades. Es su estilo dentro y fuera de Alemania¡±, recalca Janning.
La gran coalici¨®n del SPD y la CDU cierra filas en las recetas fiscales
La combinaci¨®n de esa forma de ejercer el liderazgo y el convencimiento de que s¨®lo esa pol¨ªtica econ¨®mica permitir¨¢ salir de la crisis explican la forma en que Alemania ejerce su posici¨®n de primera econom¨ªa europea. Los recuerdos de los anhelos imperialistas del pasado a¨²n pesan demasiado en la memoria colectiva. La mayor¨ªa de los alemanes rechaza que su Gobierno se ponga al frente del proyecto europeo, y Merkel no va a hacer nada que no guste a sus votantes.
¡°Por eso intentamos ejercer ese liderazgo de la mano de Par¨ªs, no en solitario. De ah¨ª que sea tan preocupante la situaci¨®n econ¨®mica de Francia¡±, admiten fuentes oficiales. Berl¨ªn teme que Francia siga aplazando unas reformas que cree ineludibles en el mercado laboral, las pensiones y el sector p¨²blico y que cualquier imprevisto, como un repunte de las tensiones geopol¨ªticas en Ucrania, precipite otro episodio de crisis. El mayor temor para Alemania es que los mercados empiecen a demostrar la misma desconfianza hacia Francia que mostraron en plena crisis con los Estados de la periferia.
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De ah¨ª que, para suavizar esos ajustes, Alemania defienda ahora el plan de inversiones de la Comisi¨®n Juncker para toda la UE. Es, de hecho, el principal punto de debate del grupo de expertos que los Gobiernos de ambos pa¨ªses han nombrado para dise?ar una estrategia de reformas para Europa y que encabezan Jean Pisani Ferry, director de Planificaci¨®n Econ¨®mica del Gobierno de Francia, y Henrik Enderlein, reconocido economista alem¨¢n. Sus equipos se re¨²nen cada semana y presentar¨¢n sus conclusiones el 1 de diciembre. ¡°Con un poco de suerte, el plan de inversiones europeo logra avanzar en 2015 y tenemos algo concreto para 2016¡±, apuntan con cierto escepticismo desde la industria alemana.
Berl¨ªn teme que la falta de reformas en Francia precipite una nueva crisis
El manejo de la crisis bajo esta ¨®ptica ha propiciado un cambio inesperado en las tradicionales alianzas en la UE. Al imponer duras reformas y ajustes en lo peor de la crisis, cada Gobierno del euro se ha convertido en un duro fiscalizador de las pol¨ªticas de sus vecinos. ¡°Consenso es mucho decir, pero sin duda el viejo esquema de alianzas entre norte y sur ha quedado atr¨¢s¡±, subrayan desde uno de los ministerios econ¨®micos germanos.
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