Detr¨¢s de una demanda boliviana
Chile enfrenta en La Haya un reclamo que pone en amenaza a la estabilidad de su frontera
Recientemente, Bolivia present¨® una demanda contra Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, solicitando a dicho tribunal que obligue a Chile a negociar y en definitiva conceder una salida soberana al mar.
La salida soberana por territorio chileno que pide Bolivia necesariamente implica una modificaci¨®n no-convenida del Tratado de Paz y Amistad de 1904, que fij¨® las fronteras entre Chile y Bolivia y determin¨® un generoso r¨¦gimen de acceso no soberano de Bolivia al mar. Por tanto, la demanda representa una amenaza a la estabilidad de las fronteras, as¨ª como al principio b¨¢sico del derecho internacional de la observancia de los tratados.
El Gobierno de La Paz ampara su demanda en el Pacto de Bogot¨¢, pero el art¨ªculo VI de ese pacto excluye de la jurisdicci¨®n de la Corte los asuntos resueltos o gobernados por tratados previos a su suscripci¨®n, efectuada el a?o 1948. Bolivia sostiene que su demanda no toca el tratado de 1904; pero lo cierto es que aun cuando evita mencionarlo, sus peticiones afectan de ra¨ªz lo que dicho tratado resolvi¨® y gobierna hasta hoy.
Bolivia argumenta que Chile estar¨ªa obligado a otorgarle acceso soberano al mar producto de los di¨¢logos sobre el tema que ambos pa¨ªses han sostenido a lo largo de la historia. El Gobierno de La Paz confunde as¨ª una aspiraci¨®n con un derecho. Un derecho as¨ª de trascendente, que afecta nada menos que la integridad territorial de un pa¨ªs y los tratados vigentes, no se puede inferir a partir de negociaciones y di¨¢logos que no fructificaron. De ser cierta la hip¨®tesis boliviana, ning¨²n pa¨ªs dialogar¨ªa con otro por el temor a que las f¨®rmulas de acuerdo que se exploren, si fracasan, se conviertan posteriormente en obligaciones para dicho Estado.
Cada vez que Chile formul¨® propuestas para satisfacer la aspiraci¨®n mar¨ªtima boliviana, las conversaciones fracasaron
Hay un asunto adicional. Cada vez que Chile, en el marco de negociaciones pol¨ªticas, formul¨® propuestas para satisfacer la aspiraci¨®n mar¨ªtima boliviana, las conversaciones fracasaron por causas ajenas a la voluntad de Chile, la mayor¨ªa imputables a la pol¨ªtica interna boliviana.
El destacado diplom¨¢tico boliviano Walter Montenegro sostiene en su libro 'Oportunidades perdidas: Bolivia y el mar' que es necesario reconocer que los propios bolivianos han contribuido a esa serie de negociaciones frustradas; por su parte, el excanciller Armando Loayza ha argumentado que en el fracaso de las negociaciones bilaterales, Bolivia ha tenido ¡°una responsabilidad muy alta¡±.
Bolivia quiere hacer creer a la comunidad internacional que se encuentra enclaustrada. La realidad es diferente. Bolivia goza de un irrestricto acceso al mar, de manera no soberana.
En virtud del ya mencionado Tratado de 1904, Chile reconoci¨® a favor de Bolivia ¡°el m¨¢s amplio y libre derecho de tr¨¢nsito comercial por su territorio y puertos del Pac¨ªfico¡±. Este r¨¦gimen fue ampliado por la Convenci¨®n de Tr¨¢nsito de 1937 a ¡°toda clase de carga y en todo tiempo sin excepci¨®n alguna¡±.
Bolivia ejerce potestad aduanera sobre las cargas provenientes o manifestadas a su pa¨ªs y hasta dispone de sus propias instalaciones y personal de aduanas en los puertos chilenos.
Nuestro pa¨ªs tambi¨¦n exime del Impuesto al Valor Agregado a los servicios a las cargas bolivianas en tr¨¢nsito, con lo cual se otorga a Bolivia una ventaja superior a las concedidas por la comunidad internacional a los pa¨ªses sin litoral. Adem¨¢s, Bolivia goza de almacenamiento gratuito hasta por un a?o para la carga de importaci¨®n y 60 d¨ªas para la carga de exportaci¨®n. Este beneficio no se aplica ni para las cargas chilenas, ni para las cargas de terceros pa¨ªses.
Chile construy¨®, con cargo a sus propias arcas fiscales, un ferrocarril y l¨ªnea f¨¦rrea para unir el puerto de Arica con La Paz. El ferrocarril ha prestado servicios de transporte de carga y, en diversas ¨¦pocas, tambi¨¦n de pasajeros.
Pero m¨¢s all¨¢ de lo que se?ala la historia y los claros hechos, el Gobierno de Chile est¨¢ convencido de que el desarrollo de Am¨¦rica Latina pasa en forma importante por erradicar los fantasmas del pasado y girar la vista hacia adelante. La demanda boliviana en nada ayuda a tal prop¨®sito.
Chile y Bolivia tienen pendiente el desaf¨ªo de construir relaciones de futuro. Dejar atr¨¢s el siglo XIX para entrar definitivamente al siglo XXI.
Heraldo Mu?oz es canciller de Chile
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