¡°Las reformas sistem¨¢ticas son las que acaban con los malos tratos¡±
El dirigente marroqu¨ª acepta que a¨²n hay procesos injustos en el pa¨ªs
Driss el Yazami no es solo el presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de Marruecos. Es una de las pocas figuras respetadas por todos los actores pol¨ªticos y sociales del pa¨ªs porque sus informes y su actuaci¨®n, pese a dirigir un organismo consultivo y oficial impulsado por el rey Mohamed VI, se consideran bastante objetivos y en ocasiones hasta cr¨ªticos y molestos para el Gobierno, algo inusual en Marruecos.
Pregunta. ?Es evidente que el foro, por su importancia mundial, es una buena oportunidad para exponer c¨®mo est¨¢ la situaci¨®n de los derechos humanos en Marruecos. ?C¨®mo la definir¨ªa brevemente y que espera conseguir de estos debates?
Respuesta: No se trata de un foro de comprobaci¨®n de un pa¨ªs u otro. Existe un mecanismo en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que establece el balance global del estado de los derechos humanos de cada pa¨ªs, a trav¨¦s del examen peri¨®dico universal, en el cual Marruecos ha participado dos veces. M¨¢s bien es un foro para debatir una serie de cuestiones universales. Algunas son conocidas como los derechos civiles y pol¨ªticos y otras nuevas, como el medioambiente, la empresa y los derechos humanos. Este foro es un momento hist¨®rico decisivo. El hecho de que Brasil, un pa¨ªs Latinoamericano, haya organizado la primera edici¨®n y ahora, Marruecos, pa¨ªs africano, la segunda, muestra la entrada en combate de los pa¨ªses del sur en el escenario internacional de los derechos humanos. Estos pa¨ªses ya no quieren ser simplemente objetos, sino sujetos, actores de pleno derecho.
Esta segunda edici¨®n es un testimonio del movimiento de universalizaci¨®n de los derechos humanos, implementados desde hace unos decenios. Los derechos humanos se han convertido progresivamente en una variable inevitable de la vida pol¨ªtica de las naciones y una componente fundamental de sus relaciones internacionales. La universalidad de los derechos humanos est¨¢ en expansi¨®n, pero tambi¨¦n est¨¢ en crisis, y constantemente encasquillada por la pol¨ªtica de doble juego. Tambi¨¦n ha sido viciada por una cierta concepci¨®n de universalismo, que ha ido hasta la locura de querer universalizar por la violencia y la invasi¨®n militar, y cuyos efectos sufrimos a¨²n.
P. Algunas ONG, entre ellas la m¨¢s importante de Marruecos, han anunciado su boicot al encuentro por su preparaci¨®n unilateral, costosa y poco transparente y en un momento muy cr¨ªtico para ellas, con numerosas prohibiciones de actos y ataques desde el Ministerio del Interior del pa¨ªs. ?Entiende esas cr¨ªticas, esa desconfianza y ha hecho algo para remediarlas?
R. Estas asociaciones han sido implicadas en todas las etapas preparatorias del foro con la sociedad civil que empezaron en junio. Todas sus propuestas de actividades han sido aceptadas sin ninguna condici¨®n. El problema esencial es la prohibici¨®n del Ministerio de Interior de las reuniones de las asociaciones. La justicia marroqu¨ª acaba de multar al ministerio por la prohibici¨®n de una de esas reuniones. Creo que debemos dejar que la justicia act¨²e, luego veremos. Si tuvi¨¦ramos que esperar que todo fuera bien en el mejor de los mundos para organizar encuentros nacionales, regionales o internacionales sobre derechos humanos, no se organizar¨ªa ninguna actividad, ni en Marruecos, ni en ning¨²n pa¨ªs del mundo. La verdad es que estamos asaltados por las solicitudes de participaci¨®n y no por los anuncios de boicot.
P. ?Se restringe la actividad de algunas ONG en Marruecos?
R. Existen hoy en d¨ªa m¨¢s de 90.000 asociaciones en Marruecos, con un crecimiento anual de 5.000 asociaciones cada a?o. Estas ONGs desempe?an un papel social fundamental, ya que expresan las aspiraciones de la sociedad, sobre todo, la de los grupos m¨¢s vulnerables, como los ni?os y los discapacitados. Sobre esta cifra, alrededor de 50 asociaciones no han sido autorizadas por el Ministerio de Interior. El CNDH se ha pronunciado claramente sobre la cuesti¨®n, pidiendo que la Justicia act¨²e. Hay tambi¨¦n las recientes prohibiciones de las que usted habla. Es imprescindible resolver estas dos cuestiones, garantizando la liberad asociativa y dejando la palabra ultima a la justicia, que demuestra una mayor y m¨¢s constante independencia.
Pero yo creo que el problema es mucho m¨¢s amplio. Tenemos una sociedad civil din¨¢mica, probablemente las m¨¢s fuerte del sur del mediterr¨¢neo, junto a T¨²nez. Sin embargo, la tasa de formaci¨®n asociativa de la poblaci¨®n sigue siendo relativamente fr¨¢gil. La Constituci¨®n ha dado un espacio primordial a la sociedad civil y los poderes p¨²blicos necesitan, en Marruecos y en todo el mundo, socios e intermediarios. Nuestras asociaciones carecen de recursos humanos y financieros y de formaci¨®n. Nuestro Consejo va a publicar, justo despu¨¦s del foro, un memor¨¢ndum sobre este aspecto.
P. ?Hay presos pol¨ªticos y de opini¨®n en Marruecos, cu¨¢ntos y por qu¨¦ se consiente esa lacra?
R. Se trata de una expresi¨®n muy global. Pienso que ha habido una serie de procesos, a menudo despu¨¦s de manifestaciones en la calle, donde todas las condiciones de un proceso equitativo no han sido reunidas; en otros, las comprobaciones legales necesarias, sobre todo sobre las alegaciones del mal trato, no han sido llevadas a cabo y los juicios de civiles ante los tribunales militares van en contra de la Constituci¨®n de 2011 y del derecho internacional. Sin embargo, hay que se?alar tambi¨¦n que desde julio de 2011, el Ministerio de Justicia abre sistem¨¢ticamente investigaciones en caso de alegaci¨®n de malos tratos. La ley que ha acabado con los juicios de civiles en tribunales militares ha sido votada hace poco. Y el proyecto del futuro C¨®digo de procedimiento penal, que ha sido publicado, prev¨¦ la presencia de un abogado, una hora despu¨¦s de que comience la detenci¨®n preventiva.
P. ?La tortura, que hasta el propio Ministerio de Justicia acepta que se produce pero no estructurada desde el Estado, y la pena de muerte, que a¨²n no est¨¢ formalmente abolida, son compatibles con un Estado democr¨¢tico que quiere presumir de modelo en el mundo ¨¢rabe?
R. Marruecos acaba de depositar este 24 de noviembre los instrumentos de ratificaci¨®n del protocolo opcional de la Convenci¨®n contra la tortura. Lo que significa que tiene que crear un mecanismo de prevenci¨®n, que tendr¨¢ la libertad de visitar todos los lugares de privaci¨®n de libertad. Es por medio de este tipo de reformas sistem¨¢ticas que se acaba con los casos de los malos tratos, en Marruecos y otros sitios. En cuanto a la pena de muerte, usted sabe como yo que grandes democracias la mantienen desgraciadamente. En Marruecos cada vez somos m¨¢s numerosos los que reivindicamos su abolici¨®n, sobre todo que nuestro pa¨ªs aplica una moratoria de hecho desde 1993
P. ?Entiende a los observadores y ONG que denuncian pasos atr¨¢s en la situaci¨®n de la mujer en Marruecos?
R. En el CNDH, hemos publicado nosotros tambi¨¦n varios memorandos sobre esta cuesti¨®n y para el 2015 tenemos tres prioridades: una ley de lucha contra las violencias hacia las mujeres, la ley sobre el trabajo dom¨¦stico de las ni?as y la ley la autoridad por la paridad y la lucha contra las discriminaciones.
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