¡°Los terroristas se disfrazan de la yihad pero son unos mercenarios¡±
El exmilitar argelino Mohamed Moulessehoul presenta su novela 'A qu¨¦ esperan los monos'
Cuando Yasmina Khadra era s¨®lo un seud¨®nimo literario brillante, aquellos escritores que trataban de identificarla ten¨ªan que tirar de fax. Eran los noventa. Algunos incluso vieron tras su cuidada caligraf¨ªa una mano femenina. El misterio era fascinante. Hoy, el excomandante del Ej¨¦rcito argelino Mohamed Moulessehoul (Kednasa, 1955), el autor que est¨¢ detr¨¢s del seud¨®nimo y uno de los escritores ¨¢rabes m¨¢s traducidos, est¨¢ ya harto de que le cuestionen sobre su pasado. Le enorgullece, pero lo suyo son las letras. Porque el pasado incluye una guerra civil contra los islamistas. Porque ¨¦l mismo particip¨® en la contienda en las filas de los militares y eso le granje¨® muchas cr¨ªticas. Y ahora reta a todos: ¡°A ver qu¨¦ escritor occidental re¨²ne una lista de obras como la m¨ªa¡±.
Hace casi 15 a?os que Moulessehoul, autor de t¨ªtulos como Morituri, Las golondrinas de Kabul o El atentado, hoy a camino entre Francia, Espa?a -tiene una casa en San Juan, Alicante- y su pa¨ªs natal, dej¨® el Ej¨¦rcito para centrarse en Yasmina (el nombre de su mujer). Con su nueva novela, A qu¨¦ esperan los monos (Alianza) reclama, desde la Casa ?rabe de Madrid, su ¡°derecho¡± a ser uno de los mejores de su tiempo.
Pregunta. ?C¨®mo han reaccionado los argelinos ante la cr¨ªtica al poder de su nueva obra?
Argelia ha renunciado a todo por tener paz: a su dignidad, a sus ambiciones, al porvenir de sus hijos
Respuesta. Hay dos tipos de reacci¨®n: la del lector argelino, que adora el libro, y la del poder, que ha lanzado a sus esbirros contra m¨ª en la prensa y la televisi¨®n.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque el libro denuncia de una forma muy fiel la descomposici¨®n de la sociedad argelina y llama a una especia de redenci¨®n. Este libro altera la conciencia argelina y pregunta por qu¨¦ la corrupci¨®n se ha convertido en la soberana de todas las ambiciones; por qu¨¦ hoy un pa¨ªs que ha perdido un mill¨®n y medio de personas en la guerra de liberaci¨®n y 200.000 en la guerra contra el terrorismo ha llegado a un punto que no honra a los que ya no est¨¢n. Pero yo no doy testimonio alguno, s¨®lo aporto una lengua que me permite que sea conocido en el mundo entero. La gente no me lee por la historia que cuento sino por la forma en la que la cuento y la lengua que uso.
P. Denuncia a las esferas de poder, pero form¨® parte del Ej¨¦rcito. ?Lo entienden los argelinos?
R. Puede ser raro para usted o para los occidentales que nunca nos han comprendido. El Ej¨¦rcito argelino combati¨® contra el terrorismo. Hubo 15.000 soldados muertos durante esa guerra. Ustedes piensan que somos una subnaci¨®n, que no somos capaces de tener conciencia, coraje y bravura. Siempre han pensado que el Ej¨¦rcito mat¨® a civiles; de eso ha hablado toda la prensa occidental. Y ahora me alegro por desgracia de ver que, por esos errores, el terrorismo est¨¢ por todo el mundo, por Libia, T¨²nez, Marruecos, Mauritania, Irak. Y son sus hijos, cristianos puros, los que parten a hacer la yihad. Pese a ello, Occidente, los medios, a¨²n no me han perdonado por haber dicho la verdad, por haber sido el primero en advertir en los a?os 90 contra todo esto. Contin¨²an pregunt¨¢ndome qu¨¦ piensan los argelinos de su Ej¨¦rcito. Ellos piensan que fue el Ej¨¦rcito el que salv¨® a los argelinos, eso es lo que piensan.
P. ?Le recriminan que no viva en Argelia?
R. Tengo derecho a vivir donde quiera, no tengo que dar cuentas a nadie. He combatido 10 a?os contra el terrorismo y lo hemos vencido. No estoy all¨ª [en Francia] para justificarme o hablar de m¨ª sino de un libro que trata de la descomposici¨®n de una naci¨®n. Estoy all¨ª por defender mi legitimidad de escritor, lo he dicho muchas veces, para defender mi talento, decirle al mundo que merezco los millones de lectores que tengo. La gente que me lee ha comenzado a adorarme. Pero a¨²n me preguntan sobre lo que piensa de m¨ª Argelia¡ Siempre tengo que recordar al Ej¨¦rcito, ?es justo? Quiz¨¢ en Francia lo entienda, es por el racismo, la guerra con Argelia, pero, ?en Espa?a?¡ He escrito libros que han conmocionado al mundo, libros fant¨¢sticos.
Peleo desde hace 15 a?os contra este estereotipo y para probar al mundo que soy un escritor extraordinario. No soy yo el que lo dice. Coetzee, Garc¨ªa M¨¢rquez y Orhan Pamuk han reconocido que soy un escritor excepcional.
P. Es su pasado.
R. El pasado me ha construido, no voy a negarlo. Fui un soldado, un h¨¦roe para mi pa¨ªs. Fui mucho m¨¢s bravo que [el general franc¨¦s Charles] De Gaulle, que se convirti¨® en el s¨ªmbolo de Francia.
P. Pero eso ha suscitado cr¨ªticas en Argelia.
R. Argelia es Espa?a, es Francia, es Italia. No hay ning¨²n pa¨ªs que pueda decir que es mejor que otro. La corrupci¨®n est¨¢ por todos lados. La diferencia es que los argelinos han perdido la conciencia, la noci¨®n del compromiso, del combate. El hombre ha descubierto un dios mucho m¨¢s poderoso que el dios creador: el dinero. Usted es consciente de eso y respeta a la generaci¨®n de ma?ana. Nosotros no somos conscientes ni tenemos respeto por esa generaci¨®n, no trabajamos por nuestros hijos ni por los hijos de nuestros hijos. Es la ¨²nica diferencia entre ustedes y nosotros.
P. Su novela es un descenso a los infiernos. ?D¨®nde est¨¢ ese infierno?
R. All¨ª donde el pueblo renuncia a ese combate, se divorcia de su ideal, porque es el ideal lo que nos permite so?ar, ser solidarios, tener un objetivo com¨²n. La esperanza tiene que reunir tres cosas indisociables: un objetivo, una forma de obtenerlo y una motivaci¨®n para alcanzarlo. Nosotros no tenemos ni objetivo ni motivaci¨®n porque cada cual trata de pillar lo que puede. Pero el descenso a los infiernos le puede tocar perfectamente a Espa?a o a Estados Unidos.
P. ?Hay esperanza?
R. Mi libro es un libro de esperanza. Sumerjo al lector en el abismo, en las tinieblas, para que luego salga a la luz. Porque no todo est¨¢ perdido. Uno se puede mirar a un cristal con pliegues, descubrir el fallo y considerarlo reparable. Es la redenci¨®n. Todo se puede conseguir en la vida. Pero si no vemos ese fallo o no lo aceptamos, nos acabar¨¢ destruyendo. Ese es mi trabajo. Cuando voy a Argelia, a los j¨®venes les gusta la esperanza y amor que les aporto.
P. ?La falta de esperanza puede ser terreno para la violencia islamista?
R. Argelia ha superado 20 a?os de guerra al terrorismo. Los hombres han creado un dios a su semejanza. No somos nosotros los que somos imagen de dios sino que es dios quien tiene nuestra imagen. Hemos hecho que esa usurpaci¨®n legitime que estemos orgullosos de ser b¨¢rbaros y horribles, de asesinar. Hay j¨®venes frustrados, hay j¨®venes que son una especie de suicidas al ralent¨ª. No es un suicidio inmediato sino prolongado. Nuestro pa¨ªs ha confiscado todas las ambiciones, los peque?os sue?os. Les hemos privado de todo. ?Qu¨¦ les queda? Rencor.
P. Pero tambi¨¦n hay muchos j¨®venes sin educaci¨®n entre los que se unen al terrorismo islamista.
R. Ese es el error occidental desde el principio. Recuerdo en los a?os noventa, cuando escrib¨ª ¡®Con qui¨¦n sue?an los lobos¡¯. Una periodista francesa me pregunt¨® que qu¨¦ era esa historia: un terrorista que va a la universidad, que lleva piercing, que tiene una familia acomodada¡ ?Qu¨¦ tuvimos en el 11-S? Exactamente mi personaje: eran gente acomodada, estudiantes que se hab¨ªan beneficiado de la generosidad occidental, de sus universidades; que hab¨ªan aprendido a pilotar un avi¨®n en pa¨ªses cristianos. Hay que dejar de crear que los terroristas son unos incultos. Son b¨¢rbaros, eso es cierto, salvajes, pero son muy inteligentes y saben lo que quieren. No est¨¢n locos.
P. ?Qu¨¦ les atrae entonces?
R. No es por dios, es por el dinero, la soberan¨ªa. Es un golpe de Estado. Se disfrazan de la yihad, pero en realidad, los j¨®venes que son devorados por este movimiento son unos mercenarios. Quieren violar, asesinar, pero dios no est¨¢ en este combate. Hay que dejar de asociar el islam a este tipo de cosas. Los yihadistas sobrepasan mucho el car¨¢cter religioso. No est¨¢n all¨ª por ideolog¨ªa
P. ?Tiene miedo a que el regreso de los yihadistas magreb¨ªes haga resurgir la violencia en Argelia?
R. No tengo miedo a nada. Cada sociedad debe afrontarlo. No hay un hombre que vaya a ayudar a un pueblo a ser responsable. Es el pueblo el que debe ser responsable por s¨ª mismo. Nosotros hemos sido los primeros en enfrentarnos al integrismo y lo hemos hecho solos. Hoy, si hay un atentado en cualquier parte, el mundo entero habla de ¨¦l, pero cuando a nosotros nos degollaban, los medios occidentales ped¨ªan prudencia porque era un asunto sucio, porque todo lo que ven¨ªa de Argelia era turbio. Hemos combatido los estereotipos reductores, hemos conocido el dolor; los m¨¢rtires ¨¦ramos nosotros. Por lo tanto, el ¨²nico pueblo del mundo capaz de vencer al terrorismo, de ponerle de rodillas, es el pueblo argelino.
P. ?Tambi¨¦n es capaz de reformar la pol¨ªtica?
R. No. Los argelinos no pueden reformar nada. El mensaje del pueblo argelino est¨¢ claro: dejadme en paz. Eligi¨® un presidente para la paz. Ahora est¨¢ cansado, convaleciente. Argelia ha renunciado a todo por tener paz: a su dignidad, a sus ambiciones, al porvenir de sus hijos.
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