Al menos 13 reclusos muertos por intoxicaci¨®n en una c¨¢rcel venezolana

El Ministerio de Servicios Penitenciarios de Venezuela ha confirmado lo que desde la noche del lunes era un rumor en las redes sociales: la intoxicaci¨®n de 145 reclusos de la c¨¢rcel nacional de Uribana en Barquisimeto, en el centro occidente de Venezuela, y la muerte de 13 de ellos a causa del nocivo c¨®ctel que ingirieron.

Todo comenz¨® la ma?ana del lunes 25 de noviembre. Los internos de una de las ¨¢reas iniciaron una huelga de hambre para protestar por el supuesto nombramiento de un funcionario de ese despacho como director de la c¨¢rcel, demandar mejoras en la alimentaci¨®n y el cese de los maltratos. Primero escribieron un comunicado. M¨¢s tarde rompieron paredes, penetraron en la enfermer¨ªa y asaltaron la farmacia, donde ingirieron medicamentos de distintos tipos, seg¨²n la versi¨®n de las autoridades. Los familiares apostados fuera del penal fueron m¨¢s precisos: algunos fallecidos mezclaron Rivotril, la denominaci¨®n comercial del Clonazapam, una droga utilizada en el tratamiento de las convulsiones, con alcohol.

La confirmaci¨®n oficial ha llegado dos d¨ªas despu¨¦s, cuando ya era imposible ocultar la situaci¨®n vivida dentro del penal. La prensa local fue acosada por la Guardia Nacional, que impidi¨® el trabajo de los reporteros, seg¨²n denuncias del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa. El suceso supone tambi¨¦n el primer gran mazazo que recibe el proyecto para recuperar el orden interno en las c¨¢rceles que ha intentado llevar adelante la autoproclamada revoluci¨®n bolivariana desde mediados de 2011. Ese a?o el entonces presidente Hugo Ch¨¢vez nombr¨® a la diputada Mar¨ªa Iris Varela, bautizada por el difunto mandatario como ¡°Fosforito¡± por su explosivo car¨¢cter, al frente del reci¨¦n creado Ministerio de Servicios Penitenciarios.

La confirmaci¨®n oficial ha llegado dos d¨ªas despu¨¦s, cuando ya era imposible ocultar lo vivido dentro del penal

Varela llegaba con la misi¨®n de recuperar el control interno de las c¨¢rceles, que se encontraban en manos de los presos, quienes nombraban a sus l¨ªderes despu¨¦s de sangrientas revueltas y se hac¨ªan acompa?ar de una suerte de edecanes, escogidos entre sus propios compa?eros, que custodiaban las armas con las que somet¨ªan al resto de la poblaci¨®n. Los Gobiernos se suced¨ªan en medio de la aparente indiferencia de las autoridades y la condena de la sociedad.

La transformaci¨®n intentada por Varela ha tenido una suerte dispar. En 2013, seg¨²n el Observatorio Venezolano de Prisiones, disminuy¨® el n¨²mero de internos fallecidos con respecto a 2012. Adem¨¢s, varias c¨¢rceles han sido desalojadas para su remodelaci¨®n, ha logrado que los presos se uniformen, establecer un horario que los mantiene ocupados estudiando o trabajando hasta bien entrada la tarde y ha iniciado el Plan Cayapa, que busca agilizar los tr¨¢mites judiciales relacionados con sus causas mediante la instalaci¨®n de tribunales itinerantes en los penales. Todas esas gestiones, sin embargo, incrementaron el hacinamiento en las comisar¨ªas y las denuncias sobre maltratos a la poblaci¨®n penal. Esta semana se inform¨® de una fuga de 42 presos de los calabozos de la polic¨ªa cient¨ªfica de la ciudad de Los Teques, la capital del estado de Miranda, vecina de Caracas.

No ha habido una explicaci¨®n oficial de los motivos que llevaron a los reos a intoxicarse hasta morir. Versiones no oficiales sugieren que varios de ellos pretend¨ªan llamar de esa manera la atenci¨®n sobre sus padecimientos en la c¨¢rcel, que hab¨ªa sido reinaugurada hace tres meses. El ministerio solo ha dicho que lo ocurrido ¡°no ha violentado el r¨¦gimen interno de disciplina¡±.