¡°No s¨¦ si Dilma es consciente del embudo hist¨®rico en el que estamos¡±
El soci¨®logo, diplom¨¢tico y exministro de Hacienda se?ala la fragmentaci¨®n pol¨ªtica como causa de los problemas que vive el pa¨ªs
El expresidente brasile?o Fernando Henrique Cardoso (R¨ªo de Janeiro, 1931) asiste como expectante espectador privilegiado al, seg¨²n ¨¦l, embudo hist¨®rico en el que se encuentra actualmente Brasil, a un mes de que Dilma Rousseff, del Partido de las Trabajadores (PT), comience su segundo mandato,?sacudido por las crecientes acusaciones de corrupci¨®n que minan Petrobras, paralizado desde el punto de vista econ¨®mico y con un nuevo ministro de Econom¨ªa que prev¨¦ ajustes y ahorro para el a?o que viene. Fue uno de los fundadores del Partido de la Socialdemocracia Brasile?a (PSDB), comandado por el senador A¨¦cio Neves,?perdedor por poco en las ¨²ltimas elecciones. Para el soci¨®logo, diplom¨¢tico y exministro de Hacienda, el origen ¨²ltimo de todos estos problemas se encuentra en la fragmentaci¨®n pol¨ªtica que vive el pa¨ªs, con un congreso triturado en m¨¢s de veinte partidos. Elegante, distinguido, amable y atento, recibe a EL PA?S en el instituto de estudios sociales que lleva su nombre, una tarde de explosiva tormenta primaveral en S?o Paulo.
Pregunta. El nombramiento del nuevo ministro de Econom¨ªa, Joaquim Levy preconiza un viraje econ¨®mico de la presidenta. ?Qu¨¦ le parece?
Respuesta. Hay que entender el porqu¨¦ de este cambio. La situaci¨®n est¨¢ muy dif¨ªcil. Hubo casi una ruptura entre el Gobierno y los sectores empresariales. Ahora, Rousseff trata de recomponerlo, aunque los empresarios no se lo creen. Por otra parte, habr¨¢ que ver si el nuevo ministro disfruta de voz y de poder. El momento impone, s¨ª o s¨ª, algunas medidas de contenci¨®n del gasto.
P. No hay alternativa¡
R. No; La econom¨ªa empez¨® a descarrilar hace mucho tiempo. La respuesta del Gobierno durante la crisis internacional fue la correcta. En aquel entonces era importante ampliar el cr¨¦dito. Pero eso tiene un l¨ªmite. Y ya hemos llegado. La mayor¨ªa tiene ya demasiadas deudas, as¨ª que el consumo ya no es suficiente como motor econ¨®mico. Y el PIB no crece. As¨ª que hay que hacer algo.
P. ?El qu¨¦?
?Qui¨¦n benefici¨® m¨¢s a los bancos? Lula. Lula no es de izquierdas
R. Dir¨ªa que nos acercamos a una etapa parecida a la que yo abord¨¦ cuando era ministro de Finanzas y todo estaba en desorden. Ahora todo camina tambi¨¦n hacia el desorden. Pero hay un nudo pol¨ªtico que desatar ?Tendr¨¢ el Gobierno fuerza para poner en marcha esas medidas necesarias? El embrollo pol¨ªtico es m¨¢s delicado que el econ¨®mico, porque el econ¨®mico se sabe c¨®mo hay que solucionarlo. Un pa¨ªs con veintitantos partidos en el Congreso y cuarenta ministerios esconde la receta del fracaso. Yo gobernaba b¨¢sicamente con tres partidos. Los dem¨¢s no contaban. Los nombramientos se daban en funci¨®n de una agenda, los puestos claves no estaban en manos de los partidos. Y mi partido, el Partido de la Socialdemocracia Brasile?a, no influ¨ªa tanto como lo hace el PT en Dilma. Yo ten¨ªa m¨¢s libertad para designar.
P. ?Ve a Rousseff muy presionada?
R. Mucho. Tiene un partido que exige un conjunto de alianzas con otros partidos muy amplio y no existe un consenso entre todos sobre lo que hay que hacer. Lo que le gusta al PT no es lo mismo que le gusta al PMDB y a los otros.
P. La misma Rousseff, la noche de las elecciones aludi¨® a la proliferaci¨®n de fuerzas como motor de avance¡
R. Eso ser¨ªa as¨ª si se dejara influir por los que perdieron. Y eso no se va a dar. ?Qu¨¦ pas¨® con las elecciones? Pues que qued¨® claro que hay dos Brasiles. Y no son el Brasil pobre y el Brasil rico (A Neves tambi¨¦n le votaron los pobres. Nadie tiene 51 millones de votos sin los pobres. Nadie gana S?o Paulo sin los pobres), sino el Brasil m¨¢s dependiente del Estado y el m¨¢s independiente. No s¨®lo los pobres, sino tambi¨¦n los ricos, como las empresas que dependen del Gobierno¡ Muchos no son de derechas ni de izquierda, persiguen acercarse al aparato p¨²blico para tener ventajas, son clientelistas. Y esos no est¨¢n en un lado o en otro. Est¨¢n con quien gane. Ahora, al lado del PT, no porque apoyen al PT, sino porque el PT controla el Estado. Si estuvi¨¦semos nosotros, nos apoyar¨ªan a nosotros. A Dilma le apoy¨® la poblaci¨®n menos din¨¢mica. Y si el desaf¨ªo es el crecimiento econ¨®mico, pues Rousseff depende de los que perdieron. Es una contradicci¨®n. ?Cu¨¢l ser¨ªa la diferencia si hubiera ganado A¨¦cio Neves?. La situaci¨®n seguir¨ªa la misma, mala, dif¨ªcil, pero habr¨ªa una diferencia: la esperanza.
?Qu¨¦ pas¨® con las elecciones? Pues que qued¨® claro que hay dos Brasiles
P. Hay quien teme que un sector de los que votaron a Neves se radicalice.
R. La responsabilidad ser¨ªa del PT y de Lula, que jugaron a eso de ricos contra pobres, y eso ha despertado ganas a algunos de sentirse muy de derechas y de pedir que vuelvan los militares.
P. ?Es peligroso ese movimiento?
R. No, no tienen reflejo en la vida pol¨ªtica o parlamentaria. Hacen ruido pero no tienen poder. Aqu¨ª, en Brasil, muy pocos se reconocen de derechas.
P. ?Su partido, el PSDB, d¨®nde se ubica?
R. Los criterios europeos de derechas e izquierdas no funcionan en Brasil. Cuando formamos el PSDB lo definimos como un partido democr¨¢tico, con compromisos sociales (reforma agraria, salud, etc) pero que asumiera tambi¨¦n que el mercado existe.
P. ?Esa ser¨ªa la diferencia con el PT, lo del mercado?
R. Antes s¨ª, ahora ya no tanto. El PT quiere ocupar el Estado. Y utilizar la palanca p¨²blica para impulsar la econom¨ªa. El PSDB no considera eso tan importante. Prefiere servir de puente entre la sociedad y el Estado. Pero utilizando el esquema b¨¢sico: No podemos aceptar eso que dice el PT de que ellos son el partido de los pobres y nosotros el de los ricos. Parte de ese estigma procede de que Lula viene de abajo y yo no. El PT sali¨® de la izquierda, pas¨® por el centro-izquierda y ahora se acerca al centro. El PSDB fue empujado para el centro derecha, pero ahora est¨¢ volviendo para el centro. ?Qui¨¦n cre¨® m¨¢s becas? Yo. ?Qui¨¦n hizo m¨¢s reforma agraria? Yo. ?Qui¨¦n protegi¨® m¨¢s a los ind¨ªgenas? Yo. Entonces, ?por qu¨¦ se nos llama de derechas? No tiene sentido. ?Qui¨¦n benefici¨® m¨¢s a los bancos? Lula. Lula no es de izquierdas.
P. ?No?
R. Nunca lo fue. ?l mismo lo ha dicho. Conozco a Lula desde que era l¨ªder sindical. ?l ten¨ªa horror a los partidos, era un l¨ªder sindicalista aut¨¦ntico, independiente, ve¨ªa el sindicato como su casa, el partido llegar¨ªa despu¨¦s. Siempre fue muy favorable a los intereses de la mayor¨ªa, como yo y como todos. ?l es conservador, no quiebra las instituciones, no es Ch¨¢vez, no har¨¢ nunca lo que hizo Ch¨¢vez. Lula ni es antiamericano ni anticapitalista.
P. As¨ª que Brasil nunca ser¨¢ Venezuela.
R. Nunca
P. Un empresario brasile?o, Ricardo Semler, al respecto del esc¨¢ndalo de Petrobras, manten¨ªa en un art¨ªculo reciente que en Brasil siempre se rob¨®, y que ahora se roba menos. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Le¨ª el art¨ªculo. No aportaba pruebas. En mi ¨¦poca de presidente puede que hubiera corrupci¨®n, de la que yo no me enter¨¦. Pero la diferencia con el Petrobras de hoy es que hoy hay un sistema organizado en el que participan empresarios, directivos, altos cargos y agentes pol¨ªticos, es una especie de mafia, donde rige la omert¨¢, la ley del silencio, con la bendici¨®n del poder. Aunque ahora empezaron a hablar.
P. Algunos incluyen al PSDB¡
R. Nosotros no tenemos poder. ?Por qu¨¦ dar dinero quien no tiene poder?
P. La Fiscal¨ªa afirma que el esquema llevaba durando quince a?os¡
R. Ya digo: no exist¨ªa una red organizada entre partidos, Gobierno y Petrobras.
P.??Cree que Lula y Rousseff lo sab¨ªan?
R.?No tengo elementos para afirmarlo. Pero si Dilma Roussef lo supo, trat¨® de frenarlo. Ahora bien, todo esto de Petrobras va a explotar, porque la justicia ya ha entrado, y puede que salgan volando muchos partidos.
P.??C¨®mo va a terminar todo esto?
El PSDB tiene que mantener la misma actitud que A¨¦cio Neves tuvo en campa?a
R.?Va a afectar a pol¨ªticos. No s¨¦ si Dilma tiene noci¨®n del embudo hist¨®rico que estamos viviendo. Los vol¨²menes de dinero son enormes. S¨®lo hay que fijarse en que un arrepentido est¨¢ dispuesto a devolver 100 millones de d¨®lares¡ ?De qu¨¦ volumen estamos hablando? ?De mil millones? Este proceso va a ser largo. El pa¨ªs necesitar¨¢ instituciones p¨²blicas fuertes y una prensa libre y activa. Pero no soy pesimista. F¨ªjense en el EEUU de los a?os 20, cuando la Ley Seca. Recuerde las mafias locales de entonces, a Al Capone. Y la cosa mejor¨®.
P.??Cree que se puede acusar a la presidenta por el caso de Petrobras y abocarla a un impeachment?
R.?No creo. El impeachment es m¨¢s un problema pol¨ªtico. Es muy problem¨¢tico quitar el poder a alguien que acaba de ganarlo en las urnas.
P.??Cu¨¢l es el papel del PSDB despu¨¦s de unas elecciones en las que, a pesar de haberlas perdido, sale reforzado?
R.?En la c¨¢mara ser¨¢ dif¨ªcil tener peso porque nuestro tama?o es peque?o. En el Senado es distinto. El PSDB tiene que mantener la misma actitud que A¨¦cio Neves tuvo en campa?a. Aunque ser¨¢ dif¨ªcil: en Brasil, hist¨®ricamente, los medios se ocupan del Gobierno, pero no de la oposici¨®n. Ahora bien, el PSDB no puede imaginarse solo. Tiene que ampliar sus alianzas y acercarse a lo nuevo, hacia la izquierda y el centro. A Marina Silva y al nuevo partido socialista. Salvando las distancias, el partido de Marina Silva, Rede, ha jugado un papel parecido al de Podemos en Espa?a. Silva aport¨® dos cosas al debate nacional: sustentabilidad y ¨¦tica. Los j¨®venes est¨¢n mucho m¨¢s atentos a ciertos comportamientos que a las estructuras de poder. Y el PSDB tiene que tener el esp¨ªritu abierto¡
P.?Pues en la campa?a, Neves rehus¨® discutir ciertos temas pol¨¦micos como la legalizaci¨®n de la marihuana o el matrimonio entre homosexuales
R.??l piensa del mismo modo que yo. Hay quien sostiene que si entran en ciertos temas pierden votos. Yo creo que no. La sociedad ha avanzado m¨¢s que los pol¨ªticos.
P.??Usted es partidario de legalizar el matrimonio entre homosexuales?
R.?Rotundamente s¨ª.
P.??Y de la liberalizaci¨®n de la marihuana?
R.?Tambi¨¦n. Soy precursor de eso en el mundo.
P.??Y de legalizar el aborto?
El partido de Marina Silva ha jugado un papel parecido al de Podemos en Espa?a
R.?Eso es m¨¢s complicado. Por la religi¨®n. Es algo que tiene que discutir la sociedad. Aunque nunca fui favorable a que estos temas entren en campa?a electoral. Haga usted un plebiscito sobre la pena de muerte. Saldr¨¢ que s¨ª. Nosotros hicimos uno sobre el derecho a llevar armas. Y sali¨® que s¨ª y perdimos. Son temas complejos que se prestan a manipulaciones.
P.?Hace unos a?os se ve¨ªa en el extranjero a Brasil como el pa¨ªs del futuro. Ahora, con la econom¨ªa parada y el esc¨¢ndalo de Petrobras, nos da la impresi¨®n de vivir en un lugar diferente.
R.?Es que es as¨ª. Los que mandaron en este pa¨ªs cuando crec¨ªa no supieron hacerlo bien. La semilla estaba ah¨ª. Pero el PT no lo hizo bien porque no quiso. El PT es una organizaci¨®n burocr¨¢tica que necesita dinero. Y hay mucha gente que obten¨ªa dinero de corruptelas para el partido. Era una especie de visi¨®n pol¨ªtica, un resabio de otras ¨¦pocas, por as¨ª decir, revolucionarias: de aquello de que todo vale porque es para la revoluci¨®n. As¨ª, todo vale mientras vaya para el partido. Por otro lado: yo hice ajustes. Pero la renta per capita no cay¨®. Los hice sin que el pueblo pagara el coste. Ahora ser¨¢ dif¨ªcil que el pueblo no pague ese ajuste que se avecina. Pero soy optimista. El pa¨ªs tiene instituciones que funcionan. El mismo PT es importante para el pa¨ªs. La presidenta va a atravesar un desierto, adem¨¢s perder¨¢ el control de la C¨¢mara. Espero que ella no tenga una visi¨®n sectaria de la vida nacional y pol¨ªtica.
P.?Cuando ella fue reelegida dijo que ser¨ªa la presidenta de Brasil y no del PT.
R.?Fue un paso. Pero el PT es muy complicado. Y nunca se sabe muy bien d¨®nde est¨¢ Lula. ?l no es una persona que tenga convicciones. Es alguien que ve su oportunidad y sabe sacarle provecho. Pero el momento pide convicciones.
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