Obama propone medidas para rebajar la desconfianza entre negros y polic¨ªa

Despu¨¦s de los disturbios, los informes y las comisiones. Ocurre tras cada episodio de tensi¨®n racial. El pa¨ªs se alarma. Los pol¨ªticos se ven forzados a actuar y abren un debate con otros pol¨ªticos, o con la sociedad civil, para resolver un problema que recorre la historia de EE UU desde su fundaci¨®n: la discriminaci¨®n de la minor¨ªa negra.

El presidente Barack Obama present¨® este lunes una serie de medidas para rebajar las tensiones entre los afroamericanos y las fuerzas del orden. Es la primera respuesta concreta del presidente a la exculpaci¨®n, la semana pasada, de un polic¨ªa blanco que el pasado verano mat¨® a un negro desarmado en Ferguson, una ciudad de 21.000 habitantes en el extrarradio de San Luis (Misuri).

La propuesta m¨¢s concreta de Obama, que se reuni¨® en la Casa Blanca con alcaldes, jefes de polic¨ªa y activistas de todo el pa¨ªs, es la creaci¨®n de un fondo de 263 millones de d¨®lares para mejorar el entrenamiento de las polic¨ªas locales y ayudar a los estados y municipios a comprar hasta 50.000 c¨¢maras incorporadas al uniforme.

La obligaci¨®n de que la polic¨ªa lleve c¨¢maras es una reivindicaci¨®n de la familia de Michael Brown, el joven de 18 a?os que el 9 de agosto muri¨® por los tiros del agente Darren Wilson, de 28 a?os. La confusi¨®n sobre el tiroteo quiz¨¢ se habr¨ªa disipado si Wilson hubiera llevado una c¨¢mara.

Pero el margen de actuaci¨®n del Gobierno federal en asuntos policiales, que son locales y de los Estados, es reducido. Otras medidas son m¨¢s vagas.

Un grupo de trabajo se encargar¨¢ de proponer l¨ªmites a los programas federales que permiten a las polic¨ªas locales recibir fondos para comprar equipamiento militar. Despu¨¦s de los atentados de 2001 guerra contra el terrorismo, en la que se difuminaban las fronteras entre el frente exterior e interior, justificaba estos programas.

Las im¨¢genes de manifestantes pac¨ªficos en Ferguson ante agentes armados como si afrontasen un levantamiento armado en Irak o Afganist¨¢n proyectaron una imagen inquietante de EE UU.

Otro grupo debatir¨¢ c¨®mo ¡°promover la reducci¨®n del crimen al tiempo que se fomenta la confianza p¨²blica¡±. En Ferguson, un 67% de la poblaci¨®n es negra, pero el 94,3% de la fuerza policial es blanca. La experiencia de la discriminaci¨®n policial forma parte de la biograf¨ªa de la mayor¨ªa de afroamericanos.

"Cuando una parte de la familia americana no siente que se la trata con justicia, es un problema para todos", dijo Obama despu¨¦s de la reuni¨®n, en la que participaron, entre otros, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, o acad¨¦micos como Orlando Patterson. "Significa que como pa¨ªs no somos tan fuertes como podemos ser. Y cuando esto se aplica al sistema de justicia criminal, significa que no somos tan efectivos a la hora de combatir el crimen como podr¨ªamos ser".

El presidente prometi¨® que su compromiso personal con el proceso abierto tras la crisis de Ferguson es la mejor garant¨ªa de que no se trata de otra ronda de informes, comisiones y grupos de trabajo sin resultados tangibles, como en el pasado.

Porque la historia de informes y comisiones sobre el racismo es larga desde que, en 1965, poco despu¨¦s de la aprobaci¨®n de las leyes que acabaron con la segregaci¨®n, el futuro senador Daniel P. Moynihan public¨® el informe que llevaba su nombre. Moynihan vaticin¨® que "Estados Unidos se aproxima a una nueva crisis en las relaciones raciales¡±. "El problema fundamental (¡­) es la estructura familiar. La pruebas, no finales pero poderosamente persuasivas, es que en los guetos urbanos la familia negra se est¨¢ derrumbando¡±, a?adi¨®.

Moynihan pon¨ªa el foco en la desestructuraci¨®n familiar como freno al ascensor social. Dos a?os despu¨¦s, los disturbios raciales en Detroit y Newark llevaron al presidente Lyndon Johnson a convocar la llamada comisi¨®n Kerner. "Esta es nuestra conclusi¨®n b¨¢sica: nuestra naci¨®n se mueve hacia dos sociedades, una blanca, una negra", se lee en el informe. "Lo que los americanos blancos nunca han entendido del todo, pero que el negro nunca puede olvidar, es que la sociedad blanca est¨¢ profundamente implicada en el gueto. Las instituciones blancas lo han creado, las instituciones blancas lo mantienen, y la sociedad blanca lo consiente".

En 1991 varios polic¨ªas apalearon en Los ?ngeles a un ciudadano negro, Rodney King. Una c¨¢mara lo film¨®. Un informe denunci¨® actitudes racistas en la polic¨ªa de la ciudad californiana y se?al¨® que a sus agentes "se les animaba a dirigir y enfrentarse [con los ciudadanos], en vez de comunicarse". "Es un problema nacional", dijo el presidente de la comisi¨®n que redacto el informe, el futuro secretario de Estado Warren Christopher.

Y en 1997, el presidente Bill Clinton lanz¨® la iniciativa 'Una Am¨¦rica', que part¨ªa de una constataci¨®n: "Aunque Am¨¦rica se est¨¦ convirtiendo r¨¢pidamente en la primera democracia verdaderamente multirracial, las relaciones raciales todav¨ªa son un tema que con frecuencia divide a nuestra naci¨®n e impide que el sue?o americano sea real para todos los que trabajan para ¨¦l".

Diecisiete a?os despu¨¦s, y con un presidente afroamericano en la Casa Blanca, el diagn¨®stico sigue siendo v¨¢lido.