Berl¨ªn se aleja de Mosc¨² por el enquistamiento de la crisis en Ucrania
La suspensi¨®n de un foro ruso-alem¨¢n evidencia el creciente distanciamiento


Ning¨²n l¨ªder del mundo ha hablado con Vlad¨ªmir Putin tantas veces en los ¨²ltimos meses como Angela Merkel. Los v¨ªnculos hist¨®ricos, econ¨®micos e incluso sentimentales entre Alemania y Rusia explican que durante la larga crisis ucrania Berl¨ªn haya estado entre las capitales europeas m¨¢s comprensivas con el Kremlin. Y, sin embargo, la decepci¨®n por los incumplimientos de Putin y la evidencia de que el conflicto se ha enquistado empuja a Alemania a endurecer su discurso. ¡°Las acciones de Rusia han puesto en peligro el orden pac¨ªfico de Europa y suponen una violaci¨®n del derecho internacional¡±, bram¨® Merkel la semana pasada en el Bundestag. Dos semanas antes, en la cumbre del G-20 en Australia, la canciller dej¨® claro que su paciencia se hab¨ªa agotado. Desde entonces, oficialmente no ha vuelto a hablar con Putin.
¡°No sabemos si los lazos se recompondr¨¢n, pero es evidente que ha habido un cambio en las relaciones de los dos pa¨ªses. Merkel se ha sentido enga?ada por Putin en varias ocasiones¡±, asegura Liana Fix, experta en Centroeuropa del laboratorio de ideas de pol¨ªtica exterior DGAP. Una de las primeras decepciones de la canciller lleg¨® a principios de marzo. Entonces asisti¨® at¨®nita a la anexi¨®n de Crimea despu¨¦s de semanas de conversaciones en las que el jefe del Kremlin negaba tajante su intenci¨®n de enviar tropas a la pen¨ªnsula. ¡°Alemania da mucha importancia al respeto de la legalidad internacional por su historia del siglo XX. Nadie esperaba una modificaci¨®n de las fronteras europeas a trav¨¦s de la violencia¡±, contin¨²a Fix.
La desconfianza hacia Putin no es nueva, pero en las ¨²ltimas semanas se ha agudizado. Fuentes gubernamentales confiesan que no saben a qu¨¦ atenerse con el presidente ruso: desconocen si tiene una estrategia a largo plazo o va actuando por impulsos. ¡°El problema de fondo es que el r¨¦gimen no acepta la total soberan¨ªa de sus vecinos. No solo en Ucrania. No hablan de ¡®pa¨ªses b¨¢lticos¡¯, sino de ¡®territorios b¨¢lticos¡¯. Mosc¨² ha intentado en los ¨²ltimos meses dividir a los 28 Estados de la UE pero no lo ha logrado¡±, asegura el diputado democristiano Andreas Schockenhoff.
La mayor beligerancia hacia el Kremlin es evidente en detalles como la reciente cancelaci¨®n de un foro ruso-alem¨¢n fundado en 2001 por Putin y el excanciller Gerhard Schr?der. El llamado Di¨¢logo de San Petersburgo se presentaba como una plataforma de contacto entre las sociedades civiles de los dos pa¨ªses, pero en la pr¨¢ctica, como recuerdan sus enemigos, se hab¨ªa convertido en un altavoz para el presidente ruso y sus cercanos. ¡°No era aceptable. Tenemos que reinventarlo de arriba abajo¡±, a?ade Schockenhoff. La gota que colm¨® el vaso lleg¨® con las declaraciones de uno de sus miembros, el antiguo dirigente socialdem¨®crata Matthias Platzeck. ¡°La anexi¨®n de Crimea deber¨ªa ser regulada por el derecho internacional, para que fuera aceptable para todos¡±, dijo el antiguo primer ministro del Estado de Brandeburgo, que en 2005 y 2006 lleg¨® a ser el l¨ªder m¨¢ximo del Partido Socialdem¨®crata. Platzeck, ante la catarata de cr¨ªticas, dijo que se le hab¨ªa malinterpretado.
En cada reuni¨®n en la que los Veintiocho han evaluado c¨®mo castigar a Rusia, Alemania ha liderado el grupo de los apaciguadores. Es f¨¢cil entender la resistencia a las sanciones econ¨®micas de la clase empresarial y la opini¨®n p¨²blica en un pa¨ªs que tiene en Rusia m¨¢s de 6.000 empresas, que el a?o pasado invirtieron 20.000 millones de euros. Pero las encuestas muestran un creciente apoyo a la mano dura hacia el Kremlin. El bar¨®metro elaborado la semana pasada por la segunda cadena de la televisi¨®n p¨²blica mostraba que un 58% de los consultados defend¨ªan los castigos econ¨®micos ¡ªseis puntos m¨¢s que en octubre¡ª, incluso aunque tengan consecuencias negativas para Alemania. Adem¨¢s, un 76% aplaude el endurecimiento del discurso de Merkel.
Los alemanes no olvidan, por ejemplo, el apoyo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a la reunificaci¨®n del pa¨ªs hace un cuarto de siglo. ?Puede Putin volver a ser un socio en el que confiar? ¡°La camarader¨ªa entre Alemania y Rusia es una piedra angular de nuestra pol¨ªtica exterior y tiene que seguir siendo as¨ª¡±, responde el diputado socialdem¨®crata Klaus Barthel. Son palabras que repiten tambi¨¦n en el Ministerio de Exteriores, pese a que ahora mismo parezcan muy alejadas de la realidad.
Reparto de papeles
A la hora de abordar el conflicto ruso-ucranio, el Gobierno alem¨¢n de gran coalici¨®n ha optado por un reparto de papeles. Mientras la canciller Angela Merkel, de la Uni¨®n Democristiana, ense?a las garras ¡ª¡°Es culpa de Rusia de que la situaci¨®n actual diste mucho del alto el fuego¡±, dijo la semana pasada¡ª su ministro de Asuntos Exteriores, el socialdem¨®crata Frank-Walter Steinmeier, centra su discurso en la necesidad de mantener cauces de di¨¢logo con el Kremlin.
Alg¨²n miembro de los partidos del Gobierno han reprochado a Steinmeier ir por libre, pero fuentes gubernamentales niegan la m¨ªnima disensi¨®n. "No veo diferencias importantes entre los dos. Creo que est¨¢n jugando el papel de poli bueno y poli malo. Es cierto que en el SPD hay sectores m¨¢s proclives a ser comprensivos con Putin. Pero est¨¢n en las bases del partido, no al frente de los ministerios", asegura la analista Liana Fix.
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