Obama nombra a un versado tecn¨®crata para dirigir el Pent¨¢gono
Ashton Carter afrontar¨¢ la guerra contra el yihadismo y la retirada de Afganist¨¢n
El presidente Barack Obama nombr¨® este viernes secretario de Defensa a Ashton Carter, un tecn¨®crata con una amplia experiencia en Pent¨¢gono. Carter, n¨²mero dos del Departamento de Defensa hasta hace un a?o, debe sustituir a Chuck Hagel, forzado a dimitir por la Casa Blanca la semana pasada.
Obama anunci¨® la nominaci¨®n de Ashton (¡¯Ash¡¯) Carter, de 60 a?os, en una comparecencia en la Casa Blanca. Estaba previsto que Hagel asistiera al acto, seg¨²n adelant¨® una fuente de la Casa Blanca, pero finalmente no lo hizo.
El presidente destac¨® el conocimiento ¡°estrat¨¦gico¡± de Carter y dijo que es la persona ¡°m¨¢s cualificada¡± para los retos del cargo.
A Obama le quedan dos a?os y un mes en la Casa Blanca y es poco probable que quiera volver a cambiar de secretario de Defensa hasta entonces. En este tiempo, Ash Carter deber¨¢ preparar la retirada final de Afganist¨¢n y ayudar al presidente a dise?ar la estrategia contra los yihadistas del Estado Isl¨¢mico en Irak y Siria. Otra prioridad ser¨¢ afrontar las tensiones con Rusia por Ucrania y los planes de recortes presupuestarios en el Pent¨¢gono.
Si el Senado, que a partir de enero estar¨¢ controlado por el partido republicano, lo confirma, Carter ser¨¢ el cuarto jefe del Pent¨¢gono en los seis a?os que Obama lleva en el poder. El antecesor de Obama, el republicano George W. Bush, tuvo a dos secretarios de Defensa durante los ocho a?os que pas¨® en la Casa Blanca. El presidente anterior, Bill Clinton, tres. Las primeras reacciones de los republicanos indican que no? pondr¨¢n trabas excesivas durante las audiencias para la nominaci¨®n en el Senado de Carter.
La sucesi¨®n de secretarios de Defensa en la Administraci¨®n de Obama es un eco de la estrategia cambiante del presidente y de las complejas relaciones del presidente con el Pent¨¢gono y el estamento militar. Obama lleg¨® a la Casa Blanca en 2009 con la intenci¨®n de acabar las guerras que hered¨® de Bush en Irak y Afganist¨¢n. Los planes han acabado trastocados.
La historia de estos a?os ha sido la de un forcejeo constante del presidente y sus asesores con sus secretarios de Defensa y los generales sobre el nivel de tropas en combate, el ritmo de la retirada y las t¨¢cticas b¨¦licas. Los dos primeros secretarios de Defensa de Obama ¡ªRobert Gates y Leon Panetta¡ª acabaron publicando sendas memorias en las que criticaban algunos aspectos de la pol¨ªtica exterior y de defensa del presidente, y su estilo de gesti¨®n.
Como Gates y Panetta, Hagel ¡ªun veterano de Vietnam que fue senador republicano por Nebraska¡ª top¨® con la guardia pretoriana en la Casa Blanca, un equipo de hombres y mujeres de confianza del presidente, algunos con escasa experiencia en materia de seguridad. Al contrario que Hagel, Carter no es ni militar ni pol¨ªtico. Fuera de los c¨ªrculos de la seguridad nacional en Washington, era un desconocido. Un tecn¨®crata. Pero un tecn¨®crata at¨ªpico.
Porque Carter es un intelectual ¡ªdoctor en f¨ªsica te¨®rica y especialista en historia medieval¡ª en una ciudad a la que siempre le ha fascinando este tipo de servidores p¨²blicos: los ¡®best and brightest¡¯, o los ¡®mejores y los m¨¢s inteligentes¡¯. El ¡®best and brightest¡¯ por excelencia fue otro secretario de Defensa, Robert McNamara, presidente del fabricante de autom¨®viles Ford antes de ocupar el cargo.
Hagel sisempre mantuvo una posici¨®n discreta, en segundo plano. Carter tiene la reputaci¨®n de ser un funcionario disciplinado pero agresivo, alguien que no se muerde la lengua. ¡°El servicio p¨²blico en los niveles altos de Washington es un poco como ser un cristiano en el Coliseo. Nunca sabes cu¨¢ndo soltar¨¢n a los leones y te descuartizar¨¢n para que los mirones se diviertan¡±, escribi¨® en 2007.
Entre 2009 y 2011, como subsecretario de Defensa, Carter fue responsable de la compra de armamento y de la log¨ªstica para las fuerzas armadas m¨¢s poderosas del planeta. Entre 2011 y 2013, como secretario de Defensa adjunto, se encarg¨® de dirigir una burocracia que cuesta al contribuyente de EE UU 600.000 millones de d¨®lares al a?o, emplea a 2,4 millones de civiles y militares y participa en varias guerras y operaciones.
El nombramiento de Carter llega despu¨¦s de que se descartasen a s¨ª mismos otros candidatos. Entre ellos, Mich¨¨le Flournoy, exsubsecretaria de Defensa y cofundadadora del laboratorio de ideas CNAS, que se habr¨ªa convertido en la primera mujer en ocupar el cargo. Flournoy ten¨ªa un perfil muy marcado. Hab¨ªa expresado reservas ante la cautela de Obama ante las incursiones de la Rusia de Vlad¨ªmir Putin en Ucrania y defend¨ªa una mayor implicaci¨®n de EE UU en la guerra civil en Siria.
Carter es un bur¨®crata, un excelente conocedor de los pasillos del Pent¨¢gono, un hombre respetado por su trayectoria intelectual y su trabajo con los secretarios Gates y Panetta. El nombramiento no es una sorpresa, despu¨¦s de que a principios de semana la Casa Blanca filtrase que era el favorito del presidente.
El futuro secretario de Defensa es un enigma pol¨ªtico, pero por declaraciones pasadas y afinidades personales, se sit¨²a a la derecha del presidente Obama en algunas posiciones sobre el uso de la fuerza militar. Carter, por ejemplo, defendi¨® en un art¨ªculo de 2006 el uso de misiles de crucero para destruir los misiles de Corea de Norte si este pa¨ªs desarrollaba un arma nuclear. Seg¨²n 'The New York Times', tambi¨¦n discrep¨® de decisi¨®n de Obama, en septiembre de 2013, de suspender en el ¨²ltimo minuto, y para sorpresa de aliados y adversarios del presidente, los ataques a¨¦reos programados contra el r¨¦gimen de Bachar El Asad en Siria.
Las audiencias para confirmarle en el Senado pueden convertirse en un debate sobre la pol¨ªtica exterior de Obama: el regreso a las guerras tras a?os de repliegue.
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