Merkel, reelegida con el 96,7% de los votos, l¨ªder de los cristianodem¨®cratas

La sucesora de Angela Merkel al frente de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) se llama Angela Merkel. Es la principal conclusi¨®n del congreso que los democristianos alemanes celebraron el martes en Colonia. Con un fenomenal resultado del 96,7% de los votos ¡ªaunque algo peor del 97,9% logrado hace dos a?os¡ª, la canciller puede volver a Berl¨ªn con la tranquilidad de tener el control total del partido tras 14 a?os de liderazgo.

El programa de la CDU es, como ya qued¨® patente en las elecciones del a?o pasado, la propia Merkel, a la que su ministro de Hacienda, Wolfgang Sch?uble lleg¨® a comparar este fin de semana con Napole¨®n. No es de extra?ar, si se tiene en cuenta que su ¨ªndice de aprobaci¨®n, seg¨²n el bar¨®metro mensual de la cadena p¨²blica ARD, asciende al 67% y que una mayor¨ªa de alemanes apoyar¨ªa un cuarto mandato de la mujer que ha conducido el pa¨ªs durante los ¨²ltimos nueve a?os. ¡°Ha convencido a la gente de que se puede confiar en ella. Pero curiosamente lo ha logrado gracias a los votantes menos politizados¡±, se?ala el polit¨®logo Timan Mayer. ¡°Su estrategia de socialdemocratizarla CDU ha funcionado¡±, a?ade Jens Walther, de la Universidad de D¨¹sseldorf.

Merkel no quer¨ªa problemas en el congreso bianual de su partido. El d¨ªa anterior hab¨ªa desactivado el ¨²nico conflicto que pod¨ªa empa?ar su coronaci¨®n. El sector m¨¢s liberal reclamaba la eliminaci¨®n de una norma que perjudica a los contribuyentes a los que se les sube el sueldo. En la noche del lunes se lleg¨® a un acuerdo salom¨®nico: la descarga fiscal llegar¨¢, pero a lo largo de la legislatura y siempre condicionada al sacrosanto principio del d¨¦ficit cero.

En el horizonte no se atisban sucesores. Ursula von der Leyen, la voluntariosa ministra de Defensa que en ocasiones ha sonado como posible remplazo, renov¨® como una de las cinco vicepresidentas del partido, pero tuvo que pasar por el mal trago de obtener el peor resultado de los cinco candidatos. En un partido acostumbrado a mayor¨ªas aplastantes, su 70% de votos supo a poco.

En un discurso continuista un tanto autocomplaciente, Merkel record¨® la envidiable situaci¨®n del mercado laboral alem¨¢n y el logro del que est¨¢ especialmente orgullosa: la aprobaci¨®n del primer presupuesto nacional con d¨¦ficit cero desde 1969. La presidenta de la CDU despleg¨® las recetas ya conocidas. ¡°La austeridad no est¨¢ re?ida con el crecimiento ni con la inversi¨®n¡±, se?al¨®.

Los militantes democristianos fueron a Colonia con ganas de pelea. Los mayores aplausos que se oyeron en la gran sala de conferencias llegaron cuando su jefa de filas se lanz¨® al ataque del Partido Socialdem¨®crata (SPD) por el reciente acuerdo para gobernar el Estado oriental de Turingia con el partido La Izquierda. La canciller aprovech¨® la humillaci¨®n sufrida por los socialdem¨®cratas de aceptar el puesto de segundones en su coalici¨®n con los poscomunistas. ¡°?Hasta d¨®nde est¨¢ el SPD dispuesto a hacerse m¨¢s peque?o?¡±, se pregunt¨® ante el regocijo general. Merkel coloc¨® a su partido como la ¨²nica barrera de contenci¨®n que podr¨¢ evitar tras las pr¨®ximas elecciones de 2017 un Gobierno alem¨¢n con ministros poscomunistas. ¡°Solo nuestra fortaleza podr¨¢ evitarlo¡±, bram¨®.

Al tiempo que desacreditaba a la coalici¨®n roja, Merkel ech¨® un capote a los liberales, que no se han recuperado del golpe de perder representaci¨®n en el Bundestag por primera vez en la historia de la Rep¨²blica Federal y est¨¢n cerca de convertirse en un partido irrelevante en todo el pa¨ªs. La l¨ªder democristiana considera a¨²n a los liberales su aliado natural. ¡°No est¨¢n acabados¡±, dijo.

Esta defensa del partido con el que Merkel gobern¨® entre 2009 y 2013 la explica la dificultad de la CDU para encontrar aliados en un sistema pol¨ªtico como el alem¨¢n, que obliga a los partidos a llegar a acuerdos. La canciller ha reiterado una vez m¨¢s que su partido no pactar¨¢ bajo ning¨²n concepto con los eur¨®fobos de Alternativa por Alemania. El otro gran problema de los democristianos es su debilidad regional. Pese a las encuestas que le atribuyen un 40% de intenci¨®n de voto en todo el pa¨ªs, solo gobiernan en cuatro de los 16 Estados federados del pa¨ªs.