Las mujeres son m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico

Los eventos clim¨¢ticos extremos, el aumento de la temperatura y la subida del nivel del mar afectan con m¨¢s fuerza a las mujeres, especialmente si viven en un entorno rural y si son pobres, seg¨²n l¨ªderes de alto nivel participantes en la Cumbre del clima celebrada en Lima. Ministras y funcionarias tratan de que ese impacto diferenciado quede registrado en uno de los dos documentos que negocian los 196 pa¨ªses participantes. El texto alimentar¨¢ un acuerdo que se firmar¨¢ en 2015 en la conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico que se celebrar¨¢ en Par¨ªs.

Uno de los dos borradores llamado coloquialmente Los Elementos, una especie de ¨ªndice de los temas que se trabajar¨¢n en Par¨ªs, menciona que las acciones deben tener un enfoque de g¨¦nero. ¡°A¨²n tenemos el reto de batallar contra el cinismo a pesar de la evidencia de que el cambio clim¨¢tico impacta desproporcionadamente a las mujeres¡±, explica Lakshmi Puri, directora adjunta de ONU Mujeres y experta en pol¨ªticas p¨²blicas y desarrollo econ¨®mico.

Puri destaca c¨®mo el desarrollo de las mujeres se frena por culpa de los efectos del clima, que aleja y dispersa los recursos que se necesitan en las zonas rurales. ¡°Debido a la escasez de agua, en muchos pa¨ªses en desarrollo de Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina las mujeres tienen que caminar cada vez m¨¢s lejos para encontrar agua, ya sea por la desertificaci¨®n o porque est¨¢n disminuyendo los niveles fre¨¢ticos¡±, dice. Lo mismo sucede con las labores de pesca o con la b¨²squeda de le?a, lo que se traduce en una p¨¦rdida de oportunidades para las mujeres que destinan todo su tiempo a cuestiones de mera supervivencia.

En Asia y ?frica el 80% de quienes trabajan la agricultura son mujeres. ¡°En los eventos clim¨¢ticos extremos como sequ¨ªas, tsunamis o inundaciones, la mortalidad de mujeres es mayor. En un tsunami en Sri Lanka, por cada hombre que muri¨® fallecieron cinco mujeres. Las trabajadoras a peque?a escala no suelen tener derechos a la propiedad de la tierra y sus p¨¦rdidas en eventos extremos no son cuantificados, impidiendo que puedan pedir alguna ayuda como damnificadas¡±, a?ade.

Esta perspectiva de g¨¦nero sobre el cambio clim¨¢tico une a un grupo de l¨ªderes en torno a la Troika de Mujeres L¨ªderes en G¨¦nero y Cambio Clim¨¢tico. Mary Robinson, expresidenta de Irlanda y directora de la Fundaci¨®n Climate Justice, es una de ellas. ¡°Necesitamos equidad de g¨¦nero en la acci¨®n contra el clima, seamos asertivos en vez de estar a la defensiva (¡­) Las mujeres tienen que responder cuando no hay alimento, cuando son v¨ªctimas de la sequ¨ªa o las inundaciones, cuando tienen que cuidar la salud de las v¨ªctimas. Son un pivote al enfrentar el cambio clim¨¢tico¡±, dijo en una de las reuniones de la cumbre.

Michele Bachelet, presidenta de Chile; Cristiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convenci¨®n Marco de Cambio Clim¨¢tico; Maite Nkoana-Mashabane, ministra de Relaciones Internacionales y Cooperaci¨®n de Sud¨¢frica; Patricia Espinosa, expresidenta de la COP16 y exministra de Relaciones Exteriores de M¨¦xico; la comisionada de la Uni¨®n Europea Connie Hedegaard y la red de ministras del Ambiente tambi¨¦n forman parte del grupo.

El principal documento cient¨ªfico sobre el cambio clim¨¢tico, elaborado por el Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Clim¨¢tico (IPCC), cita investigaciones y evidencias sobre el da?o diferenciado que causa el calentamiento de la tierra en la poblaci¨®n femenina. El cap¨ªtulo 17, sobre pobreza y subsistencia, se?ala que las mujeres deben sumar otros trabajos fuera de la tierra para conseguir ingresos adicionales por las p¨¦rdidas agr¨ªcolas generadas por el cambio clim¨¢tico.

En medio de un panorama poco alentador, surgen algunas iniciativas para la esperanza. Naciones Unidas premi¨® durante la cumbre tres experiencias de trabajo y cambio clim¨¢tico con mujeres pobres en India, Indonesia y Tailandia. En India, un sistema de retenci¨®n subterr¨¢nea de agua que act¨²a durante los monzones ha logrado que 18.000 mujeres de zonas marginales y sin alfabetizaci¨®n sigan trabajando la tierra durante los tiempos de sequ¨ªa. Una de ellas relata as¨ª su experiencia: ¡°Antes ni nos abr¨ªan la puerta en las comunidades vecinas porque pensaban que ¨¦ramos mendigas, ahora somos autosuficientes¡±.