Los hijos de la nueva esperanza

El viejo Brasil de la corrupci¨®n y de la impunidad podr¨ªa acabar felizmente sepultado por los llamados "hijos de la esperanza de un nuevo Brasil", formado por una generaci¨®n de j¨®venes jueces, fiscales, abogados, periodistas, y ojal¨¢ tambi¨¦n de nuevos pol¨ªticos, que no soportan ver al pa¨ªs con la imagen que de ¨¦l se est¨¢ formando dentro y fuera de sus fronteras. Esa imagen forjada por una corrupci¨®n de corte mafioso que, seg¨²n el Fiscal General del Estado, Rodrigo Janot, "averg¨¹enza" a la naci¨®n.

Son los hijos de una generaci¨®n de padres y madres asombrados con los atropellos a la legalidad, del robo sistem¨¢tico y programado del dinero p¨²blico con la connivencia de pol¨ªticos y empresarios.

Esos padres, muchos de los cuales han visto estos a?os pasar por sus ojos miles de millones sustra¨ªdos al sudor de su trabajo por corruptos sin escr¨²pulos, parecen querer hoy vengarse a trav¨¦s de sus hijos.

Es emblem¨¢tica, por ejemplo, la reacci¨®n de la madre del fiscal Deltan Dallagnol, que a sus 34 a?os encabeza el equipo de trabajo del esc¨¢ndalo de las empresas conniventes con la corrupci¨®n de Petrobras. En Facebook, tras sentirse feliz del trabajo de su hijo, la madre escribe: "Tu postura ¨¦tica nos llena de orgullo". En plural, como para indicar que ese orgullo es de toda la familia.

En otras ocasiones, atenazados a veces por el miedo a represalias o por impotencia, muchos padres aconsejaban a sus hijos "no meterse en l¨ªos".

Antes los padres aconsejaban a sus hijos no meterse en l¨ªos. Hoy los empujan a ser valientes?

Hoy los empujan, al rev¨¦s, a ser valientes y a enfrentar a la fiera de la ilegalidad que empieza a hacerse insoportable hasta para los m¨¢s acostumbrados con la at¨¢vica impunidad brasile?a.

Una de las frases que m¨¢s se leen en estos d¨ªas sobre lo que en Brasil est¨¢ ocurriendo es que el pa¨ªs necesita "ser pasado a limpio". En espa?ol se dice hacer "borr¨®n y cuenta nueva".

Aparece cada vez m¨¢s claro, que ni los viejos enjuagues pol¨ªticos, ni las viejas ideolog¨ªas, ni quiz¨¢s muchos de los gastados partidos de hoy son ya capaces de hacer ese borr¨®n y cuenta nueva, por m¨¢s esfuerzos que quieran hacer para crearse un nuevo look, en el que cada vez creen menos los ciudadanos.

La esperanza de regeneraci¨®n deber¨¢ venir de esos nuevos j¨®venes a¨²n no comprometidos con las viejas pr¨¢cticas de corrupci¨®n y hasta disgustados con ellas. Ellos a¨²n pueden llevarla a cabo antes de que la ola del conformismo o de la complicidad los contagie y arrastre tambi¨¦n a ellos hacia el abismo.

Se ha hablado en estos ¨²ltimos a?os, por activa y por pasiva, de la m¨ªtica clase media salida de la miseria, hoy amenazada por la crisis econ¨®mica, sobre todo por la inflaci¨®n y por el negro fantasma del desempleo que empieza a rondar a sus alrededores.

Van a ser probablemente los hijos de esa nueva clase, de la que m¨¢s de la mitad ya transita por Internet, que al rev¨¦s de sus padres ahora estudian, conocen mejor la sem¨¢ntica del lenguaje, est¨¢n menos ideologizados, son m¨¢s pragm¨¢ticos y por el momento m¨¢s limpios ¨¦ticamente, la esperanza de ese Brasil, nacido de los escombros del pasado.

Se habl¨® mucho de "El Brasil del futuro". Despu¨¦s de unos a?os de vacas gordas y de crecimiento con baja inflaci¨®n se pens¨® que el pa¨ªs del eterno futuro hab¨ªa dado paso ya al Brasil del presente. Brasil parec¨ªa haber llegado al puerto del desarrollo y del bienestar.

La esperanza de regeneraci¨®n deber¨¢ venir de esos nuevos j¨®venes a¨²n no comprometidos con las viejas pr¨¢cticas de corrupci¨®n y hasta disgustados con ellas

Hoy, la crisis econ¨®mica a la que se est¨¢ sumando el tsunami de la corrupci¨®n ha hecho a analistas advertir que Brasil vuelve a ser de nuevo s¨®lo una esperanza de futuro, ya que el presente vuelve a aparecer comprometido.

Ahora esa nueva generaci¨®n de j¨®venes que llegan con ganas de triunfar y de poner las manos en la masa para regenerar al pa¨ªs vuelve a devolvernos la ilusi¨®n de que otra vez el pa¨ªs puede volver a ser el Brasil del presente y recuperar la ilusi¨®n que empezaba a marchitarse.

Ojal¨¢ muchas otras madres y padres de esos j¨®venes con coraje para luchar por un Brasil m¨¢s limpio les animen a seguir fieles en su camino en vez de meterles miedo. Que les dejen enfrentar a la fiera de la impunidad y de la ilegalidad.

Una esperanza a?adida la encontramos en el hecho que en los centros mundiales, donde se est¨¢n forjando los nuevos genios de la invenci¨®n, los j¨®venes brasile?os est¨¢n considerados entre los m¨¢s creativos de todos.

?Ser¨¢n ellos capaces de pasar a limpio a este Brasil que cada d¨ªa por culpa de los esc¨¢ndalos en cadena empieza a gustar menos hasta a los que fuera y dentro de ¨¦l lo amaban de coraz¨®n abierto?

Ser¨ªa el mejor regalo de A?o Nuevo.