Transici¨®n, en Cuba y otros lugares cercanos
Tal vez se trate de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn otra vez, solo que en el Caribe
La historia es siempre un largo proceso acumulativo, pero hay hitos que marcan discontinuidades. A veces son accidentes, otras planeadas, pero son coyunturas cr¨ªticas en las que algo pasa y la historia da un giro en U. Hoy es uno de esos momentos. Hay que registrarlo. Deber¨¢ recordarse donde estaba uno cuando Obama anunci¨® que Estados Unidos restablecer¨¢ relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con Cuba.
La historia reci¨¦n ha comenzado: ya nada es como era ayer
M¨¢s de medio siglo de historia ha cambiado. Es decir, cambiar¨¢ con ello el medio siglo que viene. Hace diez d¨ªas, desde este mismo espacio, suger¨ª que ya no era cuesti¨®n de si el embargo se levantar¨ªa o no, sino de cu¨¢ndo. Ese es el pr¨®ximo tema, pero es plausible imaginar que la propia din¨¢mica de relaciones diplom¨¢ticas y comerciales normales lo transformar¨¢ en otra de esas tantas normas legales que existen pero que nadie cumple. Quiz¨¢s se diluya por s¨ª mismo.
Aquellos Apuntes de hace diez d¨ªas tambi¨¦n suger¨ªan posibles estrategias democratizadoras. Obama acaba de escribir esa hoja de ruta con bastante precisi¨®n: lo pol¨ªtico, lo comercial, la cooperaci¨®n, la tecnolog¨ªa, los viajes, un dec¨¢logo de tareas que, paso a paso, describen como abrir una sociedad cerrada. Alguien ya dir¨¢ que es m¨¢s del mismo imperialismo. Tal vez lo sea. A veces la democracia llega desde adentro, casi siempre tiene ayuda desde afuera.
Alguien ya dir¨¢ que es m¨¢s del mismo imperialismo. Tal vez lo sea
Precisamente, Obama especific¨® lo central de la nueva pol¨ªtica exterior: su apoyo indeclinable a los derechos humanos y la democracia. Por ello, enfatiz¨® la imperiosa necesidad que la sociedad civil cubana participe en la cumbre de Panam¨¢, como todas las dem¨¢s y en cumplimiento de la Carta Democr¨¢tica Interamericana. Es una demanda de la propia oposici¨®n en la Isla, que adem¨¢s reclama que los grupos que asistan sean genuinamente parte de la sociedad civil ¡ªes decir, independientes¡ª y no aparato del estado disfrazado, como es habitual en un r¨¦gimen de partido ¨²nico.
La oposici¨®n cubana deber¨¢ ser escuchada, tanto en sus reclamos como en sus temores. Por un lado porque nadie tiene m¨¢s legitimidad que ellos, las v¨ªctimas de un r¨¦gimen opresivo de m¨¢s de medio siglo, y tambi¨¦n por su probada sensatez. Temen que un boom econ¨®mico fortalezca al partido-Estado, en vez de debilitarlo, como ocurri¨® en China. Temen que el capitalismo haga ricos a los bur¨®cratas del partido, como en la pi?ata nicarag¨¹ense, cuando los activos privatizados terminaron en manos de los Ortega y sus clientes. En dos a?os, dicen los opositores, Obama estar¨¢ en su casa y los Castro probablemente en el poder o, en su defecto, podr¨ªan estar manejando la econom¨ªa cubana.
En Estados Unidos las reacciones son para tener en cuenta tambi¨¦n. Los republicanos en el Congreso ya se opusieron, tal vez por reflejo, sin importarles el texto de la decisi¨®n de la Casa Blanca, y sin escuchar a algunas de sus bases sociales naturales, como la C¨¢mara de Comercio y la tercera generaci¨®n de cubano-americanos, por citar dos ejemplos de s¨®lido apoyo al levantamiento del embargo. Es que ya nada es como era ayer, de eso se trata cuando la historia gira en U.
La oposici¨®n cubana deber¨¢ ser escuchada, tanto en sus reclamos como en sus temores
Que ya nada es como era ayer deber¨ªa ser materia de reflexi¨®n para Maduro, Cabello y los dem¨¢s socialistas del siglo XXI. Los incentivos para Cuba han cambiado dram¨¢ticamente. El costo de apoyar al chavismo se ha incrementado exponencialmente hoy, esta misma ma?ana. El negocio pol¨ªtico y econ¨®mico ya no est¨¢ en Venezuela, quiz¨¢s est¨¦ en el mism¨ªsimo Estados Unidos. Adem¨¢s, el subsidio petrolero llega a su fin, y eso podr¨ªa generar un cambio en las prioridades de la pol¨ªtica exterior cubana. Tal vez Maduro termine viviendo en carne propia uno de los rasgos centrales del castrismo: el instrumentalismo y el oportunismo en estado puro. Ser¨ªa ir¨®nico pero no necesariamente injusto.
El costo de apoyar al chavismo se ha incrementado exponencialmente
Los legisladores aceptar¨ªan el levantamiento del embargo y la Casa Blanca podr¨ªa apoyarlos con mayor firmeza en las sanciones contra los chavistas. Fr¨ªo polar ¡ªy de antes del calentamiento global¡ª debe correr por Miraflores con esta trasnochada idea. Pero si Par¨ªs bien vali¨® una misa, tal vez piensen en La Habana, qu¨¦ no har¨ªamos por una embajada hecha y derecha en Massachusetts Avenue, Embassy Row, en Northwest Washington.
Y si ello ocurre, iron¨ªa de iron¨ªas, ?qu¨¦ ser¨¢ de los dem¨¢s bolivarianos, aprendices de dictadores que contaban con perpetuarse en el poder? ?Qu¨¦ ser¨¢ de los Correa, los Morales y otros parientes cercanos sin Caracas y con La Habana atendiendo el negocio de los gringos? Eso s¨ª que podr¨ªa ser una nueva ola de transiciones democr¨¢ticas, la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn otra vez, solo que en el Caribe y zonas aleda?as.
?El fin de la historia? La historia reci¨¦n ha comenzado: ya nada es como era ayer.
Twitter: @hectorschamis
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